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jueves, julio 18, 2024
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    Isaías 57 - Serafín de Ausejo 1975

    Condenación de la idolatría de Israel

    1. Perece el justo, y nadie hace caso. Se llevan a los hombres leales sin que nadie lo advierta. Por culpa del malvado se llevan al justo

    2. y entra en la paz. Descansan en sus lechos los que van por el camino recto.

    3. Vosotros, acercaos acá, hijos de la agorera, linaje de adúltero y de prostituida:

    4. ¿a costa de quién os divertís? ¿A costa de quién abrís la boca y sacáis la lengua? ¿No sois hijos rebeldes vosotros, prole bastarda,

    5. que os enceláis entre terebintos, bajo cualquier árbol frondoso; que sacrificáis niños en las torrenteras, bajo las grietas de las rocas?

    6. En los guijarros del torrente tengas tu herencia: ellos, ellos sean tu porción; sobre ellos derramaste libaciones, les ofreciste oblación. ¿Voy a compadecerme por esto?

    7. Sobre una montaña alta y encumbrada pusiste tu yacija; hasta allí subiste a ofrecer sacrificios.

    8. Detrás de la puerta y de las jambas pusiste tu emblema; sí, prescindiendo de mí, te descubriste, subiste y ensanchaste tu yacija; te interesaste por ellos, amaste su yacija, examinaste el falo.

    9. Fuiste a Mélec con ungüentos, prodigaste tus perfumes; enviaste tus legados a lo lejos, allá abajo hasta el seol.

    10. Por tu largo viaje te cansaste, pero no dijiste: "¡Es desesperante!". La vitalidad de tu falo hallaste, por eso no desfalleciste.

    11. ¿Ante quién temblabas y temías cuando mentías? De mí no te acordabas ni te lo tomabas a pecho. ¿No soy yo quien calla y disimula? Por eso a mí no me temías.

    12. Yo denunciaré tu justicia y tus obras, que de nada te valdrán.

    13. Cuando grites, que te salven tus ganancias. A todos ellos los llevará el viento, los arrebatará un soplo; pero quien se refugia en mí heredará la tierra y poseerá mi santa montaña.

    14. Y se dirá: "¡Allanad, allanad, preparad el camino! ¡Quitad todo tropiezo del camino de mi pueblo!

    15. Que así dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: "En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados.

    16. Porque no por siempre reprendo, ni de continuo me enojo; pues ante mí se consumiría el espíritu y las almas que yo he creado.

    17. Por su pecado de avaricia me enojé, lo herí, escondiéndome, enojado; él seguía obstinado su camino preferido;

    18. he visto sus caminos. Pero voy a sanarlo y a guiarlo; voy a consolarlo. Y para sus afligidos

    19. pondré este cántico en sus labios: paz, paz para el lejano y para el cercano, -dice Yahveh-. Yo lo sanaré".

    20. Los malos son como el mar embravecido, que no puede calmarse, y cuyas aguas remueven fango y cieno.

    21. No hay paz, dice mi Dios, para los malvados".