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domingo, agosto 18, 2024
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    Job 29 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Job recuerda su felicidad anterior

    1. Iyov continuó su discurso y dijo:

    2. ¡Oh si yo fuera como en los meses pasados, como en los días cuando Elohim me guardaba!

    3. Cuando él hacía brillar su lámpara sobre mi cabeza, cuando a su luz yo caminaba en la oscuridad.

    4. Cuando yo estaba en los días de mi vigor, cuando la compañía de Elohim favorecía mi morada;

    5. cuando Shaday estaba aún conmigo, cuando mis hijos estaban a mi alrededor;

    6. cuando mis pies se bañaban en crema, y las rocas me vertían corrientes de aceite.

    7. Cuando yo iba al tribunal de la ciudad, y tomaba mi asiento en la plaza.

    8. Los jóvenes me veían y se hacían a un lado; los ancianos se levantaban y permanecían de pie.

    9. Los nobles detenían sus palabras, y se ponían la mano sobre la boca.

    10. Las voces de los príncipes se acallaban, su lengua se pegaba a su paladar.

    11. Los oídos que me oían me llamaban dichoso; los ojos que me veían, me daban elogios.

    12. Porque yo salvaba al pobre que clamaba, al huérfano que no tenía quien le ayudara.

    13. La bendición del moribundo caía sobre mí, y yo alegraba el corazón de la viuda.

    14. Yo me vestía de rectitud y ella me envolvía; mi manto y mi turbante era la justicia.

    15. Yo era ojos para el ciego y pies para el cojo.

    16. Era un padre para los necesitados, e investigaba la causa del extraño.

    17. Yo le rompía las quijadas al malvado, y de sus dientes arrancaba la presa.

    18. Yo pensaba que terminaría mis días con mi familia, y que multiplicaría mis días como la arena.

    19. Mis raíces llegaban hasta las aguas, y el rocío se posaba en mis ramas.

    20. Mi vigor se renovaba, mi arco siempre nuevo en mi mano.

    21. La gente me escuchaba con expectación; y esperaba mi consejo en silencio.

    22. Después que yo hablaba no tenían nada que decir; mis palabras eran como gotas [de rocío] sobre ellos.

    23. Me esperaban como a la lluvia, y abrían su boca como a la lluvia tardía.

    24. Cuando me sonreía con ellos, ¡no lo creían! Nunca esperaban una señal de mi favor.

    25. Yo escogía el camino para ellos y presidía sobre ellos; vivía como un rey entre sus tropas, como uno que consuela a los dolientes.