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    Lucas 20 - Versión Israelita Nazarena 2011

    La autoridad de Jesús

    1. Sucedió un día que, mientras le enseñaba al pueblo en el Templo y anunciaba la Buena Noticia, se le acercaron los principales sacerdotes y los escribas con los ancianos,

    2. y le cuestionaron: “Dinos, ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién fue el que te dio esta autoridad?”

    3. Entonces respondió y les dijo: “Yo también voy a hacerles una pregunta. Respóndanme:

    4. La inmersión de Yojanán, ¿era del Cielo o de los hombres?”

    5. Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si decimos que del Cielo, dirá: ‘¿Por qué, entonces, ustedes no le creyeron?’

    6. Y si decimos que de los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Yojanán era profeta”.

    7. Así que le respondieron que no sabían de dónde era.

    8. Entonces Yahoshúa les dijo: “Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas cosas”.

    Los labradores malvados

    9. Entonces comenzó a decirle al pueblo esta parábola: “Cierto hombre plantó una viña, se la arrendó a unos labradores y se fue lejos por mucho tiempo.

    10. A su debido tiempo envió un siervo donde los labradores para que le dieran del fruto de la viña. Pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.

    11. Volvió a enviar otro siervo, pero también a éste lo golpearon, lo insultaron, y lo enviaron con las manos vacías.

    12. Volvió a enviar un tercer siervo, pero también a éste lo expulsaron, herido.

    13. “Entonces el dueño de la viña dijo: ‘¿Qué haré? Voy a enviar a mi hijo amado; quizás a éste le tendrán respeto”.

    14. Pero los labradores, al verlo, razonaron entre ellos: “Este es el heredero. Matémoslo, para quedarnos con la herencia”.

    15. Así que lo echaron fuera de la viña y lo mataron. “¿Qué les hará entonces el dueño de la viña?

    16. Vendrá y destruirá a estos labradores y le dará su viña a otros”. Cuando ellos lo oyeron, dijeron: “¡Nunca suceda tal cosa!”

    17. Pero él los miró y les dijo: “¿Entonces, qué es esto que está escrito: ‘La piedra que desecharon los edificadores, vino a ser cabeza del ángulo?

    18. Cualquiera que caiga sobre esa piedra se quebrantará, y ella desmenuzará a cualquiera sobre quien caiga’”.

    La cuestión del tributo

    19. En aquel momento los principales sacerdotes y los escribas procuraban echarle mano, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero le temieron al pueblo.

    20. Entonces, para acecharlo, enviaron espías que simularan ser justos, con el fin de sorprenderlo en sus palabras, y así entregarlo al poder y autoridad del procurador.

    21. Estos le preguntaron: “Rabí, sabemos que hablas y enseñas correctamente, y que no haces distinción de personas, sino que enseñas el camino de Elohim con verdad.

    22. ¿Es correcto que le paguemos impuesto al César, o no?”

    23. Pero él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo:

    24. “Muéstrenme un denario. ¿De quién es la imagen y la inscripción que tiene?” Y ellos dijeron: “Del César”.

    25. Entonces les dijo: “Pues denle al César lo que es del César y a Yahweh lo que es de Yahweh”.

    26. Y no pudieron sorprenderlo en ninguna palabra delante del pueblo. Más bien se quedaron callados, maravillados de su respuesta.

    La pregunta sobre la resurrección

    27. Se acercaron algunos de los saduceos, que niegan que haya resurrección, y le preguntaron:

    28. “Rabí, Mosheh nos escribió: Si el hermano de alguno muere dejando una esposa pero no deja hijos, su hermano debe tomar la esposa y levantarle descendencia a su hermano.

    29. “Pues había siete hermanos. El primero tomó una esposa, y murió sin dejar hijos.

    30. También el segundo.

    31. Luego la tomó el tercero, y de la misma manera también todos los siete; y murieron sin tener hijos.

    32. Por último, murió también la mujer.

    33. En la resurrección, siendo que los siete la tuvieron por esposa, ¿de cuál de ellos será esposa?”

    34. Entonces Yahoshúa les respondió: “La gente de esta era se casan y se dan en matrimonio.

    35. Pero los que sean tenidos por dignos de alcanzar aquella era venidera y la resurrección de los muertos no se casan, ni se dan en matrimonio.

    36. Porque ya no pueden morir, pues son como los mensajeros, y son también hijos de Elohim, por ser hijos de la resurrección”.

    37. “Y en cuanto a que los muertos van a resucitar, también Mosheh lo mostró en el relato de la zarza, cuando llama a Yahweh, el Elohim de Avraham, el Elohim de Yitsjaq y el Elohim de Yaaqov.

    38. Pues Yahweh no es Elohim de muertos, sino de vivos; porque para efectos de él todos viven”.

    39. Algunos de los escribas le dijeron: “Rabí, has contestado bien”.

    40. Y no se atrevieron a preguntarle más.

    ¿De quién es hijo el Cristo?

    41. Él les dijo: “¿Cómo dicen que el Mashíaj es hijo de Dawid?

    42. Porque el mismo Dawid dice en el libro de las Alabanzas: ‘Dijo Yahweh a mi soberano: ‘Siéntate a mi diestra,

    43. hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies’.

    44. Así que si Dawid lo llama ‘soberano’, ¿cómo es, entonces, su hijo?”

    Jesús acusa a los escribas

    45. Cuando todo el pueblo lo escuchaba, les dijo a sus discípulos:

    46. “Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con ropas largas, que aman los saludos en las plazas, las primeras sillas en las sinagogas y los primeros asientos en los banquetes.

    47. Esos, que devoran las casas de las viudas y como pretexto hacen largas oraciones, recibirán mayor condenación.