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miércoles, julio 17, 2024
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    Juan 18 - Serafín de Ausejo 1975

    Arresto de Jesús

    1. Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró él con sus discípulos.

    2. También Judas, el que lo iba a entregar, conocía bien aquel lugar, porque Jesús se había reunido allí con sus discípulos muchas veces,

    3. Habiendo, pues, recibido Judas la cohorte y los guardias de los pontífices y [de] los fariseos, fue allá, con linternas, antorchas y armas.

    4. Sabiendo Jesús todo lo que le iba a sobrevenir, se adelantó y les dijo: "¿A quién buscáis?".

    5. Le respondieron: "A Jesús de Nazaret". Díceles él: "Soy yo". También Judas, el que lo entregaba, estaba con ellos.

    6. Apenas les dijo: "Soy yo", retrocedieron y cayeron por tierra.

    7. Jesús les preguntó de nuevo: "¿A quién buscáis?". Ellos contestaron: "A Jesús de Nazaret".

    8. Jesús respondió: "Os he dicho que soy yo. Así que, si me buscáis a mí, dejad que se vayan éstos";

    9. para que se cumpliera la palabra que había dicho: "No perdí a ninguno de aquellos que me has dado".

    10. Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, hirió al criado del sumo sacerdote y le amputó la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco.

    11. Jesús dijo a Pedro: "Mete la espada en la vaina. ¿Es que no voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?".

    Jesús ante el sumo sacerdote

    12. Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron

    13. y lo llevaron primeramente ante Anás, porque era suegro de Caifás, el cual era sumo sacerdote aquel año.

    14. Caifás era el que había dado a los judíos el consejo: "Es mejor que muera un hombre solo por el pueblo".

    Pedro en el patio de Anás

    15. Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote; por eso pudo entrar con Jesús en el palacio del sumo sacerdote,

    16. mientras que Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Luego salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la portera e introdujo a Pedro.

    17. Entonces la criada, la portera, dice a Pedro: "¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?". Contesta él: "No lo soy".

    18. Estaban allí los criados y los guardias, que habían hecho unas brasas para calentarse, pues hacía frío. También Pedro estaba con ellos, de pie, calentándose.

    Anás interroga a Jesús

    19. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.

    20. Jesús le respondió: "Yo he hablado públicamente a la vista de todo el mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada en la clandestinidad.

    21. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que me han oído, a ver de qué les hablé; ellos saben bien lo que yo dije".

    22. Al decir esto Jesús, uno de los guardias que allí había le dio una bofetada, diciéndole: "¿Así respondes al sumo sacerdote?".

    23. Jesús le contestó: "Si he hablado mal, dime en qué, y si he hablado bien, ¿por qué me pegas?".

    24. Luego, Anás lo envió, atado, a Caifás, el sumo sacerdote.

    Pedro niega a Jesús

    25. Simón Pedro estaba de pie, calentándose. Y le dijeron: "¿No eres tú también de sus discípulos?". Él lo negó, diciendo: "No lo soy".

    26. Uno de los criados del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro le había amputado la oreja, le dice: "¿Pues no te vi yo en el huerto con él?".

    27. Pero Pedro lo negó una vez más, y en seguida cantó un gallo.

    Jesús ante Pilato

    28. Desde casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era muy de mañana. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y así poder comer la pascua.

    29. Por eso Pilato salió afuera, hacia ellos, y les dijo: "¿Qué acusación traéis contra este hombre?".

    30. Le respondieron: "Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado".

    31. Pilato les contestó: "Tomadlo vosotros y juzgadlo según vuestra ley". Los judíos le dijeron: "Es que nosotros no estamos autorizados a sentenciar a muerte a nadie".

    32. Así se cumpliría la palabra que Jesús había dicho indicando el género de muerte con que iba a morir.

    33. Entró, pues, Pilato nuevamente en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: "¿Eres tú el rey de los judíos?".

    34. Jesús le respondió: "¿Eso lo dices tú por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?".

    35. Pilato replicó: "¿Acaso soy yo judío? Tu gente, los pontífices, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?".

    36. Respondió Jesús: "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi escolta habría luchado para que no fuera yo entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí".

    37. Entonces le dijo Pilato: "¿Conque tú eres rey?". Respondió Jesús: "Sí, soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz".

    38. Pilato le dice: "¿Y qué es la verdad?". Tras decir esto, salió de nuevo hacia los judíos y les dice: "Yo no encuentro en él ningún delito.

    39. Ahora bien, es costumbre vuestra que en la Pascua os conceda la libertad de un preso. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?".

    40. Ellos gritaron nuevamente: "A éste, no, sino a Barrabás". Este Barrabás era un ladrón.