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miércoles, julio 17, 2024
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    Nehemías 4 - Serafín de Ausejo 1975

    Precauciones contra los enemigos

    1. Cuando Sanbalat y Tobías, los árabes, los amonitas y los de Asdod supieron que progresaba la restauración de las murallas de Jerusalén, y que habían empezado a cerrarse las brechas, se irritaron sobremanera,

    2. y todos a una se conjuraron para lanzar un ataque contra Jerusalén y causarle la ruina.

    3. Entonces oramos a nuestro Dios y establecimos una guardia contra ellos día y noche para defendernos de ellos.

    4. Decía Judá: "Flaquean ya las fuerzas de los cargadores y los escombros son muchos. No vamos a poder reconstruir la muralla".

    5. Y nuestros enemigos decían: "No se van a enterar ni van a ver nada hasta que estemos encima de ellos. Los mataremos y pondremos fin a la obra".

    6. Cuando los judíos que vivían entre ellos vinieron a advertirnos diez veces: "De todos los lugares en que habitan vienen contra nosotros",

    7. yo aposté a la gente por familias en las partes bajas de detrás de la muralla, en lugares descubiertos, y la coloqué con sus espadas, lanzas y arcos.

    8. Hice un reconocimiento y dije a los principales, a los consejeros y al resto del pueblo: "¡No los temáis! Acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y vuestras hijas, por vuestras mujeres y vuestras casas".

    9. Cuando nuestros enemigos supieron que estábamos apercibidos y que Dios había desbaratado sus planes, todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.

    10. Y desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaba en la obra, mientras la otra mitad estaba sobre las armas con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban con toda la casa de Judá,

    11. que reconstruía la muralla. También los cargadores iban armados, de forma que con una mano hacían el trabajo y con la otra sujetaban el arma.

    12. También los constructores tenían cada uno su espada a la cintura mientras trabajaban. Y tenía siempre a mi lado al corneta.

    13. Dije a los principales, a los consejeros y al resto del pueblo: "La obra es grande y extensa, y nosotros estamos esparcidos por la muralla, alejados unos de otros.

    14. Así, pues, dondequiera que oigáis el sonido de la corneta, corred a reuniros allí con nosotros; y nuestro Dios peleará por nosotros".

    15. Y así continuamos la obra -mientras la mitad empuñaban las lanzas- desde el clarear del alba hasta la salida de las estrellas.

    16. En aquella ocasión dije también al pueblo: "Que cada uno, con sus criados, pernocte dentro de Jerusalén, y así haremos la guardia de noche y trabajaremos de día".

    17. Ni yo, ni mis hermanos, ni mis criados, ni los hombres de guardia que me seguían nos quitábamos los vestidos, y cada cual tenía su arma al alcance de la mano.

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