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    Eclesiastés 10 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Excelencia de la sabiduría

    1. Una mosca muerta le da mal olor al frasco del fino perfume del perfumista. Así afecta un poco de necedad a la sabiduría y a la honra.

    2. La mente del sabio se inclina a su derecha; pero la mente del necio, a su izquierda.

    3. Aun cuando el insensato ande por el camino, le falta entendimiento, y a todos manifiesta que es insensato.

    4. Si el ánimo del gobernante se excita contra ti, no abandones tu puesto; porque la serenidad apacigua grandes ofensas.

    5. Hay un mal que he observado debajo del sol, como el error que proviene de un gobernante:

    6. Al insensato lo colocan en grandes alturas, y los ricos habitan en posición humilde.

    7. He visto siervos a caballo y príncipes andando a pie como siervos.

    8. El que cava un hoyo caerá en él, y al que rompa el cerco lo morderá una serpiente.

    9. El que corta piedras se lastima con ellas, y el que parte leña corre peligro con ella.

    10. Si se embota el hacha y no está afilada, hay que añadir más esfuerzo. Pero es más ventajoso aplicar la sabiduría.

    11. Si la serpiente muerde antes de que la encanten, de nada sirve el encantador.

    12. Las palabras de la boca del sabio son agradables, pero los labios del necio causan su propia ruina.

    13. El comienzo de las palabras de su boca es necedad, y el final de su hablar es locura perjudicial.

    14. El insensato multiplica las palabras, aunque el hombre no sabe lo que ha de suceder. Y lo que habrá de venir después de él, ¿quién se lo declarará?

    15. El duro trabajo fatiga al necio, de manera que él ni siquiera sabe cómo ir a la ciudad.

    16. ¡Ay de ti, oh tierra, cuando tu rey es un muchacho y tus príncipes festejan de mañana!

    17. Feliz tú, oh tierra, cuando tu rey es un hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas y no para embriagarse.

    18. Por la pereza se hunde el techo, y por la flojedad de manos tiene goteras la casa.

    19. El alimento se prepara para disfrutarlo, el vino alegra la vida, y el dinero preocupa a todos.

    20. Ni aún en tu habitación maldigas al rey, ni en tu dormitorio maldigas al rico; porque las aves del cielo llevan la voz, los pajaritos declaran el asunto.