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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 21 - Serafín de Ausejo 1975

    La entrada triunfal en Jerusalén

    1. Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, envió Jesús a dos discípulos,

    2. diciéndoles: "Id a esa aldea que está frente a vosotros, y en seguida encontraréis una burra atada, y un pollino con ella; desatadla y traédmelos.

    3. Y si alguien os dice algo, responderéis: "El Señor los necesita, pero en seguida los devolverá"".

    4. Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por el profeta cuando dijo:

    5. Decid a la hija de Sión: mira que tu rey viene a ti, lleno de mansedumbre y montado en una asna y en un pollino, hijo de una bestia de carga.

    6. Fueron, pues, los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús:

    7. trajeron la burra y el pollino, pusieron sobre ellos los mantos, y Jesús se montó encima.

    8. El pueblo, en su gran mayoría, extendió por el camino sus mantos, mientras otros cortaban ramas de los árboles para alfombrar el camino.

    9. La gente que iba delante y detrás, gritaba diciendo: "¡ Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡ Hosanna en las alturas!".

    10. Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se puso en movimiento; y se preguntaban: "¿Pero quién es éste?".

    11. Y la gente respondía: "Éste es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea".

    Purificación del templo

    12. Entró Jesús en el templo y expulsó a todos los que vendían y compraban en él; también volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas,

    13. mientras decía: "Escrito está: Mi casa es casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en guarida de ladrones".

    14. Se le acercaron en el templo ciegos y cojos y los curó.

    15. Cuando los pontífices y !os escribas vieron los milagros que estaba haciendo y a los niños que gritaban en el templo: "¡Hosanna al Hijo de David!", se indignaron

    16. y le dijeron: "¿Oyes lo que están diciendo éstos?". Pero Jesús les responde: "Sí. ¿No habéis leído nunca que De la boca de párvulos y niños y de infantes te has procurado alabanza?".

    17. Y volviéndoles la espalda, salió fuera de la ciudad, a Betania, donde pasó la noche.

    Maldición de la higuera estéril

    18. Por la mañana, cuando volvía a la ciudad, sintió hambre.

    19. Y al ver junto al camino una higuera, se acercó a ella; pero no encontró más que hojas. Entonces le dice: "¡Nunca jamás brote de ti fruto alguno!". Y al punto se secó la higuera.

    20. Cuando los discípulos lo vieron, quedaron asombrados, y decían: "¿Cómo es que se ha secado al punto la higuera?".

    21. Jesús les contestó: "Os aseguro que, si tenéis fe y no titubeáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que, si decís a este monte: "Quítate de ahí y échate al mar", así se hará.

    22. Y todo cuanto pidáis en la oración con fe, lo obtendréis".

    La autoridad de Jesús

    23. Entró en el templo y, mientras estaba enseñando, se acercaron los pontífices y los ancianos del pueblo y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces tú esas cosas y quién te dio esa autoridad?".

    24. Jesús les respondió: "Yo también os voy a hacer una pregunta; si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.

    25. El bautismo de Juan, ¿de dónde era: del cielo o de los hombres?". Pero ellos deliberaban entre sí diciendo: "Si respondemos del cielo, nos dirá: "¿Por qué, pues, no creísteis en él?"

    26. Pero, si respondemos de los hombres, tenemos miedo al pueblo, porque todos consideran que Juan es profeta".

    27. Respondieron, pues, a Jesús: "No lo sabemos". Entonces él les contestó: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esas cosas".

    Parábola de los dos hijos

    28. "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Acercándose al primero, le dijo: "Hijo, vete hoy a trabajar en la viña".

    29. Él le respondió: "Voy, señor"; pero no fue.

    30. Se acercó luego al segundo y le dijo lo mismo. Éste respondió: "No quiero"; pero después se arrepintió y fue.

    31. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?". Responden: "El segundo". Díceles Jesús: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que vosotros al reino de Dios.

    32. Porque se presentó Juan ante vosotros por el camino de la justicia y no creísteis en él; pero los publicanos y las prostitutas sí le creyeron. Vosotros, en cambio, incluso después de haber visto esto, no os habéis arrepentido para creer en él.

    Los labradores malvados

    33. Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, excavó en ella un lagar y construyó una torre; luego la arrendó a unos viñadores y se fue lejos de su tierra.

    34. Cuando se acercó el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los viñadores para percibir los frutos que le correspondían.

    35. Pero los viñadores echaron mano a los criados y al uno lo apalearon, al otro lo mataron y al otro lo apedrearon.

    36. Nuevamente envió otros criados más numerosos que los primeros, y con ellos hicieron lo mismo.

    37. Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "A mi hijo lo respetarán".

    38. Pero los viñadores, cuando vieron al hijo, se dijeron entre sí: "Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su heredad".

    39. Y, echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.

    40. Cuando vuelva, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos viñadores?".

    41. Y le responden: "Acabará con esos malvados de mala manera y arrendará la viña a otros viñadores que le paguen a su tiempo los frutos correspondientes".

    42. Díceles Jesús: "¿Nunca habéis leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores, se ha tornado en remate de la esquina. Esto es obra del Señor y es maravilla a nuestros ojos?

    43. Por eso os digo: os quitarán el reino de Dios, y se lo darán a un pueblo que produzca los frutos del reino.

    44. [El que caiga sobre esta piedra, se estrellará; y aquel sobre quien ella caiga, quedará aplastado]".

    45. Cuando los pontífices y los fariseos oyeron estas parábolas de Jesús se dieron cuenta de que se refería a ellos.

    46. Y aunque intentaban arrestarlo, tuvieron miedo de la gente, porque lo tenían por profeta.