26.4 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Lucas 19 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Jesús y Zaqueo

    1. Yahoshúa entró en Yerejó y pasaba por ella.

    2. En eso, un hombre llamado Zakay, que era un principal de los publicanos y era rico,

    3. procuraba ver quién era Yahoshúa; pero no podía a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.

    4. Entonces corrió adelante y se subió a un árbol sicómoro para verlo, pues iba a pasar por allí.

    5. Cuando Yahoshúa llegó a aquel lugar, alzando la vista lo vio y le dijo: “Zakay, date prisa, desciende; porque hoy necesito quedarme en tu casa”.

    6. Entonces él se bajó aprisa y lo recibió gozoso”.

    7. Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a alojarse en la casa de un hombre pecador.

    8. Entonces Zakay, puesto en pie, le dijo al Maestro: “Mira, Maestro, la mitad de mis bienes le doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”.

    9. Yahoshúa le dijo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Avraham.

    10. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

    Parábola de las diez minas

    11. Como la gente lo escuchaba, añadió una parábola, por cuanto estaba cerca de Yerushaláyim y porque ellos pensaban que inmediatamente habría de manifestarse el reino de Elohim.

    12. Así que dijo: “Cierto hombre de la nobleza partió a un país lejano para recibir un reino y volver.

    13. Entonces llamó a diez siervos suyos y les dio diez minas, diciéndoles: ‘Negocien hasta que yo venga’.

    14. “Pero sus conciudadanos lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: ‘No queremos que éste reine sobre nosotros’.

    15. “Sucedió que cuando él volvió después de haber recibido el reino, mandó llamar ante sí a aquellos siervos a los que había dado el dinero, para saber lo que habían negociado.

    16. “Vino el primero y dijo: ‘Amo, tu mina ha producido diez minas’.

    17. Y él le dijo: ‘Muy bien, buen siervo; como en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’.

    18. “Vino el segundo y dijo: ‘Amo, tu mina ha hecho cinco minas’.

    19. También a éste le dijo: ‘Tú también estarás sobre cinco ciudades’.

    20. “Y vino otro y dijo: ‘Amo, aquí tienes tu mina; la he guardado en un pañuelo.

    21. Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente que tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste’.

    22. “Entonces él le dijo: ‘¡Mal siervo, por tu boca te juzgo! Sabías que yo soy un hombre exigente, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré.

    23. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que al venir yo lo recobrara junto con los intereses?’

    24. “Y les dijo a los que estaban presentes: ‘Quítenle la mina y dénsela al que tiene diez minas’.

    25. Ellos le dijeron: ‘Amo, él ya tiene diez minas’.

    26. Y él respondió: ‘Pues yo les digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

    27. Y en cuanto a aquellos enemigos míos que no querían que yo reinara sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos en mi presencia’”.

    La entrada triunfal en Jerusalén

    28. Después de decir esto, siguió adelante subiendo a Yerushaláyim.

    29. Cuando estaba llegando cerca de Bet-Pagué y Bet-Hiní, al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,

    30. diciéndoles: “Vayan a la aldea de enfrente, y cuando entren en ella, hallarán un burrito amarrado, en el cual ningún hombre ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo.

    31. “Si alguien les pregunta por qué lo desatan, respóndanle así: “Porque el Maestro lo necesita”.

    32. Los Enviados fueron y hallaron tal como él había dicho.

    33. Cuando desataban el burrito, sus dueños les preguntaron: “¿Por qué desatan el burrito?”

    34. Y ellos dijeron: “Porque el Maestro lo necesita”.

    35. Le trajeron el burrito a Yahoshúa, y poniendo sobre él sus mantos, hicieron que Yahoshúa se montara encima.

    36. Y mientras él avanzaba, ellos tendían sus mantos por el camino.

    37. Cuando estaba llegando cerca de la bajada del Monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, comenzó a regocijarse y alabar a Elohim en alta voz por todas las maravillas que habían visto.

    38. Ellos decían: “¡Bendito el rey que viene en el nombre de Yahweh! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!”

    39. Entonces, algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: “Rabí, reprende a tus discípulos”.

    40. Él les respondió: “Les digo que si éstos callan, las piedras gritarán”.

    41. Cuando llegó cerca, al ver la ciudad, lloró por ella

    42. diciendo: “¡Oh, si conocieras tú también, por lo menos en éste tu día, lo que te puede llevar a la paz! Pero ahora está oculto de tus ojos.

    43. Porque vendrán sobre ti días en que tus enemigos te rodearán con una barricada y te pondrán un cerco, y te estrecharán por todos lados.

    44. Te derribarán a tierra con tus hijos dentro de ti. No dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no reconociste la oportunidad que se te daba”.

    Purificación del templo

    45. Cuando entró en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían,

    46. diciéndoles: “Está escrito: ¡Mi casa es casa de oración, pero ustedes la han hecho cueva de ladrones!”

    47. Enseñaba cada día en el Templo, pero los principales sacerdotes y los escribas y los principales del pueblo procuraban matarlo.

    48. Pero no hallaban manera de hacerle algo, porque el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de él.