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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 14 - Serafín de Ausejo 1975

    Muerte de Juan el Bautista

    1. En aquel tiempo llegó a oídos del tetrarca Herodes la fama de Jesús

    2. y dijo a sus cortesanos: "Éste es Juan el Bautista. Ha resucitado de entre los muertos y por eso acontecen en él esos milagros".

    3. Efectivamente, Herodes había arrestado a Juan y lo había encadenado y metido en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Filipo,

    4. pues Juan le decía: "¡No te es lícito tenerla!".

    5. Y aunque quería matarlo, temía al pueblo, porque lo tenían por profeta.

    6. Pero en el cumpleaños de Herodes, salió a bailar la hija de Herodías delante de todos; y le agradó tanto a Herodes,

    7. que le prometió bajo juramento darle cuanto le pidiera.

    8. Ella, instigada por su madre, le dijo: "Dame aquí, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".

    9. El rey se puso muy triste; pero por haberlo jurado, y por los comensales, ordenó que se la dieran,

    10. y envió a decapitar a Juan en la cárcel.

    11. Trajeron su cabeza en una bandeja, se la entregaron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre.

    12. Acudieron luego sus discípulos a recoger el cadáver y lo enterraron. Después fueron a contárselo a Jesús.

    Alimentación de los cinco mil

    13. Cuando Jesús recibió esta noticia, se alejó de allí a solas en una barca a un lugar desierto. Pero, al enterarse la gente, lo siguieron por tierra desde las ciudades.

    14. Al desembarcar y ver a tanta gente, sintió gran compasión por ellos y curó a sus enfermos.

    15. Llegada la tarde, se le acercaron los discípulos y le dijeron: "Esto es un despoblado, y la hora está avanzada; despide, pues, a la gente, que vayan a las aldeas a comprarse alimentos".

    16. Pero Jesús les dijo: "No tienen por qué irse; dadles vosotros de comer".

    17. Ellos le replican: "No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces".

    18. Él contestó: "Traédmelos aquí".

    19. Y después de mandar a la gente que se sentara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, dijo la bendición, partió los panes y se los dio a sus discípulos, y los discípulos al pueblo.

    20. Todos comieron hasta quedar saciados y recogieron, de los pedazos sobrantes, doce canastos llenos.

    21. Habían comido unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

    Jesús anda sobre el mar

    22. [Inmediatamente] mandó a sus discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía al pueblo.

    23. Después de despedirlo, subió al monte para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo.

    24. Entretanto, la barca se había alejado ya muchos estadios de la costa y se encontraba batida por las olas, pues el viento era contrario.

    25. A la cuarta vigilia de la noche, vino hacia ellos caminando sobre el mar.

    26. Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se sobresaltaron y dijeron: "¡Es un fantasma!". Y se pusieron a gritar por el miedo.

    27. Pero [Jesús] les habló en seguida: "¡Ánimo! Soy yo. No tengáis miedo".

    28. Pedro le contestó: "Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre las aguas".

    29. "Ven", le respondió. Pedro entonces saltó de la barca y, caminando sobre las aguas, se dirigió hacia Jesús.

    30. Pero viendo el viento que había, tuvo miedo y, al comenzar a hundirse, lanzó un grito: "¡Señor, sálvame!".

    31. Inmediatamente Jesús extendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: "¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?".

    32. Subieron los dos a la barca y el viento amainó.

    33. Los que estaban en la barca se postraron ante él, exclamando: "¡Realmente, eres Hijo de Dios!".

    Jesús sana a los enfermos en Genesaret

    34. Terminada la travesía, arribaron a la costa de Genesaret.

    35. Apenas lo reconocieron los hombres de aquel lugar divulgaron la noticia por toda aquella comarca, le presentaron todos los enfermos

    Jesús explica la parábola de la cizaña

    36. y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto. Y todos los que lo tocaron quedaron curados.