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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 10 - Serafín de Ausejo 1975

    Elección de los doce apóstoles

    1. Y convocando a sus doce discípulos, les dio poder de expulsar espíritus impuros y de curar toda enfermedad y toda dolencia.

    2. Los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, el de Zebedeo, y su hermano Juan;

    3. Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano, Santiago, el de Alfeo, y Tadeo;

    4. Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, el que luego lo entregó.

    Misión de los doce

    5. A estos doce los envió Jesús, con estas instrucciones: No vayáis a tierra de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos;

    6. id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

    7. Id y predicad que el reino de los cielos está cerca.

    8. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios, gratis lo recibisteis, dadlo gratis.

    9. No os procuréis oro, ni plata, ni moneda de cobre para vuestros cinturones;

    10. ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.

    11. Cuando entréis en una ciudad o aldea, informaos de quién hay de confianza en ella, y alojaos allí hasta el momento de partir.

    12. Al entrar en la casa, dirigidle el saludo de paz.

    13. Si la casa lo merece, descienda vuestra paz sobre ella; pero si no lo merece, vuélvase a vosotros vuestra paz.

    14. Y si algunos no os reciben ni escuchan vuestras palabras, salid de esa casa o de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies.

    15. Os lo aseguro: habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra en el día del juicio que para esa ciudad.

    Persecuciones venideras

    16. Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos; sed, por tanto, cautelosos como serpientes y sencillos como palomas.

    17. Tened mucho cuidado con la gente: porque os entregarán a los tribunales del sanedrín y os azotarán en sus sinagogas;

    18. también seréis llevados ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.

    19. Pero, cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué habéis de decir, porque se os comunicará en aquel momento lo que habéis de decir,

    20. pues no seréis vosotros los que hablaréis, sino que será el Espíritu de vuestro Padre quien hablará en vosotros.

    21. El hermano entregará a la muerte al hermano y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra sus padres y les darán muerte.

    22. Seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que se mantenga firme hasta el final, éste se salvará.

    23. Cuando os persigan en una ciudad huid a otra; porque os aseguro: antes de que acabéis de recorrer las ciudades de Israel vendrá el Hijo del hombre.

    24. Un discípulo no está por encima del maestro, ni un esclavo por encima de su señor.

    25. Ya es bastante que el discípulo llegue a ser como su maestro, y el esclavo como su señor. Si al señor de la casa lo han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a los que viven con él!

    A quién se debe temer

    26. Pero no les tengáis miedo; porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, y nada secreto que no llegue a saberse.

    27. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz, lo que escucháis al oído, pregonadlo desde las terrazas.

    28. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo; que al alma no pueden matarla. Temed más bien a quien tiene poder para hacer que perezcan cuerpo y alma en la gehenna.

    29. ¿Acaso no se venden por un as dos pajarillos? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin permitirlo vuestro Padre.

    30. Y en vosotros, hasta los cabellos de la cabeza están todos contados.

    31. Así que no tengáis miedo. Vosotros valéis más que muchos pajarillos.

    32. Por tanto, respecto a todo aquel que se ponga de mi parte ante de los hombres, también yo me pondré de su parte ante mi Padre que está en los cielos.

    33. Pero a aquel que me niegue ante los hombres, también yo lo negaré ante mi Padre que está en los cielos.

    Jesús, causa de división

    34. No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada.

    35. Porque he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra;

    36. y los enemigos del hombre son los de su propia casa.

    37. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí;

    38. y quien no toma su cruz y sigue tras de mí, no es digno de mí.

    39. El que haya encontrado su vida, la perderá; y el que haya perdido su vida por mi causa, la encontrará.

    Recompensas

    40. Quien os recibe a vosotros, a mí me recibe; y quien a mí me recibe, recibe a aquel que me envió.

    41. Quien recibe a un profeta como profeta, recompensa de profeta tendrá; y quien recibe a un justo como justo, recompensa de justo tendrá.

    42. Y quien da de beber un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños porque es discípulo, os aseguro que no se quedará sin recompensa.