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    Lucas 12 - Versión Israelita Nazarena 2011

    La levadura de los fariseos

    1. Mientras tanto, miles y miles de personas se habían reunido, en tal conglomeración que se atropellaban unos a otros. Él comenzó a decir primeramente a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.

    2. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse; ni nada escondido que no llegue a saberse.

    3. Por eso, lo que ustedes han dicho en las tinieblas, a la luz del día se oirá; y lo que han hablado al oído en las habitaciones, se pregonará desde las azoteas.

    A quién se debe temer

    4. “Y les digo a ustedes mis amigos: No teman a los que matan el cuerpo, y después no hay nada más que puedan hacer.

    5. Pero yo les enseñaré a quién deben temer: Témanle a Aquel que, después de matar, tiene poder de echar en el Crematorio. Sí, les digo: A ese es que hay temer.

    6. “¿No se venden cinco pajaritos por dos monedas? Sin embargo ni uno de ellos queda olvidado delante de Elohim.

    7. Pues aun los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. No teman; ustedes valen más que muchos pajaritos.

    El que me confesare delante de los hombres

    8. “Además les digo, que a todo el que me reconozca delante de los hombres, también el Hijo del Hombre lo reconocerá delante de los mensajeros de Elohim;

    9. pero al que me niegue delante de los hombres lo negará delante de los mensajeros de Elohim.

    10. A todo el que diga una palabra en contra del Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el espíritu de santidad, no se le perdonará.

    11. “Cuando los lleven a las sinagogas y a los magistrados y autoridades, no se preocupen de cómo o qué van a responder, o qué van a decir.

    12. Porque el espíritu de santidad les enseñará en aquel momento lo que se debe decir”.

    El rico insensato1

    13. Entonces uno de entre la multitud le dijo: “Rabí, dile a mi hermano que parta conmigo la herencia”.

    14. Y él le dijo: “Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o repartidor sobre ustedes?”

    15. Y les dijo: “Miren, cuídense de toda codicia, porque la vida de uno no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

    16. Entonces les refirió una parábola, diciendo: “Las tierras de un hombre rico habían producido mucho.

    17. Y él cavilaba diciéndose a sí mismo: ‘¿Qué haré? Porque ya no tengo dónde almacenar mis productos’.

    18. Entonces dijo: ‘Esto es lo que voy a hacer: voy a derribar mis graneros para edificar otros más grandes: allí almacenaré todo mi grano y mis bienes.

    19. Luego podré decirme: Hombre, tienes muchos bienes almacenados para muchos años: descansa, come, bebe, alégrate’”.

    20. Pero Elohim le dijo: ‘Necio, esta noche vienen a reclamar tu vida; y lo que has amontonado, ¿para quién será?’

    21. Así pasa con el que acumula tesoro para sí mismo pero no es rico para con Elohim”.

    El afán y la ansiedad

    22. Dijo también a sus discípulos: “Por tanto les digo: No se afanen por su vida, qué habrán de comer; ni por su cuerpo, qué habrán de vestir.

    23. Porque la vida es más que la comida, y el cuerpo es más que la ropa.

    24. Fíjense en los cuervos, que ni siembran, ni cosechan, ni tienen almacenes ni graneros; y Elohim los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!

    25. ¿Y quién de ustedes, por más ansioso que se ponga, podrá añadir un codo a su estatura?

    26. Pues si no pueden hacer lo que es menos, ¿por qué se ponen ansioso por lo demás?

    27. “Fíjense en los lirios, cómo crecen. No trabajan, ni hilan; sin embargo les digo que ni aun Shelomoh, con toda su gloria, se vistió como uno de ellos.

    28. Si Elohim viste así la hierba, que hoy está en el campo y mañana la echan en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!

    29. “Así que ustedes no estén pendientes de qué van a comer o qué van a beber, ni se desesperen.

    30. Porque la gente del mundo busca ansiosamente todas estas cosas; pero su Padre sabe que tienen necesidad de ellas.

    31. Ustedes más bien, busquen Su reino, y estas cosas se les darán por añadidura.

    Tesoro en el cielo

    32. No teman, rebaño pequeño, porque su Padre se complace en darles el reino.

    33. “Vendan sus bienes y hagan obras de caridad. Hagan bolsas que no se envejecen, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni destruye la polilla.

    34. Porque donde esté su tesoro, allí también estará su corazón.

    El siervo vigilante

    35. “Tengan su cintura ceñida y sus lámparas encendidas.

    36. Y sean como los siervos que esperan que su amo vuelva de las bodas, para abrirle enseguida cuando llegue y llame.

    37. Felices aquellos siervos a quienes el amo los encuentre velando cuando llegue. En verdad les digo que él mismo se ceñirá y los hará sentarse a la mesa, y se pondrá a servirles.

    38. Aunque llegue en la segunda vigilia, o en la tercera vigilia, si los halla así, ¡felices ellos!

    39. “Sepan que si el dueño de casa supiera a qué hora va a venir un ladrón, no permitiría que forzara la entrada a su casa.

    40. Ustedes también estén preparados, porque cuando menos lo piensen vendrá el Hijo del Hombre”.

    El siervo infiel

    41. Entonces Kefá le dijo: “Maestro, ¿dices esa parábola para nosotros, o también para todos?”

    42. Y dijo el Maestro: “¿Quién es, entonces, el mayordomo fiel y prudente, a quien el amo pondrá a cargo de su familia para que les dé sus raciones a su tiempo?

    43. Feliz será aquel siervo a quien su amo, cuando venga, lo encuentre haciendo así.

    44. En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.

    45. “Pero si aquel siervo dice en su corazón: ‘Mi amo tarda en venir’, y comienza a maltratar a los criados y a las criadas, y a comer y a beber y a emborracharse,

    46. vendrá el amo de aquel siervo el día en que menos lo espera y a la hora que menos se imagina, y lo castigará severamente y pondrá su parte con los incrédulos.

    47. Porque el siervo que entendió la voluntad de su amo pero no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.

    48. Pero el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de azotes, recibirá pocos azotes. Porque a todo el que se le ha dado mucho, mucho se le exigirá; y al que se le ha encomendado mucho, se le pedirá más.

    Jesús, causa de división

    49. “Yo he venido a encender un fuego en la tierra. ¡Y qué más quiero, si ya está encendido!

    50. Pero tengo una inmersión por la cual pasar, ¡y cómo me angustio hasta que se cumpla!

    51. ¿Piensan ustedes que he venido a poner paz en la tierra? ¡Les digo que no, sino a causar división!

    52. Porque de aquí en adelante cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres.

    53. El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra”.

    ¿Cómo no reconocéis este tiempo?

    54. Les decía también a las multitudes: “Cuando ustedes ven una nube que sube del poniente, enseguida dicen: ‘Va a llover’. Y así sucede.

    55. Cuando sopla el viento del sur, dicen: ‘Va a hacer calor’. Y así pasa.

    56. Hipócritas, saben interpretar el aspecto del cielo y de la tierra, ¿y cómo no saben interpretar este tiempo?

    Arréglate con tu adversario

    57. “¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?

    58. Pues cuando vayas ante el magistrado con tu adversario, haz lo posible por arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al juez y el juez te entregue al policía, y el policía te meta en la cárcel.

    59. Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.