28.8 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Hechos 7 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Defensa y muerte de Esteban

    1. Entonces el sumo sacerdote dijo:

    2. “¿Son ciertas estas cosas?” él contestó: “Hermanos y padres, escuchen: El Elohim de la gloria se le apareció a Avraham nuestro padre en Mesopotamia, antes de que se estableciera en Jarán,

    3. y le dijo: ‘Sal de tu tierra y de tus parientes, y ve a una tierra que yo te voy a mostrar’.

    4. Entonces él salió de la tierra de los kasditas y se estableció en Jarán. Después de la muerte de su padre, Elohim lo trasladó de allí a esta tierra donde ustedes habitan ahora.

    5. Sin embargo, no le dio herencia en ella, ni siquiera la huella de un pie; pero le prometió que se la daría en posesión a él y a su descendencia después de él, cuando todavía no tenía hijos.

    6. “Además, Elohim le habló diciéndole que su descendencia sería extranjera en una tierra ajena, donde los reducirían a la esclavitud, y los maltratarían por cuatrocientos años.

    7. Y añadió Elohim: ‘Pero a la nación a la que ellos van a servir, yo la juzgaré; después de eso saldrán y me servirán en este lugar’.

    8. “También le dio la alianza de la circuncisión; y así Avraham procreó a Yitsjaq y lo circuncidó al octavo día; luego Yitsjaq procreó a Yaaqov, y Yaaqov a los doce patriarcas.

    9. Los patriarcas, motivados por la envidia, vendieron a Yosef para Mitsráyim; pero Elohim estaba con él

    10. y lo libró de todas sus tribulaciones, y además le dio una sabiduría que le ganó la simpatía del Paroh, rey de Mitsráyim; de manera que éste lo nombró gobernador de Mitsráyim y de todo su palacio.

    11. “Vino entonces hambre sobre todo Mitsráyim y Kenaan, y hubo una escasez tan grande que nuestros padres no encontraban provisiones.

    12. Pero Yaaqov oyó que en Mitsráyim había trigo y envió a nuestros padres la primera vez.

    13. La segunda vez Yosef se dio a conocer a sus hermanos, y así se enteró el Paroh de qué linaje era Yosef.

    14. Yosef mandó llamar a su padre Yaaqov, con toda su familia de setenta y cinco personas,

    15. y así fue como Yaaqov bajó a Mitsráyim; y allí murieron él y nuestros padres.

    16. Luego los trasladaron a Shekhem y los pusieron en el sepulcro que compró Avraham por su precio en plata a los hijos de Jamor, el padre de Shekhem.

    17. “A medida que se acercaba el tiempo para cumplirse la promesa que le había hecho Elohim a Avraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Mitsráyim.

    18. Hasta que se levantó otro rey que no conocía a Yosef.

    19. Este rey, valiéndose de astucia con nuestra raza, maltrató a nuestros padres con el fin de que sus niños recién nacidos perecieran y no se propagara la raza.

    20. En ese tiempo nació Mosheh, y era sumamente hermoso. Lo criaron durante tres meses en la casa de su padre,

    21. pero cuando lo abandonaron, la hija del Paroh lo recogió y lo crió como hijo suyo.

    22. De esa manera Mosheh se instruyó en toda la sabiduría de los mitsritas, y llegó a ser poderoso en palabra y en acción.

    23. “Cuando cumplió los cuarenta años, se le vino a la mente la idea de visitar a sus hermanos, los hijos de Yisrael.

    24. En eso vio que maltrataban a uno de ellos y lo defendió, y vengó al agraviado matando al mitsrita.

    25. Él suponía que sus hermanos habrían de entender que por su mano Elohim les daría salvación, pero ellos no lo entendieron así.

    26. Pues al otro día se acercó a unos que estaban peleando y trató de que hicieran las paces, diciendo: ‘Hombres, ustedes son hermanos, ¿por qué se maltratan uno al otro?’

    27. Pero el que maltrataba a su prójimo lo rechazó diciendo: ‘¿Quién te nombró a ti como príncipe y juez sobre nosotros?

    28. ¿Acaso quieres matarme como mataste ayer al mitsrita’.

    29. Al oír esto, Mosheh huyó y se fue a vivir como extranjero en la tierra de Midyán, donde procreó dos hijos.

    30. “Cuarenta años más tarde, se le apareció un mensajero en el desierto del monte Sinay, en una llama de fuego en un arbusto.

