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    Deuteronomio 4 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Moisés exhorta a la obediencia

    1. Y ahora, Yisrael, presta atención a las leyes y reglamentos que les estoy enseñando a observar, para que vivan y entren a ocupar la tierra que les está dando Yahweh el Elohim de sus padres,

    2. No añadan nada a lo que yo les mando, ni le quiten nada, sino observen los mandamientos de Yahweh su Elohim que yo les mando.

    3. Ustedes vieron con sus propios ojos lo que hizo Yahweh en el caso de Báal Peor, que Yahweh exterminó de entre ustedes a toda persona que seguía a Báal Peor;

    4. mientras que ustedes los que se aferraron a Yahweh su Elohim están todos vivos todavía.

    5. Miren, yo les he impartido a ustedes leyes y reglamentos, como me ha mandado Yahweh, para que los practiquen en la tierra que están a punto de entrar y ocupar.

    6. Obsérvenlos fielmente, que esa será una prueba de su sabiduría y discernimiento para otros pueblos, quienes al oír de todas estas leyes dirán: “Verdaderamente, esa gran nación es un pueblo sabio y de discernimiento”.

    7. Porque ¿qué gran nación hay que tenga una deidad tan cercana como lo está Yahweh nuestro Elohim siempre que lo invocamos?

    8. O ¿qué gran nación tiene leyes y reglas tan perfectas como toda esta Torah que les pongo delante hoy?

    La experiencia de Israel en Horeb

    9. Pero ten mucho cuidado y cuídate escrupulosamente, para que no olvides lo que viste con tus propios ojos y para que no se te vaya de la mente mientras vivas. Y dalo a conocer a tus hijos y a los hijos de tus hijos:

    10. El día que te presentaste delante de Yahweh tu Elohim en Jorev, Yahweh me dijo: “Reúneme al pueblo para hacerles oír mis palabras, para que aprendan a respetarme mientras vivan en la tierra, y así enseñen a sus hijos”.

    11. Ustedes se acercaron y se pararon al pie del monte. El monte ardía con llamas hasta el mismo cielo, oscuro con densísimas nubes.

    12. Yahweh les habló desde el fuego; ustedes oyeron el sonido de las palabras pero no percibieron ninguna forma –nada sino una voz.

    13. Él les declaró la Alianza que les mandó observar, las Diez Palabras; y las escribió en dos tablas de piedra.

    14. Al mismo tiempo Yahweh me mandó que les impartiera leyes y reglamentos para que los observaran en la tierra a la cual están a punto de cruzar y ocupar.

    Advertencia contra la idolatría

    15. Por su propio bien, pues, tengan mucho cuidado –ya que no vieron forma cuando Yahweh su Elohim les habló desde el fuego en Jorev–

    16. de no actuar perversamente y hacerse una imagen esculpida a semejanza de cualquier figura, en forma de hombre o de mujer,

    17. en forma de alguna bestia de la tierra, en forma de algún ave alada que vuela en el cielo,

    18. en forma de algún reptil que se arrastra sobre el suelo, en forma de algún pez que haya en las aguas bajo la tierra.

    19. Y cuando mires arriba al cielo, y observes el sol, la luna y las estrellas, toda la hueste celeste, no debes ser atraído a inclinarte ante ellos ni a servirles. Estos, Yahweh tu Elohim los ha repartido a otros pueblos en todas partes bajo el cielo;

    20. pero a ustedes los tomó Yahweh y los sacó de Mitsráyim, aquel horno de hierro, para ser el pueblo de su propiedad, como es ahora el caso.

    21. En eso Yahweh estaba enojado conmigo por culpa de ustedes y juró que yo no cruzaría el Yardén ni entraría en la hermosa tierra que Yahweh tu Elohim te está asignando como herencia.

    22. Pues yo tengo que morir en esta tierra; no cruzaré el Yardén. Pero ustedes cruzarán y tomarán posesión de esa hermosa tierra.

    23. Tengan cuidado, pues, de no olvidarse de la Alianza que Yahweh su Elohim hizo con ustedes, y de no hacerse una imagen esculpida en cualquier semejanza, contra lo cual te ha mandado Yahweh tu Elohim.

