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martes, agosto 20, 2024
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    Salmos 37 - Torres Amat

    El camino de los malos Salmo de David.

    1. No envidies la prosperidad de los malignos, ni tengas celos de los que obran la iniquidad;

    2. porque como heno se han de secar muy pronto, y como la tierna hierbecilla luego se marchitarán.

    3. Pon tu esperanza en el Señor, y haz obras buenas, y habitarás en la tierra, y gozarás de sus riquezas.

    4. Cifra tus delicias en el Señor, y te otorgará cuanto desea tu corazón.

    5. Expón al Señor tu situación, y confía en él; y él obrará.

    6. Y hará brillar tu justicia como la luz y el derecho de tu causa como el sol de medio día.

    7. Sé, pues, obediente al Señor, y preséntale tus súplicas. No tengas envidia del que hace fortuna en su carrera, del hombre que comete injusticias.

    8. Reprime la ira, y depón el furor, no quieras ser émulo en hacer mal.

    9. Pues los que obran mal, serán exterminados; mas los que esperan en el Señor, ésos heredarán la tierra.

    10. Ten un poco de paciencia, y verás que ya no existe el pecador; y buscarás el lugar en que estaba, y no le hallarás.

    11. Pero los mansos heredarán la tierra, y gozarán de muchísima paz o prosperidad.

    12. Acechará el pecador al justo, y rechinará contra él sus dientes.

    13. Pero el Señor se reirá de él como quien está previendo que le llegará su día.

    14. Desenvainaron la espada los pecadores; entesaron su arco para derribar al pobre y al desvalido, para asesinar a los hombres de bien.

    15. Pero su misma espada traspasará sus propios corazones, y será su arco hecho pedazos.

    16. Más sirve al justo una medianía, que las muchas riquezas al pecador.

    17. Porque los brazos de los pecadores serán quebrantados; al paso que el Señor sostiene a los justos.

    18. Contados tiene el Señor los días de los que viven sin mancilla; y la herencia de éstos será eterna.

    19. No serán confundidos en el tiempo calamitoso; en los días de hambre serán saciados.

    20. Porque perecerán los pecadores; y los enemigos del Señor no bien serán ensalzados a puestos honoríficos, cuando sean abatidos y se desvanezcan como el humo.

    21. Tomará prestado el pecador, y no pagará; pero el justo es compasivo, y dará al necesitado.

    22. Por tanto aquellos que bendicen al Señor heredarán la tierra; mas los que blasfeman, perecerán.

    23. El Señor dirigirá los pasos del hombre justo, y aprobará sus caminos.

    24. Si cayere, no se lastimará; pues el Señor pone su mano por debajo.

    25. Joven fui, y ya soy viejo; mas nunca he visto desamparado al justo, ni a sus hijos mendigando el pan.

    26. Pasa el día ejercitando la misericordia, y dando prestado; y bendita será su descendencia.

    27. Huye, pues, del mal, y haz bien; y vivirás por los siglos de los siglos.

    28. Porque el Señor ama lo justo, y no desampara a sus santos; eternamente serán protegidos. Los injustos serán castigados; y perecerá la raza de los impíos.

    29. Pero los justos heredarán la tierra, y la habitarán perpetuamente.

    30. La boca del justo derramará sabiduría, y su lengua hablará juiciosamente.

    31. La ley de su Dios la tiene en medio del corazón, y andará con firmes pasos.

    32. Anda el pecador acechando al justo, y busca cómo podrá quitarle la vida.

    33. Mas el Señor no le abandonará en sus manos, ni le condenará cuando sea juzgado.

    34. Espera en el Señor, y observa su ley; y te ensalzará para que entres a heredar la tierra; cuando hayan perecido los pecadores, lo verás.

    35. Vi yo al impío sumamente ensalzado, y empinado como los cedros del Líbano.

    36. Pasé de allí a poco, y he aquí que no existía ya; le busqué, mas ni rastro alguno de él pude hallar.

    37. Conserva, pues, tú la inocencia, y atiende a la justicia; porque el hombre pacífico deja de sí memoria,

    38. mas los injustos perecerán todos; cuanto quede de los impíos será destruido.

    39. La salvación de los justos viene del Señor; y él es su protector en el tiempo de la tribulación.

    40. El Señor los ayudará, y los librará, y los sacará de las manos de los pecadores, y los salvará, porque pusieron en él su confianza.