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    Apocalipsis 6 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Los sellos

    1. Y miré cuando el Cordero abrió el primerode los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía con voz de trueno: “¡Ven!”

    2. Y miré, y vi un caballo blanco. El que estaba montado sobre él tenía un arco, y se le dio una corona; y salió venciendo y para vencer.

    3. Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: “¡Ven!”

    4. Y salió otro caballo, rojo. Al que estaba montado sobre él, se le dio poder para quitar la paz de la tierra y para que se matasen unos a otros. Y se le dio una gran espada.

    5. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: “¡Ven!” Y miré y vi un caballo negro, y el que estaba montado sobre él tenía una balanza en su mano.

    6. Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: “¡Una medida de trigo por un denario, y tres medidas de cebada por un denario! Y no hagas ningún daño al vino ni al aceite”.

    7. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: “¡Ven!”

    8. Y miré, y vi un caballo pálido; y el que estaba montado sobre él se llamaba Muerte; y la Fosa lo seguía muy de cerca. A ellos les fue dado poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada y con hambre y con pestilencia y por las fieras del campo.

    9. Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las vidas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Yahweh y del testimonio que ellos tenían.

    10. Y clamaban a gran voz diciendo: “¿Hasta cuándo, oh Soberano Yahweh, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre sobre los que moran en la tierra?”

    11. Y a cada uno de ellos se le dio un vestido blanco; y se les dijo que descansaran todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos que también habían de ser muertos como ellos.

    12. Y miré cuando él abrió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto. El sol se puso negro como tela de luto; la luna entera se puso como sangre,

    13. y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como cuando una higuera arroja sus higos tardíos cuando la sacude un fuerte viento.

    14. El cielo se apartó como un pergamino enrollado, y toda montaña e isla se movieron de sus lugares.

    15. Los reyes de la tierra, los grandes, los comandantes, los ricos, los poderosos, todo esclavo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre las peñas de las montañas,

    16. y decían a las montañas y a las peñas: “Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro del que está sentado sobre el trono y de la ira del Cordero.

    17. Porque ha llegado el gran día de su ira, y ¡quién podrá permanecer de pie!”