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    Romanos 5 - Nueva Biblia Española (1975)

    Resultados de la justificación

    1. Según lo dicho, rehabilitados ahora por la fe, estarnos en paz con Dios por obra de nuestro Señor Jesús Mesías,

    2. pues por él tuvimos entrada a esta situación de gracia en que nos encontramos y estamos orgullosos con la esperanza de alcanzar el esplendor de Dios.

    3. Más aún, estamos orgullosos también de las dificultades, sabiendo que la dificultad produce firmeza, la firmeza calidad,

    4. la calidad esperanza;

    5. y esa esperanza no defrauda, porque el amor que Dios nos tiene inunda nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha dado.

    6. Es que cuando aún nosotros estábamos sin fuerzas, entonces, en su momento, Jesús el Mesías murió por los culpables.

    7. Cierto, con dificultad se dejaría uno matar por una causa justa; con todo, por una buena persona quizá afrontaría uno la muerte.

    8. Pero el Mesías murió por nosotros cuando éramos aún pecadores: así demuestra Dios el amor que nos tiene.

    9. Pues ahora que Dios nos ha rehabilitado por la sangre del Mesías, con mayor razón nos salvará por él del castigo;

    10. porque si, cuando éramos enemigos, la muerte de su Hijo nos reconcilió con Dios, mucho más, una vez reconciliados, . nos salvará su vida.

    11. Más aún, gracias a Jesús Mesías, Señor nuestro, que nos ha obtenido la reconciliación, estamos también orgullosos de Dios.

    Adán y Cristo

    12. En consecuencia, igual que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y la muerte se propagó sin más a todos los hombres, dado que todos pecaban...

    13. Porque antes de la Ley había ya pecado en el mundo; y, aunque donde no hay Ley no se imputa el pecado,

    14. a pesar de eso la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso entre los que no habían pecado cometiendo un delito como el de Adán.

    15. Este era figura del que tenía que venir, pero no hay proporción entre el delito y la gracia que se otorga; pues si por el delito de uno solo murió la multitud, mucho más la gracia otorgada por Dios, el don de gracia que correspondía a un hombre solo, Jesús Mesías, sobró para la multitud.

    16. Y tampoco hay proporción entre las consecuencias del pecado de uno y el perdón que se otorga, pues el proceso, a partir de un solo delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud de delitos, acaba en amnistía.

    17. En otras palabras: si por el delito de aquel solo la muerte inauguró su reinado, por culpa de aquel solo, mucho más los que reciben esa sobra de gracia y de perdón gratuito, viviendo reinarán por obra de uno solo, Jesús Mesías.

    18. En resumen: lo mismo que el delito de uno solo resultó en la condena de todos los hombres, así el acto de fidelidad de uno solo resultó en el indulto y la vida para todos los hombres;

    19. es decir, como la desobediencia de aquel solo hombre constituyó pecadores a la multitud, así también la obediencia de éste solo constituirá justos a la multitud.

    20. Por lo que hace a la Ley, se metió por medio para que se multiplicara el delito, pero donde se multiplicó el pecado sobreabundó la gracia;

    21. así, mientras el pecado reinaba dando muerte, la gracia reina concediendo un indulto que acaba en vida eterna, gracias a Jesús, Mesías, Señor nuestro.