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jueves, julio 18, 2024
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    Números 22 - Serafín de Ausejo 1975

    Balac manda llamar a Balaam

    1. Los israelitas levantaron sus tiendas y fueron a acampar en las estepas de Moab, a la otra orilla del Jordán, frente a Jericó.

    2. Balac, hijo de Sipor, supo lo que Israel había hecho a los amorreos,

    3. el pánico se apoderó de Moab ante aquel pueblo tan numeroso, y temió Moab ante los israelitas.

    4. Dijo Moab a los ancianos de Madián: "Ahora esta muchedumbre va a devorar todos nuestros alrededores, como devora un buey la hierba de los campos". En aquel tiempo era rey de Moab Balac, hijo de Sipor.

    5. Mandó mensajeros a Balaán, hijo de Beor, a Petor, que está junto al río, en el país de los hijos de Amav, para invitarle a venir, y le dijo: "Un pueblo ha salido de Egipto, ha cubierto la superficie de la tierra y se ha instalado frente a mí.

    6. Ven, pues, ahora y maldíceme a este pueblo; pues es más fuerte que yo. Tal vez así pueda yo derrotarlo y arrojarlo del país; pues sé que aquel a quien tu bendices queda bendito, y aquel a quien tú maldices queda maldito".

    7. Se pusieron en camino los ancianos de Moab y de Madián, con la paga para el adivino en sus manos y, llegados a Balaán, le refirieron las palabras de Balac.

    8. Él les dijo: "Quedaos aquí esta noche y os daré la respuesta, según lo que me diga Yahveh". Los príncipes de Moab se hospedaron en casa de Balaán.

    9. Dios vino a Balaán y le dijo: "¿Quiénes son esos hombres que están contigo?".

    10. Respondió Balaán a Dios: "Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, me los ha enviado para decirme:

    11. "Un pueblo salido de Egipto cubre toda la superficie de la tierra; ahora, pues, ven y maldícemelo; tal vez así pueda yo derrotarlo y arrojarlo del país"".

    12. Pero Dios dijo a Balaán: "No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque está bendecido".

    13. Se levantó Balaán de madrugada y dijo a los príncipes enviados por Balac: "Volveos a vuestra tierra, porque Yahveh se ha negado a dejarme ir con vosotros".

    14. Los príncipes de Moab se levantaron, volvieron a Balac, y le dijeron: "Balaán se ha negado a venir con nosotros".

    15. Balac volvió de nuevo a enviar príncipes, en mayor número y más respetables que los primeros.

    16. Cuando éstos llegaron donde Balaán, le dijeron: "Así ha hablado Balac, hijo de Sipor: por favor, no dejes de venir a mí,

    17. que yo te colmaré de honores y haré todo lo que me digas. Ven, pues, te ruego, y maldíceme a ese pueblo".

    18. Respondió Balaán y dijo a los servidores de Balac: "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, no podría yo transgredir la orden de Yahveh, mi Dios, ni en poco ni en mucho.

    19. No obstante, quedaos vosotros también esta noche, hasta que yo sepa si Yahveh tiene algo más que decirme".

    20. Dios vino a Balaán durante la noche y le dijo: "¿No han venido a buscarte esos hombres? Levántate, vete con ellos, pero no harás más que lo que yo te diga".

    El ángel y el asna de Balaam

    21. Se levantó Balaán de mañana, ensilló su asna y partió con los príncipes de Moab.

    22. Pero su partida encendió la cólera de Dios y el ángel de Yahveh se plantó en medio del camino para cerrarle el paso. Balaán iba montado en su burra y le acompañaban sus criados.

    23. Cuando la burra vio el ángel de Yahveh de pie en medio del camino con la espada desenvainada en la mano se desvió del camino y echó campo a través. Balaán empezó a darle palos para hacerla volver al camino.

    24. Entonces el ángel de Yahveh se puso en un sendero estrecho que había entre las viñas, con una tapia a la derecha y otra a la izquierda.

    25. La burra, al ver el ángel de Yahveh, se arrimó a la tapia, de modo que quedó atrapada la pierna de Balaán, quien empezó a pegarle de nuevo.

    26. Después el ángel de Yahveh cambió de lugar y se situó en una angostura, donde no había posibilidad de desviarse ni a la derecha ni a la izquierda.

    27. Cuando la burra vio al ángel de Yahveh, se echó en tierra, debajo de Balaán, quien, lleno de cólera, volvió a pegarle con su vara.

    28. Entonces Yahveh abrió la boca de la burra, que dijo a Balaán: "¿Qué te he hecho yo, para que me apalees por tres veces?".

    29. Respondió Balaán a la burra: "Porque te has burlado de mí. Si tuviera a mano una espada, ahora mismo te mataría".

    30. Respondió la burra a Balaán: "¿No soy acaso tu burra, sobre la que has montado siempre hasta hoy? ¿Tengo yo costumbre de portarme así contigo?". Él respondió: "Desde luego que no".

    31. Yahveh abrió entonces los ojos de Balaán, quien, viendo al ángel de Yahveh de pie en el camino con la espada desenvainada, se arrodilló y se postró rostro en tierra.

    32. El ángel de Yahveh le dijo: "¿Por qué has apaleado por tres veces a tu burra? Soy yo quien he salido a cerrarte el paso, porque este precipitado viaje tuyo me desagrada.

    33. Tu burra me ha visto, y por eso se ha desviado tres veces de mi presencia. Si no se hubiera desviado, a estas horas ya te habría yo matado a ti y habría dejado con vida a tu burra".

    34. Dijo Balaán al ángel de Yahveh: "He pecado; no sabía que tú estabas ante mí en el camino. Pero ahora mismo, si el viaje te desagrada, me volveré".

    35. Respondió el ángel de Yahveh a Balaán: "Ve con esos hombres, pero hablarás solamente lo que yo te diga". Y Balaán se fue con los príncipes de Balac.

    36. Cuando Balac oyó que venía Balaán, le salió al encuentro en Ar Moab, que está en la frontera del Arnón, en el extremo de la frontera.

    37. Balac dijo a Balaán: "¿No te mandé llamar? ¿Por qué no viniste? ¿Es que no puedo honrarte como es debido?".

    38. Balaán respondió a Balac: "Ya ves que he venido hasta ti. Pero ¿qué podré decir yo? Únicamente diré la palabra que Dios ponga en mi boca".

    39. Entonces Balaán se fue con Balac, y ambos llegaron a Qiriat Jusot.

    40. Balac inmoló ganado mayor y menor y ofreció porciones a Balaán y a los príncipes que estaban con él.

    Balaam bendice a Israel

    41. A la mañana siguiente tomó Balac a Balaán y subió con él a Bamot Baal, desde donde se divisaba un extremo del campamento.