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    2 Reyes 4 - Versión Israelita Nazarena 2011

    El aceite de la viuda

    1. Cierta mujer, esposa de uno de los discípulos de los profetas, le gritó a Elishá: “Tu siervo, mi esposo, ha muerto, y tú sabes que tu siervo respetaba a Yahweh. Y ahora viene un acreedor para llevarse a mis dos hijos como esclavos”.

    2. Elishá le preguntó: “¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en la casa”. Ella respondió: “Tu sierva no tiene nada en la casa, excepto un frasco de aceite”.

    3. Él le dijo: “Vé y pide prestadas vasijas de fuera, de todas tus vecinas, vasijas vacías; tantas como puedas.

    4. Luego entra, cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos, y echa [el aceite] en todas esas vasijas. Cuando una esté llena, ponla aparte”.

    5. Ella se apartó de él y cerró la puerta detrás de sí y de sus hijos. Ellos le traían [las vasijas], y ella echaba [el aceite].

    6. Cuando las vasijas estuvieron llenas, le dijo a un hijo suyo: “Tráeme otra vasija”. Y le respondió: “No hay más vasijas”. Entonces el aceite cesó.

    7. Ella fue y se lo contó al hombre de ha'Elohim, quien dijo: “Anda, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos pueden vivir de lo que quede.

    Eliseo y la sunamita

    8. Un día pasaba Elishá por Shunem; y vivía allí una mujer rica, quien lo invitó insistentemente a comer; y cada vez que él pasaba, se detenía allí a comer.

    9. Una vez ella le dijo a su esposo: “Mira, yo sé que este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Elohim.

    10. Hagamos un cuartito con paredes en la azotea, y pongamos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara para él, para que se quede ahí siempre que venga donde nosotros”.

    11. Un día él llegó por allá, subió al cuarto y se acostó allí.

    12. Entonces le dijo a Guejazí, su criado: “Llama a esta shunamita”. Cuando la llamó, ella se presentó delante de él.

    13. Luego le dijo [a Guejazí]: “Dile: ‘Mira, tú te has puesto con todos estos trabajos por nosotros. ¿Qué se puede hacer por ti? ¿Necesitas que le hable por ti al rey, o al comandante del ejército?’” Pero ella respondió: “Yo vivo entre mi propio pueblo”.

    14. [Elishá] preguntó: “¿Qué podemos hacer entonces por ella?” Y Guejazí respondió: “El hecho es que ella no tiene hijos, y su esposo es viejo”.

    15. Entonces [Elishá] dijo: “Llámala”. Él la llamó, y ella se detuvo a la puerta.

    16. Entonces él dijo: “El año que viene, por este tiempo, tú estarás abrazando un hijo”. Ella respondió: “¡Por favor, mi amo, hombre de ha'Elohim! ¡No engañe usted a su servidora!”

    17. Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente para el mismo tiempo, tal como le había dicho Elishá.

    18. Cuando el niño creció, cierto día fue a donde estaban su padre y los segadores.

    19. [De pronto] le dijo a su padre: “¡Mi cabeza, mi cabeza!” Y el padre le dijo a su criado: “Llévaselo a su madre”.

    20. Él lo tomó y se lo llevó a su madre. Y el niño estuvo recostado sobre las rodillas de ella hasta el mediodía; luego murió.

    21. Ella subió, lo acostó sobre la cama del hombre de ha'Elohim, cerró la puerta y salió.

    22. Después llamó a su esposo y le dijo: “Por favor, manda uno de los criados y una de las asnas, para que yo corra hacia el hombre de ha'Elohim y regrese”.

    23. Él preguntó: “¿Para qué vas a verlo hoy? No es novilunio ni Shabat”. Y ella respondió: “Todo estará bien”.

    24. Después hizo aparejar el asna y le dijo a su criado: “Apura [a la bestia]; no me dejes aflojar el paso, a menos que yo te lo diga”.

