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domingo, agosto 18, 2024
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    Mateo 13 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Parábola del sembrador

    1. Aquel día Yahoshúa salió de la casa y se sentó junto al mar.

    2. Y se le acercó mucha gente, de manera que él entró en una barca para sentarse, y toda la multitud estaba de pie en la playa.

    3. Entonces les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: “Una vez un sembrador salió a sembrar.

    4. Mientras él sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y se la comieron.

    5. Y otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó rápidamente, porque la tierra no era profunda.

    6. Pero cuando salió el sol, se quemó; y como no tenía raíz, se secó.

    7. Y otra parte cayó entre los espinos. Los espinos crecieron y la ahogaron.

    8. Y otra parte cayó en buena tierra y dio fruto, una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta por uno.

    9. El que tiene oídos, que oiga”.

    Propósito de las parábolas

    10. Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: “¿Por qué les hablas en parábolas?”

    11. Él les dijo en respuesta: “Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino del Cielo, pero a ellos no se les ha concedido.

    12. Porque al que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

    13. Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni tampoco entienden.

    14. Además, se cumple en ellos la profecía de Yeshayah, que dice: Escuchando oirán ustedes, pero no entenderán; y mirando verán, pero no percibirán.

    15. Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, y con los oídos han oído torpemente. Han cerrado sus ojos para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los sane.

    16. Pero ¡felices sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen!

    17. Pues en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.

    Jesús explica la parábola del sembrador

    18. Así que oigan ustedes la parábola del sembrador.

    19. Cuando alguien oye el mensaje del reino y no lo entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Este es el que se sembró junto al camino.

    20. Y el que se sembró en pedregales es el que oye el mensaje y en seguida lo recibe con gozo;

    21. pero no tiene raíz en sí, sino que es de poca duración, y cuando viene la aflicción o la persecución por causa del mensaje, en seguida tropieza.

    22. Y el que se sembró en espinos, éste es el que oye el mensaje, pero las preocupaciones de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan el mensaje, y queda sin fruto.

    23. Pero el que se sembró en buena tierra, éste es el que oye el mensaje y lo entiende, el que de veras lleva fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta, y otro a treinta por uno”.

    Parábola del trigo y la cizaña

    24. Les presentó otra parábola diciendo: “El reino del Cielo es como un hombre que sembró buena semilla en su campo.

    25. Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

    26. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, entonces apareció también la cizaña.

    27. Se acercaron los sirvientes al dueño del campo y le preguntaron: ‘Amo, ¿no sembró usted buena semilla en su campo? Entones, ¿cómo es que tiene cizaña?’

    28. Y él les dijo: ‘Un enemigo ha hecho esto’. Los sirvientes le dijeron: ‘Entonces, ¿quieres que vayamos y la arranquemos?’

    29. Pero él dijo: ‘No; no sea que al arrancar la cizaña arranquen con ella el trigo.

    30. Dejen crecer a ambos hasta la cosecha. Cuando llegue el tiempo de la cosecha, yo diré a los cosechadores: Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla. Pero reúnan el trigo en mi granero’”.

    Parábola de la semilla de mostaza

    31. Les presentó otra parábola diciendo: “El reino del Cielo es como el grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo.

    32. Esta es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, es la más grande de las hortalizas y se convierte en un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.

    Parábola de la levadura

    33. Les dijo otra parábola: “El reino del Cielo es como la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado”.

    El uso que Jesús hace de las parábolas

    34. Todo esto habló Yahoshúa en parábolas a las multitudes y sin parábolas no les hablaba,

    35. de manera que se cumplió lo dicho por medio del profeta que declaró: ‘Abriré mi boca con parábolas; publicaré cosas que han estado ocultas desde la fundación del mundo’.

    36. Entonces, una vez despedida la multitud, volvió a casa. Y sus discípulos se acercaron a él diciendo: “Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

    37. Y en respuesta les dijo: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.

    38. El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno.

    39. El enemigo que la sembró es el Acusador.* La cosecha es el fin del mundo, y los cosechadores son los mensajeros.

    40. De manera que como se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así será el fin del mundo.

    41. El Hijo del Hombre enviará a sus mensajeros, y recogerán de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen maldad,

    42. y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes.

    43. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga.

    El tesoro escondido

    44. “El reino del Cielo es como un tesoro escondido en el campo, que un hombre descubrió y luego escondió. Y con regocijo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

    La perla de gran precio

    45. “Además, el reino del Cielo es como un comerciante que buscaba perlas finas.

    46. Y cuando encontró una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

    La red

    47. “Asimismo, el reino del Cielo es como una red que echaron en el mar y juntó toda clase de peces.

    48. Cuando se llenó, la sacaron a la playa. Y sentados recogieron lo bueno en canastas y echaron fuera lo malo.

    49. Así será el fin del mundo: Saldrán los mensajeros y apartarán a los malos de entre los justos,

    50. y los echarán en el horno de fuego. Allí habrá llanto y crujir de dientes.

    Tesoros nuevos y viejos

    51. “¿Han entendido todas estas cosas?” Ellos le dijeron: “Sí”.

    52. Él les dijo: “Por eso, todo escriba instruido en el reino del Cielo es como un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas”.

    Jesús en Nazaret

    53. Cuando Yahoshúa terminó estas parábolas, salió de allí.

    54. Vino a su tierra y les enseñaba en su sinagoga, de manera que ellos estaban asombrados y decían: “¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?

    55. ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre Miryam, y sus hermanos Yaaqov, Yosef, Shimón y Yahudah?

    56. ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, le vienen a éste todas estas cosas?”

    57. Se escandalizaban de él. Pero Yahoshúa les dijo: “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa.

    58. Y no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos.