32.4 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Jueces 9 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Reinado de Abimelec

    1. Avimélekh hijo de Yerubáal fue a los hermanos de su madre en Shekhem y les habló a ellos y a todo el clan de la familia de su madre. Dijo:

    2. “Háganles, por favor, la siguiente pregunta a todos los ciudadanos de Shekhem: ¿Qué les conviene más, que los gobiernen setenta hombres -por todos los hijos de Yerubáal- o que los gobierne un solo hombre? Y recuerden que yo soy de su propia carne y hueso”.

    3. Los hermanos de su madre dijeron todo esto en su favor a todos los ciudadanos de Shekhem, y se sintieron inclinados a seguir a Avimélekh; porque pensaron: “El es nuestro pariente”.

    4. Le dieron setenta siclos del templo de Báal Berit; y con eso Avimélekh contrató a unos hombres ociosos e imprudentes, y estos lo siguieron.

    5. Entonces fue a la casa de su padre y mató a sus hermanos, los hijos de Yerubáal, setenta hombres sobre una misma piedra. Solamente sobrevivió Yonatán, el hijo menor de Yerubáal porque se escondió.

    6. Todos los ciudadanos de Shekhem y todos los de Bet-miló se reunieron y proclamaron rey a Avimélekh en el terebinto del pilar de Shekhem.

    7. Cuando se lo informaron a Yotam, fue y se paró en la cumbre del Monte Guerizim y les gritó con voz fuerte, diciéndoles: “¡Ciudadanos de Shekhem! Oiganme, para que Elohim los oiga a ustedes.

    8. “Una vez los árboles iban a ungir un rey sobre ellos. Le dijeron al olivo: ‘Reina sobre nosotros’.

    9. Pero el olivo respondió: ‘¿Acaso yo, mediante quien se honran Elohim y los hombres, he dejado de producir mi rico aceite, para que me vaya a ondular sobre los árboles?’

    10. Así que los árboles le dijeron a la higuera: ‘Ven tú, y reina sobre nosotros’.

    11. Pero la higuera respondió: ‘¿Acaso he dejado de producir mi dulzura, mi deliciosa fruta, para que me vaya a ondular sobre los árboles?’

    12. De modo que los árboles le dijeron a la vid: ‘Ven tú, y reina sobre nosotros’.

    13. Pero la vid respondió: ‘¿Acaso he dejado de producir mi vino nuevo, que alegra a Elohim y a los hombres, para que me vaya a ondular sobre los árboles?’

    14. Entonces todos los árboles le dijeron a la zarza: ‘Ven tú, y reina sobre nosotros’.

    15. Y la zarza les dijo a los árboles: ‘Si están actuando de buena fe al ungirme como rey sobre ustedes, vengan y refúgiense en mi sombra; pero si no, ¡que salga mi fuego de la zarza y consuma a los cedros del Levanón!’

    16. “Así que ahora, si ustedes actuaron de buena fe y con lealtad al hacer rey a Avimélekh, y si han hecho lo correcto con Yerubáal y su casa y le han pagado como se merecía

    17. considerando que mi padre combatió por ustedes y los salvó de los midyanitas a riesgo de su vida,

    18. y ahora ustedes se han vuelto contra la casa de mi padre, han matado a sus hijos, setenta hombres sobre una misma roca, y han puesto a Avimélekh, hijo de una sirvienta, como rey sobre los habitantes de Shekhem, sólo porque es su pariente

    19. si, como digo, ustedes han actuado hoy de buena fe y con lealtad hacia Yerubáal y su casa, regocíjense en Avimélekh y que él igualmente se regocije en ustedes.

    20. Pero si no, que salga fuego de Avimélekh y consuma a los ciudadanos de Shekhem y Bet-miló, y que salga fuego de los ciudadanos de Shekhem y Betmiló y consuma a Avimélekh”.

    21. Con eso, Yotan huyó. Corrió a Beer y se quedó allí, a causa de su hermano Avimélekh.

    22. Avimélekh gobernó sobre Yisrael por tres años.

    23. Entonces Elohim envió un espíritu de discordia entre Avimélekh y los ciudadanos de Shekhem, y los ciudadanos de Shekhem se levantaron contra Avimélekh

    24. para que el crimen cometido contra los setenta hijos de Yerubáal quedara vengado, y su sangre recayera sobre su hermano Avimélekh, que los había matado, y sobre los ciudadanos de Shekhem que lo habían apoyado en la matanza de sus hermanos.

    25. Los ciudadanos de Shekhem pusieron emboscadas contra él en las cumbres de los montes; y robaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino. A Avimélekh le avisaron de esto.

    26. Entonces Gáal hijo de Ébed vino con sus compañeros y se pasó a Shekhem, y los ciudadanos de Shekhem le dieron su confianza.

    27. Salieron a sus campos, vendimiaron y pisaron las uvas de sus viñedos, e hicieron una fiesta. Entraron en el templo de su deidad, y cuando comieron y bebieron maldijeron a Avimélekh.

