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viernes, julio 19, 2024
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    Job 18 - Version Moderna (1929)

    Bildad describe la suerte de los malos

    1. ENTONCES respondió Bildad suhita, y dijo:

    2. ¿Cuándo pondréis fin a las palabras? entended, y después hablaremos nosotros.

    3. ¿Por qué somos reputados como bestias, y hemos venido a ser una inmundicia a vuestros ojos?

    4. Oh tú que te despedazas en tu furor, ¿ha de ser abandonada la tierra por tu causa; o se han de arrancar las peñas de su lugar?

    5. También es cierto que la luz de los malos será apagada, y no dará resplandor la llama de su fuego.

    6. La luz será tinieblas en su morada, y su lámpara que resplandecía sobre él, será apagada.

    7. Serán estrechados sus pasos, antes tan firmes, y le echará abajo su propio consejo;

    8. pues que sus mismos pies le han metido en la red, y sobre mallas va andando.

    9. Un lazo le prende el calcañar, y se apodera de él la trampa.

    10. Escondida le está en el suelo la cuerda, y una trampa le aguarda en la senda.

    11. Por todas partes le aterran espantos, los cuales se esparcen en derredor de sus pies.

    12. Serán gastadas de hambre sus fuerzas, y la destrucción está aparejada a su mismo lado;

    13. devorará los miembros de su cuerpo; a sus miembros devorará el primogénito de la muerte.

    14. Arrancado será de su morada en que confiaba, y al rey de los espantos será conducido.

    15. Otro habitará en su morada, porque ya no es suya; azufre será derramado sobre su habitación.

    16. Por abajo, sus raíces se secarán, y por arriba, será cortado su ramaje.

    17. Su memoria perecerá de la tierra, y él no tendrá nombre por las calles.

    18. Será arrojado de la luz a las tinieblas, y echado fuera del mundo.

    19. No le quedará hijo o nieto entre su pueblo, ni reliquias en el lugar de su peregrinación.

    20. A causa de su día calamitoso serán pasmados los del porvenir, así como a los que fueron antes les sobrecogió el espanto.

    21. Ciertamente así son las moradas de los inicuos, y tal el paradero de aquel que no conoce a Dios.