27.5 C
Miami
viernes, agosto 16, 2024
Más


    2 Reyes 5 - Serafín de Ausejo 1975

    Eliseo y Naamán

    1. Naamán, jefe del ejército del rey de Aram, era un hombre importante que gozaba de gran favor ante su señor, porque por su medio había otorgado Yahveh la victoria a Aram. Pero este hombre, de probada valentía, estaba leproso.

    2. Los arameos, en una de sus expediciones guerrilleras, se habían traído de la tierra de Israel, como cautiva, a una jovencita que quedó al servicio de la esposa de Naamán.

    3. Y ella dijo a su señora: "¡Ah! Si mi señor se presentara a un profeta que hay en Samaría, él lo curaría de la lepra".

    4. Fue Naamán y se lo contó a su señor, diciéndole: "Esto y esto ha dicho la joven del país de Israel".

    5. El rey de Aram le contestó: "Vete, pues, y yo enviaré una carta al rey de Israel". Se puso en camino, llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez vestidos.

    6. Llevó también la carta para el rey de Israel, en la que se decía: "Ahora, cuando recibas esta carta, te presento a mi servidor Naamán, para que lo cures de su lepra".

    7. Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras y exclamó: "¿Es que yo soy Dios para que pueda quitar o dar la vida, y por eso éste me envía un hombre para que lo cure de la lepra? Reparad y ved que está buscando ocasión de querella contra mí".

    8. Cuando Eliseo, el varón de Dios, supo que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras, envió a decir al rey: "¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a visitarme y sabrá que hay profeta en Israel".

    9. Llegó Naamán con sus caballos y su carro y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo.

    10. Eliseo le envió un mensajero a decirle: "Ve y lávate siete veces en el Jordán; volverá a ti tu carne y quedarás limpio".

    11. Irritóse Naamán y se fue diciendo: "Yo pensaba: seguramente saldrá, se detendrá, invocará el nombre de Yahveh, su Dios, frotará con su mano la parte enferma y curará a este leproso.

    12. ¿Acaso los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar, no son mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podría yo lavarme en ellos y quedar limpio?". Y dando media vuelta, se fue enojado.

    13. Acercáronse a él sus servidores y le dijeron: "Padre mío, si el profeta te hubiera mandado algo difícil ¿no lo habrías hecho? ¡Cuanto más si te ha dicho: lávate y quedarás limpio!".

    14. Bajó, pues, y se sumergió en el Jordán siete veces, conforme a la indicación del varón de Dios; y su carne se tornó como la de un niño pequeño y quedó limpio.

    15. Volvióse entonces al varón de Dios con todo su séquito y, cuando llegó, se detuvo ante él y le dijo: "Ahora reconozco que no hay más Dios en toda la tierra que el de Israel. Acepta, por favor, un regalo de tu siervo".

    16. Pero él respondió: "¡Por vida de Yahveh, a quien sirvo, que no lo aceptaré!". Y por más que insistió para que lo aceptara, él lo rehusó.

    17. Dijo entonces Naamán: "Bien. Pero al menos concédase a tu siervo tierra de ésta, la carga de un par de mulos, porque tu siervo ya no ofrecerá holocaustos y sacrificios a otro Dios que a Yahveh.

    18. Con todo, que Yahveh me perdone una cosa: que cuando entre mi señor en el templo de Rimón, apoyándose en mi brazo, para adorar allí, y me postre también yo en el templo de Rimón mientras él se postra en el templo de Rimón, que Yahveh perdone a tu siervo por ello".

    19. Respondió Eliseo: "Vete en paz". Y se marchó, haciendo un buen trecho de camino.

    20. Entonces Guejazí, criado de Eliseo, el varón de Dios, se dijo: "Realmente mi señor ha estado demasiado comedido con ese arameo Naamán, al no aceptar de su mano lo que le traía. ¡Por vida de Yahveh, que voy a salir corriendo tras él, a ver si puedo conseguir algo!".

    21. Guejazí echó a correr en pos de Naamán, y al ver Naamán que corría en pos de él, saltó del carro para ir a su encuentro y le preguntó: "¿Va todo bien?".

    22. Él respondió: "Todo bien. Pero mi señor me ha enviado a decirte: "Acaban de llegar a mí dos jóvenes de la montaña de Efraín, de los hijos de los profetas. Por favor, dame para ellos un talento de plata y dos mudas de vestidos"".

    23. Respondió Naamán: "Acepta, por favor, dos talentos". Le insistió. Y metiendo dos talentos de plata en dos sacos, juntamente con dos mudas de vestidos, se los dio a dos criados suyos, para que los llevaran delante de él.

    24. Cuando llegó a Ofel, los tomó de manos de ellos y los guardó en casa. Y despidió a los hombres, que se fueron.

    25. Después fue a presentarse a su señor y Eliseo le dijo: "¿De dónde vienes, Guejazí?". Respondió él: "Tu siervo no ha ido a ninguna parte".

    26. Le dijo entonces Eliseo: "¿No iba contigo mi espíritu cuando un hombre bajó de su carro para ir a tu encuentro? Ahora has recibido dinero y has aceptado vestidos, y comprarás olivares, viñas, ovejas y vacas, siervos y siervas.

    27. Pero la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre". Y salió de su presencia leproso, blanquezino como la nieve.