    24. Porque Yahweh tu Elohim es un fuego consumidor, un Elohim celoso.

    25. Cuando ustedes hayan engendrado hijos y nietos y hayan estado establecidos por mucho tiempo en la tierra, si actúan perversamente y se hacen una imagen esculpida en cualquier semejanza, causándole a Yahweh su Elohim disgusto y molestia,

    26. llamo hoy al cielo y a la tierra para que testifiquen contra ustedes que perecerán pronto de la tierra a la cual van a cruzar el Yardén para poseerla; no durarán mucho en ella, sino que serán exterminados por completo.

    27. Yahweh los dispersará entre los pueblos y sólo un escaso número de ustedes quedará entre las naciones a las que los llevará Yahweh.

    28. Allí servirán a deidades hechas por el hombre, de madera y de piedra, que no pueden ver, ni oír, ni comer, ni oler.

    29. Pero si buscan allí a Yahweh su Elohim, lo hallarán, si lo buscan con todo su corazón y con todo su ser,

    30. cuando estés en angustia por haberte sucedido todas estas cosas y, al final, te vuelvas a Yahweh tu Elohim y lo obedezcas.

    31. Porque Yahweh tu Elohim es un Elohim compasivo: él no te fallará ni te dejará perecer; no olvidará la Alianza que hizo bajo juramento con tus padres.

    32. No tienes más que preguntar por épocas pasadas que vinieron antes de ti, desde que Elohim creó al hombre sobre la tierra, desde un extremo del cielo hasta el otro: ¿Ha ocurrido jamás algo tan grande como esto, o se ha conocido jamás algo semejante?

    33. ¿Ha oído algún pueblo la voz de una deidad hablar de en medio del fuego, como la oíste tú, y ha sobrevivido?

    34. ¿O se ha aventurado alguna deidad a ir y tomar para sí una nación de en medio de otra mediante actos prodigiosos, por señales y portentos, por guerra, con brazo poderoso y extendido y con temible poderío, como hizo por ustedes Yahweh su Elohim en Mitsráyim a los propios ojos de ustedes?

    35. A ti se te ha demostrado claramente que sólo Yahweh es ha'Elohim; no hay otro fuera de él.

    36. Desde el cielo te hizo oír su voz para disciplinarte; sobre la tierra te hizo ver su gran fuego; y de en medio de ese fuego oíste sus palabras.

    37. Y por cuanto amó a tus padres, escogió a sus herederos después de ellos; él mismo, en su gran poder, te sacó de Mitsráyim,

    38. para quitar de tu camino a naciones más grandes y populosas que tú, para hacerte entrar en la tierra de ellas y asignártela como herencia, como es todavía el caso.

    39. Entiende pues hoy y ten en mente que solamente Yahweh es tu ha'Elohim arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay ningún otro.

    40. Observa sus leyes y mandamientos, que yo te ordeno hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, para que permanezcas mucho tiempo en la tierra que Yahweh tu Elohim te asigna para siempre.

    Las ciudades de refugio al oriente del Jordán

    41. Entonces Mosheh escogió tres ciudades al este del Yardén

    42. a las cuales pudiera escapar un homicida que haya matado a un prójimo sin querer, sin que haya sido hostil hacia él en el pasado; este podrá huir a una de esas ciudades y vivir.

    43. Estas son: Bézer, en el desierto, en el Altiplano, para los reubenitas; Ramot, en Guilad, para los gaditas; y Golán, en Bashán, para los manashitas.

    Moisés recapitula la promulgación de la ley

    44. Esta es la Torah que puso Mosheh delante de los yisraelitas:

    45. Estos son los decretos, las leyes y los reglamentos que dirigió Mosheh al pueblo de Yisrael, después que salieron de Mitsráyim,

    46. al otro lado del Yardén, en el valle de Bet Peor, en la tierra del rey Sijón de los emoritas, quien habitaba en Jeshbón, a quien derrotaron Mosheh y los yisraelitas después de salir de Mitsráyim.

    47. Ellos habían tomado posesión de su territorio, del rey Og de Bashán –los dos reyes de los emoritas– que estaban al lado oriental del Yardén

    48. desde Aroer en las riberas del arroyo Arnón, hasta el Monte Tsiyón, es decir, el Jermón;

    49. también todo el Arabah al lado oriental del Yardén, hasta el mar del Arabah, al pie de las laderas del Pisgah.