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    Génesis 43 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Los hermanos de José regresan con Benjamín

    1. Pero el hambre era severa en el país.

    2. Y después que se comieron las raciones que habían traído de Mitsráyim, su padre les dijo: “Vayan otra vez y procuren algún alimento para nosotros”.

    3. Pero Yahudah le dijo. ‘El hombre nos advirtió: “No me presenten la cara a menos que venga su hermano con ustedes’.

    4. Si dejas ir a nuestro hermano con nosotros, bajaremos y procuraremos alimento para ti;

    5. pero si no lo dejas ir, no bajaremos; porque el hombre nos dijo: ‘No me presenten la cara a menos que su hermano venga con ustedes’”.

    6. E Yisrael dijo: “¿Por qué me hicieron esa maldad de decirle al hombre que ustedes tenían otro hermano?”

    7. Ellos contestaron: “Pero el hombre seguía preguntándonos sobre nosotros y nuestra familia, diciendo: ‘¿Todavía vive su padre? ¿Tienen algún otro hermano?’ Y teníamos que contestar sus preguntas. ¿Cómo íbamos a saber que nos diría: ‘Traigan aquí a su hermano’”.

    8. Entonces Yahudah le dijo a su padre Yisrael: “Envía al muchacho a mi cuidado, y emprendamos el viaje, para que vivamos y no muramos –tú y nosotros y nuestros hijos,

    9. Yo mismo seré su fiador; puedes hacerme responsable; si no te lo traigo de regreso y te lo pongo delante, yo llevaré la culpa delante de ti para siempre.

    10. Porque ya pudiéramos haber ido y regresado dos veces si no hubiéramos perdido tanto tiempo”.

    11. Entonces su padre Yisrael les dijo: “Si tiene que ser así, hagan esto: echen en su equipaje algunos de los mejores productos de la tierra, llévenselos como regalo al hombre: un poco de bálsamo y miel, goma, mirra nueces de pistacho, y almendras.

    12. Y lleven el doble del dinero, para que regresen el dinero que les devolvieron en las bocas de sus bolsas; tal vez fue un error.

    13. Lleven a su hermano también; y vuelvan enseguida donde el hombre.

    14. Y que Elohim Omnipotente predisponga al hombre a tener compasión de ustedes, para que les devuelva a su otro hermano, así como a Binyamín. En cuanto a mí, si tengo que estar de duelo, que esté de duelo”.

    15. Así que los hombres tomaron aquel regalo, y llevaron consigo el doble del dinero, así como a Binyamín. Emprendieron su viaje a Mitsráyim, donde se presentaron a Yosef.

    16. Cuando Yosef vio a Binyamín con ellos, le dijo al mayordomo de su casa: “Lleva los hombres a la casa; sacrifica y prepara un animal, que estos hombres cenarán conmigo esta tarde”.

    17. Él hizo lo que le dijo Yosef, y llevó a los hombres a la casa de Yosef.

    18. Pero los hombres estaban asustados porque los llevaron a la casa de Yosef. Pensaron: “Debe ser por el dinero que nos devolvieron en las bolsas la primera vez que nos han traído a la casa, como pretexto para atacarnos y tomarnos como esclavos, con nuestros animales de carga”.

    19. Así que fueron donde el mayordomo de la casa de Yosef y le hablaron a la entrada de la casa.

    20. Dijeron: “Si tiene usted la bondad, mi amo, nosotros bajamos una vez a procurar alimento.

    21. Pero cuando llegamos al campamento nocturno y abrimos nuestras bolsas, allí estaba el dinero de cada uno en la boca de su bolsa, todo nuestro dinero. Así que lo hemos traído con nosotros.

    22. Y hemos traído con nosotros más dinero para procurar alimento. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas”.

    23. Él respondió: “Todo está bien con ustedes; no tengan temor. Su Elohim, el Elohim de su padre, les debe haber puesto un tesoro en sus bolsas. Yo recibí el pago de ustedes”. Y les trajo a Shimón.

    24. Entonces el hombre llevó a los hombres a la casa de Yosef; les dio agua para lavarse los pies, y proveyó alimento para sus asnos.

    25. Ellos descargaron sus regalos para esperar la llegada de Yosef por la tarde, porque habían oído que iban a cenar allí.

    26. Cuando Yosef llegó a la casa, le entregaron los regalos que habían traído consigo a la casa, postrándose hasta el suelo ante él.

    27. Él los saludó y les dijo: “¿Cómo está su anciano padre del que me hablaron? ¿Todavía está en buena salud?”

    28. Ellos contestaron: “Le va bien a su servidor nuestro padre; todavía está en buena salud”. Y se postraron e hicieron reverencia.

    29. Mirando alrededor, vio a su hermano Binyamín, el hijo de su madre, y preguntó: “¿Es este su hermano menor del que me hablaron?” Y prosiguió: “Que Elohim te favorezca, mi muchacho”.

    30. Con lo cual Yosef se apresuró a salir, porque estaba vencido de sentimiento por su hermano y estaba a punto de llorar; se fue a otro cuarto y lloró allí.

    31. Luego se lavó la cara, reapareció, y –ya en control de sí mismo– ordenó: “Sirvan la comida”.

    32. Le sirvieron a él aparte, a ellos aparte, y a los mitsritas que comían con él aparte; porque los mitsritas no podían comer con los hebreos, ya que eso era detestable para los mitsritas.

    33. A medida que él los dirigía a sentarse, en orden de edades desde el mayor hasta el menor, los hombres se miraban unos a otros asombrados,

    34. Les sirvieron porciones de la comida de él; pero la porción de Binyamín era cinco veces mayor que la de cualquier otro. Y bebieron con él hasta saciarse.