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jueves, julio 18, 2024
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    Josué 14 - Serafín de Ausejo 1975

    Canaán repartida por suerte

    1. Éstas son las heredades que los israelitas recibieron en la tierra de Canaán, distribuidas por el sacerdote Eleazar, por Josué, hijo de Nun, y por los jefes de familia de las tribus de los israelitas.

    2. Fueron sorteadas las heredades, como había dispuesto Yahveh por medio de Moisés, entre las nueve tribus y la mitad de la tribu de Manasés;

    3. pues Moisés había ya otorgado su heredad a dos tribus y a la otra mitad de la tribu al otro lado del Jordán. A los levitas no les otorgó heredad alguna entre ellas.

    4. Los descendientes de José formaban dos tribus, Manasés y Efraín, y no se había asignado parte a los levitas en el país, sino ciudades de residencia con sus terrenos de pasto para su ganado mayor y menor.

    5. Los israelitas repartieron la tierra conforme a lo ordenado por Yahveh a Moisés.

    Caleb recibe Hebrón

    6. Los hijos de Judá se presentaron a Josué, en Guilgal, y Caleb, hijo de Yefoné, el quenizeo, le dijo: "Tú bien sabes lo que dijo Yahveh a Moisés, varón de Dios, en lo tocante a mí y a ti, en Cades Barnea.

    7. Tenía yo cuarenta años cuando Moisés, siervo de Yahveh, me envió desde Cades Barnea a explorar esta tierra, y yo le rendí cuentas según la sinceridad de mi corazón.

    8. En cambio, mis hermanos, que habían subido conmigo, turbaron el corazón del pueblo, mientras yo me mantuve plenamente fiel a Yahveh, mi Dios.

    9. Aquel día Moisés hizo este juramento: "En verdad que la tierra que han hollado tus pies será tu heredad para ti y para tus hijos por siempre, porque has obrado con total fidelidad a Yahveh, mi Dios".

    10. Pues bien, Yahveh me ha conservado con vida, como había anunciado, estos cuarenta y cinco años, desde que hizo esta declaración a Moisés, cuando Israel caminaba por el desierto. Ahora tengo ya ochenta y cinco años,

    11. aunque me siento tan vigoroso como el día en que Moisés me envió: como era mi vigor entonces, tal es mi vigor ahora para combatir, para ir y venir.

    12. Otórgame, pues, esta montaña a la que se refería Yahveh aquel día; pues aquel día oiste tú que estaban en ella los anaquitas y que sus ciudades son grandes y fortificadas. Si Yahveh está conmigo, los arrojaré de allí, como Yahveh me prometió".

    13. Josué bendijo entonces a Caleb, hijo de Yefoné, y le otorgó Hebrón por heredad.

    14. Por eso Hebrón es patrimonio de Caleb, hijo de Yefoné, el quenizeo, hasta el día de hoy, porque él fue plenamente fiel a Yahveh, Dios de Israel.

    15. Hebrón se llamaba antes Quiriat Arbá. Arbá fue el hombre de mayor estatura entre los anaquitas. Y el país descansó de la guerra.