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sábado, agosto 17, 2024
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    Lucas 13 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Arrepentíos o pereceréis

    1. En aquella ocasión estaban presentes algunos que le contaron sobre ciertos galileos cuya sangre Pilato había mezclado con la sangre de sus sacrificios.

    2. Y él les respondió: “¿Piensan que aquellos galileos, porque padecieron esas cosas, habían sido más pecadores que todos los galileos?

    3. Les digo que no; y ustedes si no se arrepienten, todos perecerán igualmente.

    4. “O aquellos dieciocho sobre quienes cayó la torre de Shilóaj y los mató, ¿piensan que ellos habían sido más culpables que todos los hombres que viven en Yerushaláyim?

    5. Les digo que no; y ustedes si no se arrepienten, todos perecerán de la misma manera”.

    Parábola de la higuera estéril

    6. Entonces dijo esta parábola: “Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña, y cuando fue a buscar fruto en ella, no encontró.

    7. Entonces le dijo al viñador: ‘Mira, hace ya tres años que vengo buscando fruto en esta higuera y no lo encuentro. Así que córtala. ¿Por qué va a desperdiciar el terreno?’

    8. Pero él le respondió: “Maestro, déjala todavía este año, hasta que yo le cave alrededor y le eche estiércol.

    9. Si da fruto en el futuro, bien; y si no, entonces la cortas’”.

    Jesús sana a una mujer en el día de reposo

    10. Un Shabat estaba enseñando en una de las sinagogas,

    11. y estaba allí una mujer que tenía un espíritu de enfermedad desde hacía dieciocho años; andaba encorvada y no podía enderezarse por completo.

    12. Cuando Yahoshúa la vio, la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”.

    13. Puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y se puso a glorificar a Elohim.

    14. Pero el principal de la sinagoga, enojado porque Yahoshúa había sanado en Shabat, tomó la palabra y le dijo a la gente: “Hay seis días en los cuales se debe trabajar; pues vengan en esos días para que los sanen, pero no en el día de Shabat”.

    15. Entonces el Maestro le respondió: “Hipócrita, no desata cada uno de ustedes en Shabat su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?

    16. Y a ésta, que es hija de Avraham, a quien el Satán ha tenido atada por dieciocho años, ¿no se le debía desatar de su ligadura en el día de Shabat?”

    17. Cuando dijo esto, todos sus adversarios quedaron avergonzados, mientras que todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas que él hacia.

    Parábola de la semilla de mostaza

    18. Entonces dijo: “¿A qué se parece el reino de Elohim? ¿Con qué lo compararé?

    19. Se parece a un grano de mostaza que un hombre cogió y sembró en su huerto; y creció y se convirtió en un árbol, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas”.

    Parábola de la levadura

    20. Otra vez dijo: “¿Con qué compararé el reino de Elohim?

    21. Se parece a la levadura que una mujer cogió y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado.

    La puerta estrecha

    22. Y pasaba por las ciudades y aldeas enseñando, mientras se encaminaba a Yerushaláyim.

    23. En eso uno le preguntó: “Maestro, ¿son pocos los que se salvan?” Y él les dijo:

    24. “Esfuércense por entrar por la puerta estrecha, porque les digo que muchos tratarán de entrar, y no podrán.

    25. Después que el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, afuera, comenzarán a llamar a la puerta diciendo: ‘¡Maestro, ábrenos!’ Pero él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’.

    26. Entonces comenzarán a decir: ‘En tu presencia hemos comido y bebido, y tú has enseñado en nuestras plazas’.

    27. Pero él les dirá: ‘No sé de dónde son ustedes. Apártense de mí todos los que hacen injusticia’.

    28. “Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando ustedes vean a Avraham, a Yitsjaq, a Yaaqov y a todos los profetas en el reino de Elohim, mientras a ustedes los echan fuera.

    29. Del Oriente y del Occidente, del Norte y del Sur, vendrán a sentarse a la mesa en el reino de Elohim.

    30. Y miren, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.

    Lamento de Jesús sobre Jerusalén

    31. En aquel mismo momento llegaron ciertos fariseos y le dijeron: “Sal y vete de aquí, porque Horedós te quiere matar”.

    32. Él les dijo: “Vayan y díganle a esa zorra: "Mira, voy a expulsar demonios y a hacer sanidades hoy y mañana, y al tercer día termino.

    33. Pero tengo que seguir mi camino hoy, mañana y pasado mañana; porque no es posible que a un profeta lo maten fuera de Yerushaláyim."

    34. “¡Yerushaláyim, Yerushaláyim, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo sus alas, y no quisiste!

    35. Miren, su Casa se les deja abandonada. Les digo que no me verán más hasta que llegue el día cuando digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre de Yahweh!’”