    28. Gáal hijo de Ébed dijo: “¿Quién es Avimélekh y quiénes somos los Shekhemitas, para que le sirvamos? Ese mismo hijo de Yerubáal y su lugarteniente Zebul sirvieron una vez a los hombres de Jamor, el padre de Shekhem; así que ¿por qué tenemos que servirle?

    29. Ay, si este pueblo estuviera bajo mi mando, ¡yo eliminaría a Avimélekh! Uno desafiaría a Avimélekh: ‘Completa tus ejércitos y sal para acá’”.

    30. Cuando Zebul, el gobernador de la ciudad, oyó las palabras de Gáal hijo de Ébed, se puso furioso.

    31. Le envió mensajeros a Avimélekh en Tormah para que le dijeran: “Gáal hijo de Ébed y sus compañeros han venido a Shekhem y están incitando a la ciudad contra ti.

    32. Así que sal de noche con las fuerzas que tienes contigo y escóndete en los campos.

    33. Temprano a la mañana siguiente, a la salida del sol, avanza contra la ciudad. Él y sus hombres saldrán entonces contra ti, y tú harás con él lo que te sea posible”.

    34. Avimélekh y todos los hombres que lo acompañaban salieron de noche y se emboscaron contra Shekhem en cuatro escondites.

    35. Cuando vino Gáal hijo de Ébed y se paró a la entrada de la ciudad, Avimélekh y su ejército salieron de su escondite.

    36. Gáal vio el ejército y le dijo a Zebul: “¡Ese es un ejército que baja de las cumbres de los montes!” Pero Zebul le dijo: “Son las sombras de los montes que te parecen gente”.

    37. Gáal le dijo de nuevo: “Mira, es un ejército que viene bajando de Tabur-érets, y otra columna viene desde Elón- Meonenim”.

    38. Zebul respondió: “¿Dónde está tu jactancia, que decías: ‘¿Quién es Avimélekh para que le sirvamos?’ Ahí está el ejército del que te burlabas; ¡sal ahora y combátelo!”

    39. De manera que Gáal salió a la cabeza de los ciudadanos de Shekhem y le dio batalla a Avimélekh.

    40. Pero tuvo que huir delante de él, y Avimélekh lo persiguió y cayeron muchos heridos, hasta la entrada de la puerta.

    41. Entonces Avimélekh se quedó en Arumah, mientras Zebul expulsaba a Gáal y sus acompañantes y los mantenía fuera de Shekhem.

    42. Al día siguiente, cuando la gente salió al campo, se lo informaron a Avimélekh.

    43. Juntando su ejército, lo dividió en tres columnas y se emboscó en los campos; y cuando vio a la gente que salía de la ciudad, les cayó encima y los atacó.

    44. Cuando Avimélekh y las columnas que lo seguían se abalanzaron y tomaron posición a la entrada de la puerta de la ciudad, las otras dos columnas se abalanzaron contra todos los que estaban en el campo y los derribaron.

    45. Avimélekh combatió contra la ciudad todo ese día. Capturó la ciudad y masacró a la gente que había allí; arrasó el poblado y lo sembró de sal.

    46. Cuando todos los ciudadanos de la Torre de Shekhem se enteraron de esto, entraron al túnel del templo de El Berit.

    47. Cuando le informaron a Avimélekh que todos los ciudadanos de la Torre de Shekhem se habían reunido [allí],

    48. Avimélekh y todas las tropas que tenía consigo subieron al Monte Zalmón. Tomando un hacha en la mano, Avimélekh cortó una rama de un árbol y se la echó al hombro. Entonces les dijo a las tropas que lo acompañaban: “Lo que me han visto hacer, apresúrense a hacerlo también”.

    49. Así que cada una de las tropas cortó también una rama; entonces marcharon detrás de Avimélekh y las colocaron sobre el túnel, y le prendieron fuego al túnel sobre las cabezas de ellos. Así perecieron también toda la gente de la Torre de Shekhem, como mil hombres y mujeres.

    50. Avimélekh prosiguió hasta Tebéts; acampó en Tebéts y la ocupó.

    51. Dentro del poblado había una torre fortificada; y todos los ciudadanos del poblado, hombres y mujeres, se refugiaron allí. Se encerraron y se subieron al techo de la torre.

    52. Avimélekh se dirigió a la torre y la atacó. Se acercó a la puerta de la torre para prenderle fuego.

    53. Pero una mujer dejó caer una piedra superior de molino sobre la cabeza de Avimélekh y le rompió el cráneo.

    54. Él inmediatamente llamó a su asistente, su escudero, y le dijo: “Saca tu espada y mátame, para que no digan que una mujer me mató”. Así que su asistente lo atravesó, y murió.

    55. Cuando los hombres de Yisrael vieron que Avimélekh había muerto, se fueron cada uno a su casa.

    56. Así le pagó Elohim a Avimélekh por el mal que le había hecho a su padre al matar a sus setenta hermanos;

    57. y de igual manera les pagó Elohim a los hombres de Shekhem por todas sus maldades. Y así se cumplió sobre ellos la maldición de Yotam hijo de Yerubáal.