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    2 Reyes 18 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Reinado de Ezequías

    1. En el tercer año de Hoshea hijo de Elá, rey de Yisrael, comenzó a reinar Jizqiyah hijo de Ajaz, rey de Yahudah.

    2. Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Yerushalem. Su madre se llamaba Abí hija de Zekharyah.

    3. Él hizo lo que agradaba a Yahweh, tal como había hecho su padre Dawid.

    4. Abolió los lugares altos, rompió las imágenes, y cortó las estatuas de Asherá. También hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Mosheh, porque hasta aquel entonces los yisraelitas le habían estado ofreciendo sacrificios; y la llamaban Nejushtán.

    5. [Jizqiyah] puso su esperanza sólo en Yahweh el Elohim de Yisrael; no hubo ninguno como él entre los reyes de Yahudah después de él; ni entre los que vivieron antes de él.

    6. Se aferró a Yahweh; no se apartó de seguirlo, sino que guardó los mandamientos que Yahweh le había mandado a Mosheh.

    7. Y Yahweh estaba siempre con él; tuvo éxito en todas las cosas que emprendió. Se rebeló contra el rey de Ashur y dejó de servirle.

    8. Administraba a Peléshet hasta Azá y sus territorios fronterizos, desde las torres de los centinelas hasta la ciudad fortificada.

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    9. En el cuarto año del rey Jizqiyah, que era el séptimo año de Hoshea hijo de Elá, rey de Yisrael, Shalmanéser, rey de Ashur, marchó contra Shomrón y la sitió;

    10. y la capturó al cabo de tres años. Shomrón fue capturada en el sexto año de Jizqiyah, que era el noveno año de Hoshea, rey de Yisrael.

    11. El rey de Ashur deportó a los yisraelitas a Ashur; los estableció en Jalaj, a lo largo del Jabor [y] el Río Gozán, y en las ciudades de Maday;

    12. [Esto sucedió] porque no obedecieron la voz de Yahweh su Elohim; quebrantaron su alianza –no obedecieron ni cumplieron todo lo que había mandado Mosheh, siervo de Yahweh.

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    13. En el año catorce del rey Jizqiyah marchó Sanjeriv, rey de Ashur, contra todas las ciudades fortificadas de Yahudah, y las tomó.

    14. Jizqiyah, rey de Yahudah, envió este mensaje al rey de Ashur, en Lakhish: “Yo he fallado; apártate de mí, y pagaré lo que me impongas”. Entonces el rey de Ashur le impuso a Jizqiyah, rey de Yahudah, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.

    15. Jizqiyah le dio toda la plata que se hallaba en la Casa de Yahweh y en los tesoros del palacio.

    16. En aquel tiempo Jizqiyah desmanteló las puertas del Templo de Yahweh y sus marcos, que el mismo Jizqiyah, rey de Yahudah, había enchapado [en oro], y se los dio al rey de Ashur.

    17. Después el rey de Ashur envió al Tartán, al Rabsaris y al Rav-shaqé, con un gran ejército, desde Lakhish al rey Jizqiyah, en Yerushalem. Marcharon hasta llegar a Yerushalem; y cuando llegaron, asumieron su posición junto al acueducto del Estanque de Arriba, que está en el camino del Campo del Lavador.

    18. Llamaron al rey, y salieron hacia ellos Elyaqim hijo de Jilqiyahu, el administrador del palacio; Shevná, el escriba; y Yóaj hijo de Asaf, el cronista.

    19. El Rav-shaqé les dijo: “Díganle a Jizqiyah que así ha dicho el gran rey, el rey de Ashur: “¿Qué te hace estar tan confiado?

    20. ¡Seguro que piensas que la mera habladuría es consejo y valor para la guerra! Mira, ¿en quién confías para que te hayas rebelado contra mí?

    21. Tú confías, de todas las cosas, en Mitsráyim, en ese bastón de vara rajada, que a cualquiera que se apoye en ella, le entra por la mano y se la atraviesa. Así es el Paroh, rey de Mitsráyim, para todos los que confían en él.

    22. Y si ustedes me dicen que están confiando en Yahweh su Elohim, ése es el mismo cuyos lugares altos y cuyos altares eliminó Jizqiyah, diciendo a Yahudah y a Yerushalem: ‘Ustedes deben adorar solamente en este altar en Yerushalem’?

    23. Ven ahora, haz este trato con mi amo, el rey de Ashur: yo te daré 2,000 caballos, si tú puedes proveer jinetes para montarlos.

    24. Así que ¿cómo podrás negarle algo a un oficial de uno de los más insignificantes servidores de mi amo, confiando en Mitsráyim por carros y jinetes?

    25. ¿Y piensas que he subido contra este lugar para destruirlo sin el apoyo de Yahweh? Yahweh mismo me dijo: “Sube contra esa tierra y destrúyela”.

    26. Elyaqim hijo de Jilqiyahu, Shevná y Yóaj le dijeron al Rav-shaqé: “Por favor, háblales a tus siervos en aramita, que nosotros lo entendemos; no hables con nosotros en hebreo, a oídos del pueblo que está sobre la muralla”.

    27. Pero el Rav-shaqé les contestó: “¿Acaso me envió mi amo para decirles estas palabras sólo a tu amo y a ti? Fue precisamente para los hombres que están sobre la muralla –los que tendrán que comer de sus propios excrementos y beber de su propia orina, con ustedes”.

    28. Entonces el Rav-shaqé se puso de pie, gritó a gran voz en hebreo: “¡Oigan la palabra del gran rey, el rey de Ashur!

    29. Así dijo el rey: No se dejen engañar por Jizqiyah, porque él no los podrá librar de mi mano.

    30. No dejen que Jizqiyah los haga confiar en Yahweh, diciendo: ‘Ciertamente Yahweh nos librará, y esta ciudad no caerá en manos del rey de Ashur’.

    31. ¡No escuchen a Jizqiyah! Porque así ha dicho el rey de Ashur: ‘Hagan la paz conmigo y ríndanse a mí; y comerá cada uno de su vid y de su higuera, y beberá cada uno de las aguas de su pozo,

    32. hasta que yo venga y los lleve a una tierra como la de ustedes, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de aceite de oliva y de miel, para que vivan y no mueran. No escuchen a Jizqiyah, que los engaña diciendo: ‘Yahweh nos librará’.

    33. ¿Acaso alguna de las deidades de las naciones libró su tierra de la mano del rey de Ashur?

    34. ¿Dónde están las deidades de Jamat y de Arpad? ¿Dónde están las deidades de Sefarwáyim, de Hená y de Iwá? ¿Acaso libraron éstas a Shomrón de mi mano?

    35. ¿Cuáles de entre todas las deidades de [estas] tierras libraron sus tierras de mi mano, para que Yahweh libre a Yerushalem de mi mano?”

    36. Pero el pueblo permaneció callado y no le respondió ni una palabra, porque la orden del rey era: “No le respondan”.

    37. Y así Elyaqim hijo de Jilqiyahu, el administrador del palacio; Shevná, el escriba; y Yóaj hijo de Asaf, el cronista, fueron a Jizqiyah con sus vestiduras rasgadas, y le informaron las palabras del Rav-shaqé.