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    Romanos 15 - Nueva Biblia Española (1975)

    1. Nosotros los fuertes debemos cargar con las debilidades de los flojos y no buscar lo que nos agrada.

    2. Procuremos cada uno dar satisfacción al prójimo en lo bueno, mirando a lo constructivo.

    3. Tampoco el Mesías buscó su propia satisfacción; al contrario, como dice la Escritura: "Las afrentas con que te afrentaban cayeron sobre mí”.

    4. Es un hecho que todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que, entre nuestra constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.

    5. Que Dios, fuente de toda constancia y consuelo, les conceda andar de acuerdo entre ustedes, como es propio de cristianos;

    6. para que unánimes, a una voz, alaben a Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías.

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    7. Por consiguiente, acéptense mutuamente como el Mesías los aceptó para honra de Dios.

    8. Quiero decir con esto que el Mesías se hizo servidor de los judíos para demostrar la fidelidad de Dios, ratificando las promesas hechas a los Patriarcas

    9. y haciendo que los paganos alabaran a Dios por su misericordia. Así lo dice la Escritura: Por eso te alabaré en medio de las naciones y cantaré a tu nombre",

    10. Y en otro lugar: Alégrense, naciones, con su pueblo.

    11. Y de nuevo: Alaben naciones todas al Señor, ensálcenlo, todos los pueblos".

    12. Y también Isaías dice: Retoñará la raíz de Jesé. el vástago reinará sobre las naciones: las naciones esperarán en él.

    13. Que el Dios de la esperanza colme su fe de alegría y de paz, para que con la fuerza del Espíritu Santo desborden de esperanza.

    14. Con todo, hermanos, en el caso de ustedes yo personalmente estoy convencido de que rebosan buena voluntad y de que les sobra saber para aconsejarse unos a otros.

    15. A pesar de eso, les he escrito para refrescarles la memoria, a veces con bastante atrevimiento. Me da pie el don recibido de Dios,

    16. que me hace celebrante del Mesías Jesús para con los paganos: mi función sacra consiste en anunciar la buena noticia de Dios, para que la ofrenda de los paganos, consagrada por el Espíritu Santo, le sea agradable.

    17. Por eso, en lo que toca a Dios, pongo mi orgullo en el Mesías Jesús,

    18. y así no se me ocurrirá hablar de nada que no sea lo que el Mesías ha hecho por mi medio para que respondan los paganos, valiéndose de palabras y acciones,

    19. de la fuerza de señales y prodigios, de la fuerza del Espíritu; de ese modo, dando la vuelta desde Jerusalén hasta la Iliria, he completado el anuncio de la buena noticia del Mesías,

    20. poniendo así además todo mi empeño en anunciarla donde aún no se había pronunciado su nombre; no quería construir sobre cimiento ajeno,

    21. sino atenerme a la Escritura: Los que no tenían noticia lo verán, los que nunca habían oído comprenderán. (Is 52,15)

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    22. Las más de las veces ha sido eso precisamente lo que me ha impedido ir a visitarlos;

    23. ahora, en cambio, no tengo ya campo de acción en estas regiones, y como hace muchos años que siento muchas ganas de hacerles una visita,

    24. de paso para España..., porque espero verlos al pasar y que ustedes me faciliten el viaje; aunque primero tengo que disfrutar un poco de su compañía.

    25. Por el momento me dirijo a Jerusalén, prestando un servicio a los consagrados;

    26. porque Macedonia y Grecia" han decidido dar una muestra de solidaridad a los pobres entre los consagrados de Jerusalén.

    27. Lo han decidido, sí, y de hecho se lo deben, porque si los demás pueblos han compartido sus bienes espirituales, les deben a su vez una ayuda en lo material.

    28. Concluido este asunto y entregado el producto de la colecta, saldré para España pasando por la ciudad de ustedes,

    29. y sé que mi ida ahí cuenta con la plena bendición del Mesías.

    30. Por nuestro Señor, Jesús el Mesías, y por el amor que inspira el Espíritu les pido ahora un favor, hermanos; luchen a mi lado pidiendo a Dios

    31. que escape de los incrédulos de Judea y que este servicio mío a Jerusalén sea bien acogido allí por los consagrados.

    32. De esa manera, si Dios quiere, podré ir a verlos contento y descansaré un poco en su compañía.

    33. El Dios de la paz esté con todos ustedes, amén.