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sábado, agosto 17, 2024
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    Mateo 20 - Nueva Biblia Española (1975)

    Los obreros de la viña

    1. porque el reinado de Dios se parece a un propietario que salió al amanecer a contratar trabajadores para su viña.

    2. Después de ponerse de acuerdo en el salario por día, los mandó a la viña.

    3. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo

    4. y les dijo: Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo.

    5. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia el mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.

    6. Saliendo al caer la tarde, encontró a otros parados y les dijo: ¿Cómo es que están aquí el día entero sin trabajar?

    7. Le respondieron: Nadie nos ha contratado. El les dijo: Vayan también ustedes a la viña.

    8. Al oscurecer, dijo el dueño de la viña a su encargado: Llama a los trabajadores y págales el salario, empezando por los últimos y acabando por los primeros.

    9. Llegaron los del atardecer y cobraron cada uno el salario entero.

    10. Al llegar los primeros pensaban que les darían más, pero también ellos cobraron el mismo salario por cabeza.

    11. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el propietario:

    12. Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos cargado con el peso del día y el bochorno.

    13. El repuso a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te pusiste de acuerdo conmigo en ese salario?

    14. Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último lo mismo que a ti.

    15. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera con lo mío?, ¿o ves tú con malos ojos que yo sea generoso?

    16. Así es como los últimos serán primeros y los primeros últimos.

    Nuevamente Jesús anuncia su muerte

    17. Mientras iba subiendo a Jerusalén tomó Jesús aparte a los Doce y les dijo por el camino:

    18. Miren, estamos subiendo a Jerusalén y este Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y letrados: lo condenarán a muerte,

    19. y lo entregarán a los paganos, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.

    Petición de Santiago y de Juan

    20. Entonces se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos, haciéndole reverencias con intención de pedirle algo.

    21. El le preguntó: ¿Qué deseas? Contestó ella: Dispón que cuando tú seas rey estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

    22. Pero Jesús replicó: No saben lo que piden; ¿son capaces de pasar el trago" que voy a pasar yo? Le con- testaron: Sí, lo somos.

    23. El les dijo: Mi trago lo pasarán, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; será para los que mi Padre tiene designados.

    24. Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos.

    25. Jesús los reunió y les dijo: Saben que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen.

    26. No será así entre ustedes; al contrario, el que quiera subir, sea servidor suyo

    27. y el que quiera ser primero, sea esclavo suyo.

    28. Igual que este Hombre no ha venido a que le sirvan, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos".

    Dos ciegos reciben la vista

    29. Al salir de Jericó lo siguió mucha gente.

    30. Había dos ciegos sentados al borde del camino, y al oír que Jesús pasaba, se pusieron a gritar: ¡Ten compasión de nosotros, Señor, Hijo de David!

    31. La gente les regañaba para que se callaran, pero ellos gritaban más: ¡Ten compasión de nosotros, Señor, Hijo de David!

    32. Jesús se detuvo, los llamó y les dijo: ¿Qué quieren que haga por ustedes?

    33. Le contestaron ellos: Señor, que se nos abran los ojos.

    34. Jesús sintió lástima y les tocó los ojos; al momento recobraron la vista y lo siguieron.