    25. Ella se fue y llegó a donde estaba el hombre de ha'Elohim, en el monte Karmel. Cuando el hombre de ha'Elohim la vio de lejos, le dijo a su criado Guejazí: “Ahí está la shunamita.

    26. Ahora, por favor, corre a su encuentro y pregúntale: ‘¿Cómo estás? ¿Cómo está tu esposo? ¿Cómo está tu hijo?’ Y ella respondió: “Bien”.

    27. Pero cuando ella llegó al monte, al hombre de ha'Elohim, se aferró a sus pies. Guejazí se acercó para apartarla, pero el hombre de ha'Elohim le dijo: “Déjala, que su vida está en amarga angustia. Yahweh me ha ocultado el motivo, y no me lo ha revelado”.

    28. Ella dijo: “¿Acaso le pedí yo un hijo a mi amo? ¿No le dije a usted que no me engañara?”

    29. Entonces él le dijo a Guejazí: “Amárrate el ruedo, toma mi bastón en tu mano y anda. Si te encuentras con alguien, no lo saludes; y si alguien te saluda, no le respondas. Y pon mi bastón sobre la cara del niño”.

    30. Pero la madre del niño dijo: “¡Por vida de Yahweh, y por vida suya, que no me apartaré de usted!” Así que él se levantó y la siguió.

    31. Guejazí se había adelantado a ellos y había puesto el bastón sobre la cara del niño, pero no hubo sonido ni reacción. [Guejazí] volvió al encuentro de Elishá y le dijo: “El niño no se ha despertado”.

    32. Elishá entró en la casa, y allí estaba el niño muerto, tendido sobre su cama.

    33. Entonces entró, cerró la puerta detrás de ellos dos, y oró a Yahweh.

    34. Después se subió [a la cama] y se echó sobre el niño, su boca sobre su boca, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre sus manos, al tenderse sobre él. Y el cuerpo del niño entró en calor.

    35. Luego se bajó, se paseó por la casa de un lado a otro, después subió y se tendió sobre el niño. Entonces el niño estornudó siete veces. Luego el niño abrió los ojos.

    36. [Elishá] llamó a Guejazí y le dijo: “Llama a la shunamita”. Él la llamó, y cuando ella entró, Elishá le dijo: “Toma a tu hijo”.

    37. Cuando ella entró, se echó a los pies de él, y se postró en tierra. Después tomó a su hijo y salió.

    Milagros en beneficio de los profetas

    38. Elishá regresó a Guilgal. Había hambre en el país, y los discípulos de los profetas estaban sentados delante de él. Él le dijo a su criado: “Pon la olla grande y prepara un guiso para los discípulos de los profetas”.

    39. Así que uno de ellos salió al campo para recoger hierbas. Halló una vid silvestre y tomó de ella calabazas silvestres, tantas cuantas pudo contener su falda. Entonces regresó y las rebanó y las echó en la olla del guiso, aunque no sabía [lo que eran];

    40. y lo sirvieron para que comieran los hombres. Cuando comían del guiso, empezaron a gritar: “¡Hombre de ha'Elohim, hay muerte en la olla!” Y no lo pudieron comer.

    41. Entonces Elishá dijo: “Traigan harina”. La echó en la olla y dijo: “Sírvele a la gente para que coman”. Y ya no hubo nada malo en la olla.

    42. Vino un hombre de Báal-Shalisha, trayendo en su alforja pan de la primera cosecha para el hombre de ha'Elohim –veinte panes de cebada– y algunas espigas de grano nuevo. Y [Elishá] dijo: “Dale a la gente para que coma”.

    43. Su criado respondió: “¿Cómo voy a poner esto delante de cien hombres?” Pero él volvió a decir: “Dale a la gente para que coma, porque así ha dicho Yahweh: ‘Comerán y sobrará’”.

    44. Así que él lo puso delante de ellos, y comieron, y sobró, como había dicho Yahweh.