30.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Nehemías 8 - Serafín de Ausejo 1975

    Esdras lee la ley al pueblo

    1. Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se congregó en la plaza que hay frente a la puerta de las Aguas y dijeron a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la ley de Moisés que Yahveh había impuesto a Israel.

    2. Así, pues, el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo la ley ante la asamblea, compuesta de hombres, de mujeres y de todos los que tenían uso de razón.

    3. Desde el alba hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro en la plaza que hay delante de la puerta de las Aguas en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo tenía los oídos atentos al libro de la ley.

    4. Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tribuna de madera que habían hecho al efecto; junto a él estaban: Matitías, Sema, Ananías, Urías, Jilquías y Maasías a su derecha; y Pedayas, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadaná, Zacarías y Mesulán, a su izquierda.

    5. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, pues estaba en un puesto más elevado que todos los demás. Al abrirlo, todo el pueblo se puso en pie.

    6. Esdras bendijo a Yahveh, el Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "¡Amén! ¡Amén!". Y rostro en tierra, adoraron a Yahveh.

    7. Los levitas Josué, Baní, Serebías, Yamín, Acub, Sabetay, Hodías, Maasías, Quelitá, Azarías, Jozabad, Janán y Pelayas enseñaban la ley al pueblo, que permanecía de pie.

    8. Y leyó el libro, la ley de Dios, explicándolo y exponiendo su sentido, a fin de que entendieran bien la lectura.

    9. Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, sacerdote y escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: "Este día está consagrado a Yahveh, vuestro Dios. No hagáis duelo ni lloréis". Pues todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.

    10. Y luego les dijo: "Id y comed manjares grasos y bebed vinos dulces, y mandad también raciones a los que no tengan nada preparado, pues este día está consagrado a nuestro Señor. Y no os aflijáis, porque la alegría en Yahveh es vuestra fortaleza".

    11. Los levitas calmaban a todo el pueblo, diciéndoles: "Callad y no os lamentéis más, pues hoy es día santo".

    12. Así que todo el pueblo se fue a comer y a beber, a repartir raciones y hacer gran fiesta, porque habían comprendido las palabras que les habían explicado.

    13. El segundo día, los cabezas de familia de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas se reunieron en torno al escriba Esdras para comprender mejor las palabras de la ley.

    14. Y hallaron que en la ley que Yahveh había mandado por medio de Moisés estaba escrito que los israelitas debían habitar en cabañas durante la fiesta del mes séptimo.

    15. Lo anunciaron e hicieron pregonar por todas las ciudades y en Jerusalén con estas palabras: "Salid al monte y traed ramos de olivo común y silvestre, de mirto, de palmera y de otros árboles frondosos, para hacer cabañas, como está escrito".

    16. Salió el pueblo y los trajo, e hicieron cabañas, cada uno en su azotea y en los patios, en los atrios del templo de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas y en la plaza de la puerta de Efraín.

    17. Toda la comunidad de los que habían vuelto del cautiverio hizo cabañas y habitó en ellas. Los israelitas no lo habían hecho así desde los tiempos de Josué, hijo de Nun, hasta ese día. Hubo, pues, gran alegría.

    18. Se leía diariamente, desde el día primero hasta el último, el libro de la ley de Dios. La fiesta duró siete días. Y el día octavo tuvo lugar, según costumbre, una asamblea solemne.