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    2 Reyes 19 - Serafín de Ausejo 1975

    Judá es librado de Senaquerib

    1. El rey Ezequías, al oírlo, rasgó sus vestiduras y, cubierto de saco, entró en el templo de Yahveh.

    2. Luego envió a Eliaquín, mayordomo de palacio, a Sebná, el secretario, y a los sacerdotes más ancianos, cubiertos de saco, al profeta Isaías, hijo de Amós.

    3. Y le dijeron: "Así habla Ezequías: hoy es día de angustia, de castigo y de oprobio, porque han llegado los hijos al cuello del útero, pero no hay fuerzas para el alumbramiento.

    4. Quizá Yahveh, tu Dios, habrá oído todas las palabras del copero mayor, enviado por el rey de Asiria, su señor, para insultar al Dios vivo, y le castigue por las palabras que Yahveh, tu Dios, ha oído. Eleva, pues, una plegaria por el resto que aún queda".

    5. Llegaron los servidores del rey Ezequías ante Isaías,

    6. y éste les dijo: "Esto habéis de decir a vuestro señor: así habla Yahveh: no sientas temor por las palabras que has oído, con las cuales me han escarnecido los criados del rey de Asiria.

    7. He aquí que voy a poner en él un espíritu tal que, al oír cierta noticia, se volverá a su país, y allí le haré caer a filo de espada".

    8. Entre tanto, el copero mayor regresó y encontró al rey de Asiria cuando estaba éste atacando a Libná, pues ya había oído que el rey se había retirado de Laquis,

    9. tan pronto como le llegó esta noticia: "Mira que Tirhacá, rey de Etiopía, ha salido para atacarte". Y volvió a despachar mensajeros a Ezequías para decirle:

    10. "Así hablaréis a Ezequías, rey de Judá: No te dejes engañar por tu Dios, en quien confías, y no digas: "No será entregada Jerusalén en manos del rey de Asiria".

    11. Bien sabes lo que los reyes de Asiria hicieron con todos los países: cómo los entregaron al exterminio. ¿Te vas a librar tú?

    12. ¿Acaso salvaron los dioses a las naciones destruidas por mis padres: Gozán, Jarán, Résef, y a los de Eden, que estaban en Telassar?

    13. ¿Dónde está el rey de Jamat, el rey de Arpad y el rey de la ciudad de Sefarváin, de Hená y de Ivá?".

    14. Tomó Ezequías las cartas de manos de los mensajeros y las leyó. Luego Ezequías subió al templo de Yahveh y las extendió ante Yahveh.

    15. Y Ezequías oró así en presencia de Yahveh: "¡Oh Yahveh, Dios de Israel, que moras sobre los querubines! Tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el que ha hecho el cielo y la tierra.

    16. Inclina, oh Yahveh, tus oídos y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira. Escucha las palabras que Senaquerib ha enviado para escarnio del Dios vivo.

    17. Verdaderamente, oh Yahveh, los reyes de Asiria han devastado las naciones y los países,

    18. y han entregado sus dioses al fuego, porque ésos no eran dioses, sino hechuras de manos de hombre, de madera y de piedra. Por eso los pudieron destruir.

    19. Pero ahora, oh Yahveh, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, oh Yahveh, eres Dios".

    20. Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: "Así habla Yahveh, Dios de Israel: he escuchado la plegaria que me has hecho acerca de Senaquerib, rey de Asiria.

    21. Éste es el oráculo que Yahveh ha pronunciado contra él: "Te desprecia y se burla de ti la doncella de Sión. A tus espaldas menea la cabeza la hija de Jerusalén.

    22. ¿A quién has escarnecido y ultrajado? ¿Contra quién elevaste la voz y alzaste, insolente, los ojos? ¡Contra el Santo de Israel!

    23. Por boca de tus mensajeros has escarnecido a mi Señor y has dicho: con la multitud de mis carros he subido a la cumbre de los montes, a las cimas del Líbano. He talado sus más altos cedros, sus más escogidos cipreses. Penetré en sus lugares más remotos, en sus más frondosos bosques.

    24. Yo mismo he alumbrado y bebido aguas extranjeras; he secado con la planta de mis pies todos los canales de Egipto.

    25. ¿Pero nunca lo has oído? Desde lejanos tiempos lo tengo preparado; desde tiempos remotos lo había planeado, y ahora lo voy a ejecutar. Tú redujiste a montones de ruinas ciudades fortificadas;

    26. sus moradores, faltos de fuerzas, quedaron aterrados y confusos: fueron como hierba del campo, como el verde musgo, como jaramago en los tejados, como mies agostada antes de espigar.

    27. Pero yo sé cuándo te sientas, conozco tus idas y venidas, y cuándo te enfureces contra mí.

    28. Porque te has enfurecido contra mí, porque tu insolencia ha llegado a mis oídos, pondré mi anillo en tus narices, mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino que trajiste.

    29. Y ésta será para ti la señal: Este año se comerá lo que retoñe y el año que viene lo que brote por sí solo. Pero al tercer año sembrad y segad, plantad viñas y comed sus frutos.

    30. El resto que se salve de la casa de Judá volverá a echar raíces por abajo y a dar frutos por arriba.

    31. Porque de Jerusalén saldrá un resto; y supervivientes del monte de Sión. El celo de Yahveh Sebaot así lo hará".

    32. Por lo cual, esto dice Yahveh sobre el el rey de Asiria: "No entrará en esta ciudad ni lanzará flechas contra ella; no le hará frente con escudos ni alzará contra ella terraplenes.

    33. Por el camino que trajo ha de volver. En esta ciudad no entrará -oráculo de Yahveh-.

    34. Yo ampararé a esta ciudad para salvarla por mi honor y el de David, mi siervo"".

    35. Aquella misma noche salió el ángel de Yahveh y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Cuando se levantaron por la mañana, vieron que no había más que cadáveres.

    36. Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, partió, regresó a Nínive y allí se quedó.

    37. Y un día, mientras estaba postrado en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramélec y Saréser lo mataron a espada y huyeron al país de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón.