32.6 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Daniel 5 - Serafín de Ausejo 1975

    La escritura en la pared

    1. El rey Baltasar dio un gran banquete a mil de sus magnates y se puso a beber vino en presencia de todos ellos.

    2. Bajo los efectos de la bebida, mandó traer los vasos de oro y de plata que su padre Nabucodonosor había sacado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus magnates, sus mujeres y sus concubinas.

    3. Le trajeron, pues, los vasos de oro y de plata que habían sido sacados del templo de Dios de Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus magnates, sus mujeres y sus concubinas.

    4. Bebieron vino y alabaron a sus dioses de oro de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

    5. En aquel instante, aparecieron los dedos de una mano humana que escribían, delante del candelabro, sobre el yeso de la pared del palacio real. El rey veía la palma de la mano que escribía.

    6. Entonces al rey se le mudó el color del rostro, sus pensamientos le aterraron, se le relajaron las articulaciones de las caderas y sus rodillas chocaban una contra otra.

    7. El rey mandó a voces que vinieran los adivinos, los caldeos y los astrólogos. Tomó el rey la palabra y dijo a los sabios de Babilonia: "El que lea esta escritura y me dé su interpretación, será vestido de púrpura, llevará un collar de oro al cuello y será el tercero en el gobierno del reino".

    8. Acudieron, pues, todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni dar al rey la interpretación.

    9. Entonces el rey Baltasar se horrorizó, se le mudó el color del rostro y sus magnates quedaron consternados.

    10. La reina, atraída por las palabras del rey y de los magnates, entró en la sala del banquete y, tomando la palabra, dijo: "¡Viva el rey eternamente! No te asusten tus pensamientos ni se demude tu semblante.

    11. Hay en tu reino un hombre que posee el espíritu de la adivinación divina y ya en tiempo de tu padre se halló en él una luz, una perspicacia y una sabiduría semejantes a las de los dioses. Por eso el rey Nabucodonosor, tu padre, lo nombró jefe de los magos, de los adivinos, de los caldeos y de los astrólogos.

    12. Puesto que en él, en Daniel, llamado Baltasar por el rey, se halló un espíritu extraordinario y ciencia y perspicacia para la interpretación de los sueños, revelación de los enigmas y solución de los problemas, que se llame ahora a Daniel y él dará la interpretación".

    13. Fue entonces llevado Daniel a la presencia del rey y el rey, tomando la palabra, le dijo a Daniel: "¿Eres tú Daniel, de los deportados de Judá, que el rey, mi padre, trajo de Judea?

    14. He oído decir que posees el espíritu de la adivinación divina y que hay en ti luz, perspicacia y sabiduría extraordinarias.

    15. Ahora mismo han hecho venir a mi presencia a los sabios y a los astrólogos para que leyeran esta escritura y me dieran su interpretación, pero no han podido hacerlo.

    16. Yo he oído decir de ti que puedes dar interpretaciones y resolver problemas. Si efectivamente eres capaz de leer la escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, llevarás un collar de oro al cuello y serás el tercero en el gobierno del reino".

    17. Daniel tomó entonces la palabra y dijo al rey: "Sean para ti tus dones y da tus regalos a otro, pues de todos modos leeré al rey la escritura y le daré a conocer su interpretación.

    18. ¡Oh rey!, el Dios Altísimo dio a Nabucodonosor, tu padre, el reino, la grandeza, la gloria y la majestad.

    19. Y por la majestad que le dio, temblaban ante él y le respetaban todos los pueblos, naciones y lenguas. Mataba a quien quería, y a quien quería dejaba con vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería humillaba.

    20. Pero cuando su corazón se ensoberbeció y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue derribado de su trono real y despojado de su gloria.

    21. Fue expulsado de entre los hijos de los hombres, su corazón se hizo semejante al de las bestias, convivió con los asnos salvajes, comió hierba como los bueyes y su cuerpo se empapó del rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios Altísimo es quien domina sobre el reino de los hombres y pone sobre él a quien le place.

    22. Pero tú, Baltasar, hijo suyo, no has humillado tu corazón a pesar de que sabías todo esto.

    23. Te has alzado contra el Señor del cielo; has hecho que te trajeran los vasos de su casa, y habéis bebido vino en ellos tú y tus magnates, tus mujeres y tus concubinas; has venerado a los dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, y no has glorificado al Dios que tiene en su mano tu hálito vital y todos tus caminos.

    24. Por eso ha enviado Él esa mano y se ha trazado esa escritura.

    25. He aquí la escritura que trazada: Mené, Téquel, Perés.

    26. La interpretación de estas palabras es la siguiente: Mené: Dios ha medido tu reino y le ha puesto fin.

    27. Téquel: has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso.

    28. Perés: tu reino ha sido dividido y dado a los medos y a los persas".

    29. Entonces Baltasar mandó que vistieran de púrpura a Daniel, le pusieran el collar de oro al cuello y proclamaran que sería el tercero en el gobierno del reino.

    30. Aquella misma noche fue asesinado Baltasar, rey de los caldeos.

    31.