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miércoles, julio 17, 2024
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    2 Crónicas 5 - Serafín de Ausejo 1975

    1. Así se dio fin a toda la obra que el rey Salomón mandó ejecutar para el templo de Yahveh. Salomón llevó luego los objetos que había consagrado su padre David, la plata, el oro y todos los objetos, y los depositó en el tesoro del templo de Dios.

    Salomón traslada el arca al templo

    2. En aquella ocasión Salomón congregó ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los jefes de las familias israelitas, para hacer subir el arca de la alianza de Yahveh desde la Ciudad de David, que es Sión.

    3. Congregáronse, pues, en torno al rey Salomón todos los israelitas en la fiesta del mes séptimo.

    4. Llegados todos los ancianos de Israel, los levitas tomaron el arca

    5. y la subieron juntamente con la tienda del encuentro y con todos los objetos sagrados que había en ella. Los subieron los sacerdotes levitas.

    6. El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel que había acudido junto a él delante del arca, sacrificaban ganado menor y mayor en tal cantidad que no se podía contar ni calcular.

    7. Los sacerdotes pusieron el arca de la alianza de Yahveh en su lugar, en el debir del templo, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines;

    8. pues los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, de suerte que cubrían por encima el arca y sus varales.

    9. Los varales eran tan largos que sus extremos se veían desde el punto del lugar santo que está delante del debir, pero no desde más lejos. Allí han quedado hasta el día de hoy.

    10. En el arca no había más que las dos tablas que había puesto en ella Moisés, en Horeb, después que Yahveh pactó alianza con los israelitas después de sacarlos de Egipto.

    11. Mientras los sacerdotes salían del santuario -pues todos los sacerdotes que allí se hallaban se habían santificado sin guardar orden de clases-,

    12. y todos los levitas cantores, con Asaf, Hemán, Yedutún, con sus hijos y hermanos, vestidos de lino fino, estaban de pie con címbalos, arpas y cítaras, al oriente del altar, y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas,

    13. sucedió que trompeteros y cantores al unísono hacían oír su voz, alabando y celebrando a Yahveh, y elevaban el sonido de las trompetas, de los címbalos y de los instrumentos músicos en alabanza de Yahveh, porque es bueno, porque su misericordia es eterna. Y en aquel momento, una nube llenó el templo de Yahveh,

    14. de manera que los sacerdotes no pudieron quedarse allí para su ministerio a causa de la nube, pues la gloria de Yahveh había llenado el templo de Dios.