Marcos 8 - Nueva Biblia Española (1975)Alimentación de los cuatro mil1. Uno de aquellos días, como había otra vez mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 2. Me da lástima de esa gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer; 3. y si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Algunos, además, han venido de lejos. 4. Le replicaron sus discípulos: Y ¿de dónde se puede sacar pan, aquí en lugar despoblado, para que coman éstos? 5. El les preguntó: ¿Cuántos panes tienen? Contestaron: Siete. 6. Mandó que la gente se echara en el suelo; tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, lo partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. 7. Tenían además unos cuantos pescaditos: los bendijo y mandó que los sirvieran también. 8. La gente comió hasta quedar satisfecha, y recogieron los trozos sobrantes: siete canastas. 9. Eran unos cuatro mil.Jesús los despidió, 10. luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta. La demanda de una señal11. Salieron los fariseos y se pusieron a discutir con él; para ponerlo a prueba le pidieron una señal que viniera del cielo. 12. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: ¡Cómo!, ¡esta clase de gente busca una señal! Les aseguro que a esta clase de gente no se le dará señal. 13. Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la orilla de enfrente. La levadura de los fariseos14. A los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca. 15. Jesús les recomendó: Atención, cuidado con la levadura del pan de los fariseos y con la de Herodes. 16. Discutían unos con otros por qué no habían traído pan. 17. Dándose cuenta, les dijo Jesús: ¡Cómo!, ¿discutiendo porquéno han traído pan? ¿No acaban de entender ni de comprender? ¿Están obcecados? 18. ¿Para qué tienen ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? 19. ¿No recuerdan cuántas canastas de sobras recogieron cuando repartí cinco panes entre cinco mil? Le contestaron: Doce. 20. Y ¿cuántas canastas de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil? Le contestaron: Siete. 21. El les dijo: Y ¿no acaban de comprender? Un ciego sanado en Betsaida22. Llegaron a Betsaida, y le llevaron un ciego pidiéndole que lo tocara. 23. Tomándolo de la mano, lo sacó del pueblito, le escupió en los ojos, le aplicó las manos y le preguntó: ¿Ves algo? 24. Empezó a distinguir y dijo: Veo la gente; me parecen árboles que andan. 25. Le aplicó otra vez las manos a los ojos; el hombre vio del todo: estaba curado y lo divisaba todo con claridad. 26. Jesús lo mandó a casa diciéndole: ¡Ni entrar siquiera en el pueblito! La confesión de Pedro27. Jesús y sus discípulos salieron para los pueblitos de Cesárea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que soy yo? 28. Ellos le contestaron: Juan Bautista, aunque otros, que Elias, y otros, que uno de los profetas. 29. El les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro tomó la palabra y le dijo: Tú eres el Mesías. 30. El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Jesús anuncia su muerte31. Y empezó a instruirlos: Este hombre tiene que padecer mucho: tiene que ser rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. 32. Y exponía el mensaje abiertamente. Entonces Pedro lo tomó aparte y empezó a regañarle. 33. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, regañó a Pedro: ¡Quítate de mi vista, Satanás!, porque tu idea no es la de Dios, sino la humana. 34. Y llamando a la gente a que se reuniera con sus discípulos, les dijo: El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga. 35. Porque si uno quiere salvar su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por mí y por la buena noticia, la salvará. 36. Y luego, ¿de qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si le falta la vida? 37. Pues ¿qué podrá dar para recobrarla? 38. Además, si uno se avergüenza de mí y de mis palabras entre la gente ésa, idólatra y pecadora, también este Hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles. |