    31. Mosheh se maravilló al ver aquel espectáculo, y al acercarse para observarlo oyó la voz de Elohim:

    32. ‘Yo soy el Elohim de tus padres, el Elohim de Avraham, de Yitsjaq y de Yaaqov’. Mosheh entonces empezó a temblar y no se atrevía a mirar.

    33. Elohim le dijo: ‘Quítate las sandalias de los pies porque el lugar donde estás es tierra santa.

    34. Ciertamente he visto la opresión de mi pueblo que está en Mitsráyim; he oído sus gemidos y he bajado para librarlos. Ahora ven acá, que te voy a enviar a Mitsráyim’.

    35. “A aquel mismo Mosheh a quien habían rechazado diciendo: ‘¿Quién te nombró a ti como príncipe y juez?’, a ese mismo lo envió Elohim como príncipe y redentor, por medio del mensajero que se le apareció en el arbusto.

    36. Él fue quien los sacó después de hacer maravillas y señales en Mitsráyim, como también en el Mar de los Juncos, y en el desierto por espacio de cuarenta años.

    37. “Aquel Mosheh fue el que dijo a los hijos de Yisrael: ‘Yahweh su Elohim les levantará un profeta de entre sus hermanos, semejante a mí’.

    38. Ese fue el que estuvo en la asamblea en el desierto, con el mensajero que le hablaba en el Monte Sinay, y con nuestros padres, y recibió palabras de vida para trasmitírnoslas.

    39. Nuestros padres no quisieron obedecerle, sino que lo rechazaron, y en sus corazones se volvieron atrás a Mitsráyim.

    40. Le dijeron a Aharón: ‘Haznos unos elohim que vayan delante de nosotros, porque a ese Mosheh que nos sacó de la tierra de Mitsráyim no sabemos lo que le ha sucedido’.

    41. “Así que hicieron un becerro en aquellos días, y le ofrecieron un sacrificio al ídolo, y se regocijaron en la obra de sus manos.

    42. Entonces Elohim les volvió la espalda y los abandonó para que sirvieran al ejército del cielo, como está escrito en el libro de los profetas: ‘¿Acaso me ofrecieron víctimas y sacrificios por cuarenta años en el desierto, casa de Yisrael?

    43. Al contrario, levantaron la carpa de Mólekh, y la estrella de elohim Refán, figuras que ustedes hicieron para darles culto. Pero yo los deportaré más allá de Bavel’.

    44. “La Carpa del Testimonio la tenían nuestros padres en el desierto según ordenó Aquel que mandó a Mosheh hacerla según el diseño que había visto.

    45. Y nuestros padres la recibieron en sucesión, hasta que bajo Yahoshúa la introdujeron cuando entraron en la tierra poseída por las naciones que expulsó el Elohim de delante de nuestros padres. Allí permaneció hasta los días de Dawid,

    46. quien alcanzó favor delante de Yahweh y pidió que se le permitiera proveerle una morada al Elohim de Yaaqov.

    47. Aunque fue Shelomoh quien le construyó una casa.

    48. Pero el Altísimo no mora en casas hechas por manos, como dice el profeta:

    49. ‘El cielo es mi trono, y la tierra la tarima de mis pies. ¿Qué clase de casa me podrán edificar –dice Yahweh– o qué lugar para que repose?

    50. ¿No hizo mi mano todo esto?’

    51. “Testarudos, incircuncisos de corazón y de oídos, ustedes siempre resisten al espíritu de santidad; como hicieron sus padres así hacen ustedes.

    52. ¿A cuál de los profetas no persiguieron los padres de ustedes? Ellos mataron a los que anunciaban de antemano la venida del Justo, el mismo a quien ahora ustedes han traicionado y matado;

    53. ustedes que recibieron la Torah por mediación de mensajeros, y no la han observado”.

    54. Cuando oyeron estas palabras se sintieron heridos y empezaron a crujir los dientes contra él.

    55. Pero él, lleno de espíritu de santidad, se quedó mirando fijamente al cielo y vio la gloria de Elohim, y a Yahoshúa de pie a la derecha de Elohim.

    56. Entonces dijo: “Miren, estoy viendo el cielo abierto, y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Yahweh”.

    57. Pero ellos, gritando a todo pulmón, se taparon los oídos y arremetieron contra él.

    58. Después de echarlo fuera de la ciudad lo apedrearon. Los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven que se llamaba Shaúl,

    59. y se pusieron también a apedrear a Esteban, mientras él invocaba al Mashíaj diciendo: “Maestro Yahoshúa, recibe mi espíritu”.

    60. Luego, cayendo de rodillas, gritó con voz fuerte: “Yahweh, no les cuentes este pecado”. Y después de decir esto, murió.