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jueves, julio 18, 2024
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    Marcos 9 - Serafín de Ausejo 1975

    1. Y les añadía: "Os lo aseguro: algunos de los aquí presentes no experimentarán la muerte sin que vean llegado con poder el reino de Dios".

    La transfiguración

    2. Seis días después toma Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan, y los conduce a un monte alto, aparte, a ellos solos. Y se transfiguró delante de ellos,

    3. de forma que sus vestidos se volvieron tan resplandecientes por su blancura como ningún lavandero en el mundo podría blanquearlos así.

    4. Entonces se les aparecieron Elías y Moisés, que conversaban con Jesús.

    5. Tomando Pedro la palabra, dice a Jesús: "¡Rabbí! ¡Qué bueno sería quedarnos aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".

    6. Es que no sabía qué decir, porque estaban llenos de estupor.

    7. Se formó entonces una nube que los envolvió, y de la nube salió una voz: "Éste es mi Hijo amado; escuchadle".

    8. De pronto, miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos.

    9. Y mientras iban bajando del monte, les prohibió referir a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

    10. Ellos guardaron el secreto, aunque preguntándose a sí mismos qué era eso de "resucitar de entre los muertos".

    11. Le propusieron, pues, esta cuestión: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?".

    12. El les contestó: "Elías, desde luego, ha de venir antes, para restablecerlo todo, pero ¿no está escrito acerca del Hijo del hombre que habrá de padecer mucho y ser menospreciado?

    13. Pues bien; yo os lo aseguro: Elías ya ha venido, e hicieron con él cuanto se les antojó, conforme está escrito acerca de él".

    Jesús sana a un muchacho endemoniado

    14. Al volver a donde estaban los discípulos, los vieron rodeados de una gran multitud, y a unos escribas que discutían con ellos.

    15. Toda aquella multitud, al verlo venir, quedó sorprendida y corrió en seguida a saludarlo.

    16. Él les preguntó: "¿De qué estabais discutiendo con ellos?".

    17. Y uno de la multitud le contestó: "Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo;

    18. y cuando se apodera de él, lo tira por tierra; y el niño echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. Les dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero ellos no han podido".

    19. Entonces él responde: "¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo".

    20. Y se lo llevaron. Y apenas vio a Jesús, inmediatamente el espíritu agitó con violentas convulsiones al muchacho que, cayendo por tierra, se revolcaba echando espumarajos.

    21. Jesús preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?". Él le respondió: "Desde la infancia;

    22. y muchas veces también lo arroja al fuego y al agua, para hacerlo perecer. Pero, si tú puedes algo, ten compasión de nosotros y socórrenos".

    23. Replicó Jesús: "En cuanto a eso de si puedes, todo es posible para el que cree".

    24. Al momento, el padre del niño exclamó: "¡Creo! ¡Ayuda a mi escasa fe!".

    25. Viendo Jesús que aumentaba el concurso del pueblo, increpó al espíritu impuro, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él jamás".

    26. Y gritando y agitándolo con muchas convulsiones, salió de él. El joven quedó como muerto, tanto que muchos decían: "Ya murió".

    27. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el muchacho se quedó de pie.

    28. Cuando Jesús entró en casa, sus discípulos le preguntaban aparte: "¿Por qué nosotros no hemos podido arrojarlo?"

    29. Y les contestó: "A esta clase de demonios por ningún medio puede hacérsele salir, como no sea por la oración".

    Jesús anuncia otra vez su muerte

    30. Habiendo salido de allí, atravesaban Galilea, y él no quería que lo supiera nadie;

    31. porque iba enseñando a sus discípulos, diciéndoles: "El hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, y le matarán; pero, después de muerto, a los tres días resucitará".

    32. Pero ellos no comprendían tales palabras; y sin embargo, les daba miedo preguntarle.

    ¿Quién es el mayor?

    33. Llegaron a Cafarnaún. Estando ya él en la casa, les preguntó: "¿De qué veníais discutiendo por el camino?".

    34. Pero ellos se callaron, porque en el camino habían discutido entre sí sobre quién era el mayor.

    35. Y sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiera ser primero, que sea último de todos y servidor de todos".

    36. Luego tomó a un niño, lo puso delante de ellos y, abrazándolo, les dijo:

    37. "Todo el que acoge a uno de estos niños en mi nombre, es a mí a quien acoge; y quien me acoge a mí, no me acoge a mí, sino a aquel que me envió".

    El que no es contra nosotros, por nosotros es

    38. Juan dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que estaba expulsando demonios en tu nombre -uno que no viene con nosotros-, y queríamos impedírselo, porque no venía con nosotros".

    39. Pero Jesús dijo: "No se lo impidáis, pues no hay quien haga un milagro en mi nombre y pueda luego hablar mal de mí:

    40. que quien no está contra nosotros, a favor nuestro está".

    41. "Quien os da de beber un vaso de agua a título de que pertenecéis a Cristo, os lo aseguro: no se quedará sin recompensa."

    Ocasiones de caer

    42. "Si alguno es ocasión de pecado para cualquiera de estos pequeños que creen, mejor sería para él que le ataran alrededor del cuello una rueda de molino de las que mueven los asnos y fuera arrojado al mar.

    43. Y si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtatela; mejor es para ti entrar manco en la vida que, conservando las dos manos, ir a la gehenna, al fuego inextinguible.

    44.

    45. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtatelo; mejor es para ti entrar cojo en la vida que, conservando los dos pies, ser arrojado a la gehenna.

    46.

    47. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, sácatelo; mejor es para ti entrar tuerto en el reino de Dios que, conservando los dos ojos, ser arrojado a la gehenna,

    48. donde su gusano no muere y el fuego no se extingue.

    49. Porque todos serán salados al fuego."

    50. "Buena es la sal, pero, si la sal se vuelve insípida, ¿con qué le devolveréis su sabor? Tened sal en vosotros y vivid en paz unos con otros."