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jueves, julio 18, 2024
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    Marcos 6 - Version Moderna (1929)

    Jesús en Nazaret

    1. Y PARTIENDO Jesús de allí, viene a su tierra; y sus discípulos le siguen.

    2. Y venido el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos al oírle quedaron atónitos, diciendo: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿y qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿y qué quieren decir tan grandes milagros hechos por sus manos?

    3. ¿No es éste el carpintero, hijo de María, y hermano de Santiago, y José, y Judas, y Simón? ¿y no están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban en él.

    4. Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.

    5. Y no podía hacer milagro alguno allí, salvo que poniendo las manos sobre algunos pocos enfermos, los sanó.

    6. Y maravillóse de la incredulidad de ellos. ¶Y andaba por las aldeas del contorno, enseñando.

    Misión de los doce discípulos

    7. ¶Y llamó a sí los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos: y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos;

    8. y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente un báculo; ni alforja, ni pan, ni dinero en su cinto;

    9. mas que calzasen sandalias; y que no vistiesen dos túnicas.

    10. Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, permaneced allí hasta que salgáis de aquel lugar.

    11. Y si en algún lugar no os recibieren, ni os oyeren, en saliendo de allí, sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies para testimonio a ellos. En verdad os digo que será mas llevadera la condena de Sodoma o Gomorra en el día del juicio, que la de aquella ciudad.

    12. Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen:

    13. y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.

    Muerte de Juan el Bautista

    14. ¶Y oyó de ello el rey Herodes (porque el nombre de Jesús se había hecho manifiesto) y decía: Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, y por eso poderes milagrosos obran en él.

    15. Otros decían: Es Elías. Y decían otros: Es algún profeta, como uno de los antiguos profetas.

    16. Mas oyendo de ello Herodes, decía: ¡Es Juan, a quien yo degollé: él ha resucitado!

    17. porque Herodes mismo había enviado, y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Filipo su hermano; pues se había casado con ella.

    18. Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.

    19. Y Herodías se le puso en contra, y quería matarle, mas no podía;

    20. porque Herodes temía a Juan, conociendo que era hombre justo y santo, y miraba por su seguridad; y cuando le oía, hacía muchas cosas, y le escuchaba con gusto.

    21. Mas sucedió que presentóse un día favorable, en que Herodes, en su cumpleaños, dió un convite a sus grandes, y a los tribunos, y a la gente principal de Galilea.

    22. Y cuando entró la hija de Herodías misma y danzó, dió gusto a Herodes y a los que le acompañaban en la mesa; y el rey dijo a la doncella: Pídeme cuanto quisieres, y te lo daré.

    23. Y se lo juró, diciendo: Todo cuanto me pidieres te lo daré, hasta la mitad de mi reino.

    24. Y saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista.

    25. Ella, pues, al instante, entrando apresuradamente a donde estaba el rey, pidió, diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un trinchero la cabeza de Juan el Bautista.

    26. Y el rey se puso muy triste; mas a causa de sus juramentos, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso rechazarla.

    27. Y enviando inmediatamente uno de su guardia, mandó traer la cabeza de Juan. Y éste fué, y le cortó la cabeza en la cárcel;

    28. y trayendo su cabeza en un trinchero, la dio a la doncella; y la doncella la dio a su madre.

    29. Y cuando sus discípulos lo supieron, vinieron, y alzando su cadáver, lo pusieron en un sepulcro.

    Alimentación de los cinco mil

    30. ¶Y los apóstoles, reuniéndose con Jesús, le dieron cuenta de todo; de cuanto habían hecho, y de cuanto habían enseñado.

    31. Y él les dijo: Venid vosotros mismos aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que venían e iban; de manera que ni para comer tenían tiempo.

    32. Partieron, pues, en la barca. a un lugar desierto y apartado.

    33. Pero las gentes los vieron en tanto que se iban, y muchos le conocieron; y de todas las ciudades concurrieron allá a pie, y llegaron antes que ellos.

    34. Y saliendo Jesús, vió una gran multitud, y compadecióse de ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor: y comenzó a enseñarles muchas cosas.

    35. ¶Y cuando el día estaba ya muy avanzado, se llegaron a él sus discípulos, diciendo: Desierto es este lugar, y el día está muy avanzado:

    36. despídelos, para que se vayan a los campos y las aldeas de alderredor, y compren para sí algo de comer.

    37. Mas él respondiendo, les dijo: Dadles vosotros de comer. Y le dijeron: ¿Hemos de ir y comprar doscientos denarios de pan, y dárselo a comer?

    38. El les dice: ¿Cuántos panes tenéis? id, y vedlo. Y ellos, al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces.

    39. Y les mandó que hiciesen recostar a todos por compañías sobre la hierba verde.

    40. Y se sentaron por partidas de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta.

    41. Y tomando los cinco panes y los dos peces, miró al cielo, y los bendijo; y partiendo los panes, dió a los discípulos, para que se los pusiesen delante: y repartió los dos peces entre todos.

    42. Y comieron todos, y se saciaron;

    43. y alzaron doce cestos llenos de los pedazos de pan y de los peces.

    44. Y los que comieron de los panes eran como cinco mil hombres.

    Jesús anda sobre el mar

    45. ¶E inmediatamente obligó a sus discípulos a entrar en la barca, e ir delante, al otro lado, a Betsaida, en tanto que él mismo despedía la multitud.

    46. Y habiéndose separado de ellos, se retiró a la montaña para orar.

    47. Y cuando anochecía, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra.

    48. Y los vió remando con ansia; porque el viento les era contrario. Y a eso de la cuarta vigilia de la noche, fué a ellos andando sobre el mar; y hacía como que iba a pasarlos.

    49. Mas ellos, cuando le vieron andando sobre el mar, pensaron que era un aparecido; y levantaron el grito:

    50. porque todos le vieron, y se turbaron. Mas Jesús al punto habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy; no tengáis miedo!

    51. Y subió a ellos dentro de la barca; y calmó el viento, y ellos quedaron sobremanera asombrados:

    52. pues no habían reflexionado sobre el milagro de los panes; sino que su corazón estaba endurecido.

    Jesús sana a los enfermos en Genesaret

    53. ¶Y habiendo atravesado el lago, llegaron a tierra de Genesaret, y atracaron a la playa.

    54. Y cuando salieron de la barca, en seguida las gentes le conocieron;

    55. y corriendo por toda aquella comarca, comenzaron a llevar en derredor, en sus camillas, a los enfermos, adonde oían decir que estaba.

    56. Y dondequiera que entraba, en aldeas, o en ciudades, o en los campos, ponían a los enfermos en las plazas, y le rogaban les permitiese tocar siquiera el borde de su vestido: y cuantos le tocaron, quedaron sanos.