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miércoles, julio 17, 2024
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    Levítico 26 - Serafín de Ausejo 1975

    Bendiciones de la obediencia

    1. "No os haréis ídolos, ni erigiréis estatuas ni estelas, ni pondréis en vuestro país piedras grabadas para postraros ante ellas, pues yo soy Yahveh, vuestro Dios.

    2. Guardaréis mis sábados y respetaréis mi santuario. Yo, Yahveh.

    3. Si camináis según mis leyes, si guardáis mis mandamientos y los ponéis en práctica,

    4. os mandaré la lluvia a su tiempo, la tierra rendirá sus productos y los árboles del campo darán su fruto.

    5. La trilla durará hasta la vendimia y la vendimia se prolongará hasta la sementera; comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en vuestro país.

    6. Daré paz a la tierra, y dormiréis sin que nadie os inquiete. Haré desaparecer del país las bestias dañinas y no pasará por vuestra tierra la espada.

    7. Perseguiréis a vuestros enemigos y caerán ante vosotros al filo de la espada.

    8. Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros pondrán en fuga a diez mil. Vuestros enemigos caerán ante vosotros al filo de la espada.

    9. Yo me volveré hacia vosotros, yo os haré crecer y os multiplicaré y mantendré con vosotros mi alianza.

    10. Comeréis de la cosecha anterior, y tendréis que sacar fuera la cosecha añeja ya envejecida, para dar cabida a la nueva.

    11. Pondré mi morada en medio de vosotros y no sentiré hastío de vosotros.

    12. Caminaré en medio de vosotros, yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo.

    13. Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis esclavos suyos. Rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con la cabeza erguida."

    Consecuencias de la desobediencia

    14. "Pero si no me escucháis; si no ponéis en práctica todos estos mandamientos míos,

    15. si menospreciáis mis leyes, detestáis mis preceptos y no cumplís todos mis mandamientos, sino que rompéis mi alianza,

    16. entonces yo haré con vosotros lo siguiente: os enviaré el terror, la consunción y la fiebre, que os apagarán la vista y os agotarán el aliento. Sembraréis en balde vuestra semilla, pues serán vuestros enemigos quienes se la comerán.

    17. Yo me volveré contra vosotros, y seréis derrotados por vuestros enemigos; os dominarán los que os odian y huiréis sin que nadie os persiga.

    18. Si con todo esto aún no me escucháis, seguiré castigándoos siete veces más por vuestros pecados.

    19. Quebrantaré el orgullo de vuestro poderío, haré como de hierro vuestro cielo y como de bronce vuestra tierra.

    20. Vuestro esfuerzo se consumirá en vano: vuestras tierras ya no darán más sus cosechas y los árboles del campo no darán sus frutos.

    21. Y si todavía os obstináis en oponeros a mí y no queréis escucharme, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas, según vuestros pecados.

    22. Soltaré contra vosotros bestias salvajes, que os arrebatarán vuestros hijos, despedazarán vuestro ganado y os diezmarán, de modo que vuestros caminos quedarán desiertos.

    23. Y si ni aun así os corregís y continuáis oponiéndoos a mí,

    24. también yo a mi vez me opondré a vosotros, y os castigaré siete veces más por vuestros pecados.

    25. Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.

    26. Cuando yo os retire el sustento del pan, diez mujeres cocerán vuestro pan en un solo horno. Os lo darán tan tasado que lo comeréis y seguirés teniendo hambre.

    27. Si ni aun así me escucháis y seguís oponiéndoos a mí,

    28. yo me opondré a vosotros con furor, y os castigaré yo mismo otras siete veces por vuestros pecados.

    29. Comeréis la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas comeréis.

    30. Destruiré vuestros lugares altos, abatiré vuestras estelas solares, amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y mi alma sentirá hastío de vosotros.

    31. Convertiré vuestras ciudades en montones de ruinas, derribaré vuestros santuarios y no aspiraré ya más vuestros aromas calmantes.

    32. Yo mismo devastaré el país hasta tal punto que vuestros enemigos, que serán quienes lo habiten, se quedarán horrorizados.

    33. A vosotros os dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada detrás de vosotros. Vuestro país será arrasado y vuestras ciudades reducidas a escombros.

    34. Entonces la tierra se resarcirá de sus sábados durante todo el tiempo que dure la desolación, mientras vosotros habitéis en tierra de vuestros enemigos. La tierra descansará y se desquitará de sus sábados.

    35. Durante todo el tiempo que esté desolada descansará, en compensación del descanso que se le negó cuando erais vosotros los que la habitabais.

    36. Y a los que sobrevivan de vosotros yo les infundiré en su corazón tal pavor en tierra de sus enemigos que el ruido de una hoja al caer los sobresaltará y les hará huir como quien huye de espada sin que nadie los persiga.

    37. Tropezarán los unos con los otros, como si huyeran de la espada, aunque nadie los persiga, y no podréis resistir a vuestros enemigos.

    38. Pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os tragará.

    39. Los que de vosotros sobrevivan todavía se pudrirán en el país de sus enemigos; a causa de su iniquidad y de la iniquidad de sus padres, se pudrirán.

    40. Entonces confesarán su iniquidad y la iniquidad de sus padres, las prevaricaciones con que prevaricaron contra mí y su obstinada oposición a mí.

    41. Por eso me opuse yo a ellos y los expulsé a la tierra de sus enemigos. Entonces se humillará su corazón incircunciso y expiarán su iniquidad.

    42. Yo me acordaré de mi alianza con Jacob y de mi alianza con Isaac; recordaré mi alianza con Abrahán y me acordaré del país.

    43. Pero antes tendrán que abandonar la tierra, a fin de que ella se desquite de sus sábados y se quede yerma durante su ausencia. Y ellos expiarán su falta, por haber menospreciado mis mandamientos y por haber sentido su alma fastidio de mis preceptos.

    44. Pero, a pesar de todo eso, cuando estén en el país de sus enemigos no los desecharé ni sentiré tanto hastío de ellos que llegue a destruirlos, rompiendo mi alianza con ellos, porque yo soy Yahveh, su Dios,

    45. y recordaré, en favor suyo, la alianza con sus antepasados, a los que yo saqué del país de Egipto a la vista de las naciones, para ser su Dios. Yo, Yahveh".

    46. Éstos son los preceptos, los mandamientos y las leyes que Yahveh estableció entre él y los israelitas en el monte Sinaí, por medio de Moisés.