29.8 C
Miami
domingo, julio 21, 2024
Más


    Jeremías 38 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Jeremías en la cisterna

    1. Shefatyah hijo de Matán, Guedalyahu hijo de Pashjur, Yukhal hijo de Shelemyahu y Pashjur hijo de Malkiyah oyeron lo que le decía Yirmeyahu a todo el pueblo:

    2. Así ha dicho Yahweh: “Todo el que se quede en esta ciudad morirá por la espada, por el hambre o por la pestilencia; pero todo el que se rinda a los kasditas vivirá; por lo menos se le concederá la vida, y vivirá.

    3. Así ha dicho Yahweh: Esta ciudad será entregada en manos del ejército del rey de Bavel, y la capturará”.

    4. Entonces los oficiales le dijeron al rey: “¡Que muera este hombre! Pues está desmoralizando a los soldados, y a todo el pueblo que ha quedado en esta ciudad, al decirles esas cosas. Ese hombre no busca el bienestar de este pueblo, sino su perjuicio”.

    5. El rey Tsidqiyahu respondió: “En sus manos está; el rey no puede oponerse a ustedes en nada”.

    6. Entonces tomaron a Yirmeyahu y lo echaron en la cisterna de Malkiyah hijo del rey, que estaba en el patio de la prisión; bajaron a Yirmeyahu con sogas. En la cisterna no había agua, sino lodo; y Yirmeyahu se hundió en el lodo.

    7. Éved Mélekh el kushita, un eunuco que estaba en el palacio del rey, se enteró de que habían metido a Yirmeyahu en la cisterna. Y estando el rey sentado a la Puerta de Binyamín,

    8. Ébed Mélekh salió del palacio del rey y le habló al rey:

    9. “Oh Su Majestad el rey, esos hombres han actuado mal en todo lo que le han hecho al profeta Yirmeyahu; lo metieron en la cisterna, para que se muera allí de hambre”. Porque no había más pan en la ciudad.

    10. Entonces el rey le dio estas instrucciones al mismo Éved Mélekh el kushita: “Toma contigo treinta hombres de aquí y saca al profeta Yirmeyahu de la cisterna antes que muera”.

    11. Así que Éved Mélekh tomó consigo a los hombres y entró al palacio del rey, a un lugar que quedaba debajo de la tesorería. Allí consiguió ropas raídas y trapos desgarrados, y se los bajó con sogas a Yirmeyahu en la cisterna.

    12. Y Éved Mélekh el kushita le dijo a Yirmeyahu: “Ponte estos trapos raídos y rasgados en las axilas, debajo de las sogas”. Así lo hizo Yirmeyahu,

    13. y así halaron a Yirmeyahu con sogas, y lo sacaron de la cisterna. Y Yirmeyahu permaneció en el patio de la prisión.

    Sedequías consulta secretamente a Jeremías

    14. El rey Tsidqiyahu mandó a buscar al profeta Yirmeyahu, y lo hizo traer a la tercera entrada de la Casa de Yahweh. Y el rey le dijo a Yirmeyahu: “Quiero preguntarte algo; no me ocultes nada”.

    15. Yirmeyahu le dijo a Tsidqiyahu: “Si te lo revelo, de seguro me matarás; y si te doy consejo, no me escucharás”.

    16. Entonces el rey Tsidqiyahu le hizo un juramento en secreto a Yirmeyahu: “Por vida de Yahweh que nos ha dado vida, que no te daré muerte, ni te entregaré en mano de esos hombres que buscan tu vida”.

    17. Entonces Yirmeyahu le dijo a Tsidqiyahu: “Así ha dicho Yahweh, el Elohim de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: Si te rindes a los oficiales del rey de Bavel, se preservará tu vida, y esta ciudad no será incendiada. Así vivirás, tú y tu casa.

    18. Pero si no te rindes a los oficiales del rey de Bavel, esta ciudad será entregada en mano de los kasditas, quienes la incendiarán, y tú no escaparás de ellos”.

    19. El rey Tsidqiyahu le dijo a Yirmeyahu: “Estoy preocupado por los yahuditas que se han pasado a los kasditas: que me entreguen en sus manos y se me echen encima”.

    20. Yirmeyahu le dijo: “No te entregarán. Escucha, por favor, la palabra de Yahweh que yo te hablo, y te irá bien y se te preservará la vida.

    21. Pero si rehusas rendirte, esto es lo que me ha revelado Yahweh:

    22. “Todas las mujeres que han quedado en el palacio del rey de Yahudah serán entregadas a los oficiales del rey de Bavel; y ellas mismas dirán: ‘Los hombres que eran tus amigos te han seducido y te han hundido. Ahora que tus pies se hundieron en el lodo, ellos te dieron la espalda’.

    23. A todas tus esposas y a tus hijos los entregarán a los kasditas, y tú no escaparás de sus manos. Serás capturado por el rey de Bavel, y esta ciudad será incendiada”.

    24. Tsidqiyahu le dijo a Yirmeyahu: “Que nadie sepa de esta conversación, o morirás.

    25. Si los oficiales se enteran de que yo hablé contigo, y vienen y te preguntan: ‘Dinos, por favor, qué hablaste con el rey, y dinos qué te dijo el rey. No nos ocultes nada, o te mataremos’,

    26. diles: ‘Le estaba presentando al rey mi petición para que no me haga volver a la casa de Yahonatán a morir allí’”.

    27. Todos los oficiales vinieron donde Yirmeyahu para interrogarlo; y él les respondió tal como le había mandado el rey. Así que dejaron de interrogarlo, porque la conversación no se había oído.

    28. Yirmeyahu permaneció en el patio de la prisión hasta el día en que fue capturada Yerushalem. Allí estaba él cuando Yerushalem fue capturada.