29.2 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Mateo 22 - Serafín de Ausejo 1975

    Parábola de la fiesta de bodas

    1. Nuevamente se puso Jesús a hablarles en parábolas, diciendo:

    2. "El reino de los cielos se parece a un rey que preparó el banquete de bodas de su hijo.

    3. Envió sus criados a llamar a los convidados al banquete, pero éstos no quisieron venir.

    4. Volvió a enviar a otros criados con este encargo: "Decid a los convidados: ya tengo preparado el banquete; he sacrificado mis terneros y reses cebadas, todo está a punto. Venid al banquete".

    5. Pero ellos no hicieron caso y se fueron el uno a su campo, el otro a sus negocios;

    6. y los demás echaron mano a los criados del rey los ultrajaron y los mataron.

    7. Entonces el rey se enfureció y, enviando sus tropas, acabó con aquellos asesinos y les incendió la ciudad.

    8. Luego dice a sus criados: "El banquete de bodas está preparado, pero los convidados no se lo merecían.

    9. Salid, pues, a las encrucijadas de los caminos, y a todos cuantos encontréis, convidadlos al banquete".

    10. Salieron los criados a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de comensales.

    11. Cuando entró el rey a ver a los comensales, descubrió allí a uno que no estaba vestido con traje de ceremonia

    12. y le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de ceremonia?" Pero él se quedó callado.

    13. Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo a la oscuridad, allá afuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

    14. Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos"".

    La cuestión del tributo

    15. Entonces los fariseos se fueron y acordaron en consejo ponerle una trampa para sorprenderle en alguna palabra.

    16. Y le envían unos discípulos suyos, con los herodianos, para decirle: "Maestro, sabemos que eres sincero, que enseñas realmente el camino de Dios y que nada te importa de nadie, porque no te fijas en las apariencias de las personas.

    17. Dinos, por consiguiente: ¿qué te parece? ¿Es lícito pagar tributo al César: sí o no?".

    18. Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: "¿Por qué me tendéis trampas, hipócritas?

    19. Enseñadme la moneda del tributo". Ellos le presentaron un denario.

    20. Y él les pregunta: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?".

    21. Ellos contestan: "Del César". Entonces les dice: "Pues pagad lo del César al César, y lo de Dios a Dios".

    22. La respuesta les dejó sorprendidos y, dejándolo en paz, se marcharon.

    La pregunta sobre la resurrección

    23. Aquel mismo día se le acercaron algunos saduceos -que afirman que no hay resurección- y le preguntaron:

    24. "Maestro, Moisés dijo: Si uno muere sin tener hijos, su hermano se casará con la mujer de aquél, para dar sucesión al hermano difunto.

    25. Pues bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero, ya casado, se murió; y como no tenía descendencia, le dejó la mujer a su hermano.

    26. Igualmente, el segundo y el tercero, y así hasta los siete.

    27. Después de todos ellos, se murió la mujer.

    28. Ahora bien, en la resurrección, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos la tuvieron".

    29. Jesús les respondió: "Estáis en un error, por desconocer las Escrituras y el poder de Dios.

    30. Porque, en la resurrección, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, sino que serán como ángeles en el cielo.

    31. Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que Dios os ha declarado al decir:

    32. Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Él no es Dios de muertos, sino de vivos".

    33. Y al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina.

    El gran mandamiento

    34. Cuando los fariseos se enteraron de que había hecho callar a los saduceos, se reunieron en el mismo lugar.

    35. Y uno de ellos, doctor de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó:

    36. "Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la ley?".

    37. Él le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.

    38. Éste es el mandamiento mayor y el primero.

    39. El segundo es semejante a él. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

    40. De estos dos mandamientos pende toda la ley y los profetas".

    ¿De quién es hijo el Cristo?

    41. En una reunión de los fariseos, Jesús les dirigió esta pregunta:

    42. "¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?". Ellos le responden: "De David".

    43. Él les dice: "¿Cómo, entonces, David, inspirado por el Espíritu, lo llama Señor, al decir:

    44. Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?

    45. Pues si David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?".

    46. Y nadie podía responderle una palabra, ni desde aquel día se atrevió ya nadie a hacerle más preguntas.