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jueves, julio 18, 2024
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    Apocalipsis 5 - Versión Israelita Nazarena 2011

    El rollo y el Cordero

    1. Vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono, un rollo escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.

    2. También vi a un mensajero poderoso que proclamaba a gran voz: “¿Quién es digno de abrir el rollo y de desatar sus sellos?”

    3. Pero ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo; ni siquiera mirarlo.

    4. Y yo lloraba mucho, porque ninguno fue hallado digno de abrir el rollo; ni siquiera de mirarlo.

    5. Y uno de los ancianos me dijo: “No llores. Mira, el León de la tribu de Yahudah, la Raíz de Dawid, ha vencido para abrir el rollo y sus siete sellos”.

    6. Y en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y de los ancianos vi un cordero de pie, como inmolado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Elohim enviados a toda la tierra.

    7. Él fue y tomó el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.

    8. Cuando tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que representan las oraciones de los santos.

    9. Ellos entonaban un cántico nuevo, que decía: “¡Digno eres de tomar el rollo y de abrir sus sellos! Porque tú fuiste inmolado y con tu sangre has redimido para Yahweh gente de toda raza, lengua, pueblo y nación.

    10. Tú los has constituido en un reino y sacerdotes para nuestro Elohim, y reinarán sobre la tierra”.

    11. Y miré, y oí la voz de muchos mensajeros alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares.

    12. Y decían a gran voz: “Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”.

    13. Y oí a toda criatura que está en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, diciendo: “Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y el poder por los siglos de los siglos”.

    14. Los cuatro seres vivientes decían: “¡Amén!” Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron.