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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 13 - Version Moderna (1929)

    Parábola del sembrador

    1. AQUELmismo día, saliendo Jesús de la casa, se sentó a la orilla del mar.

    2. Y se allegaron a él grandes multitudes; por lo cual, entrando en una barca, se sentó; y toda la gente estaba de pie en la playa.

    3. Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo:  He aquí, un sembrador salió a sembrar.

    4. Y como iba sembrando, parte de la semilla cayó a lo largo del camino; y vinieron las aves, y se la comieron.

    5. Y parte cayó en sitios peñascosos, donde no tenía mucha tierra; y nació pronto, por no tener la tierra profunda.

    6. Mas en saliendo el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

    7. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

    8. Mas parte cayó en tierra buena, y dio fruto; cual de a ciento por uno, cual de a sesenta, y cual de a treinta.

    9. ¡Quien tiene oídos, oiga!

    Propósito de las parábolas

    10. ¶Entonces viniendo los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas?

    11. Y él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os ha sido dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les ha sido dado.

    12. Porque al que tiene, se le dará, y tendrá abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

    13. Por esto les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

    14. Y se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:  Con oír oiréis, y no entendréis; y viendo veréis, y no percibiréis:

    15. porque el corazón de este pueblo se ha hecho estúpido; y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane.

    16. Mas bienaventurados son vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

    17. Pues yo os digo, que muchos profetas y justos han deseado ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.

    Jesús explica la parábola del sembrador

    18. ¶Oíd vosotros, pues, la parábola del sembrador.

    19. Cuando alguno oye la palabra del reino, y no la entiende, viene el Maligno, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón: éste es aquel que fué sembrado a lo largo del camino.

    20. Y el que fue sembrado en sitios peñascosos, es aquel que oye la palabra y luego la recibe con gozo;

    21. pero no tiene raíz en sí, sino que dura poco; y así, al levantarse aflicción o persecución por causa de la palabra, en el acto tropieza.

    22. Y el que fue sembrado entre espinos, es aquel que oye la palabra; mas el afán del siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y viene a quedar sin fruto.

    23. Pero el que fué sembrado en tierra buena, es aquel que oye y entiende la palabra, el que también da fruto, y lleva cual de a ciento por uno, cual de a sesenta, y cual de a treinta.

    Parábola del trigo y la cizaña

    24. ¶Otra parábola les propuso, diciendo:  El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena simiente en su campo.

    25. Mas al tiempo de dormir los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

    26. Cuando, pues, la hierba salió y dio fruto, entonces apareció la cizaña también.

    27. Y viniendo los siervos del padre de familias, le dijeron:  Señor, ¿no sembraste simiente buena en tu campo?  ¿de dónde pues tiene cizaña?

    28. Y él les dijo:  Algún enemigo ha hecho esto.  Los siervos le dijeron: ¿Pues quieres que vayamos y la cojamos?

    29. Mas él dijo:  No; no sea que cogiendo la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.

    30. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega: y al tiempo de la siega, diré a los segadores:  Coged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas el trigo recogedlo en mi granero.

    Parábola de la semilla de mostaza

    31. ¶Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre, y lo sembró en su campo.

    32. El cual a la verdad es la más pequeña entre todas las semillas; pero cuando ha crecido, es más grande que las hortalizas, y viene a ser árbol; de manera que vienen las aves del cielo, y posan en sus ramas.

    Parábola de la levadura

    33. ¶Otra Parábola les dijo:  El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la encubrió en tres medidas de harina, hasta que el todo se leudó.

    El uso que Jesús hace de las parábolas

    34. Todas estas cosas dijo Jesús a las multitudes en parábolas, y sin parábola no les hablaba;

    35. de modo que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, que dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

    36. ¶Entonces, dejando las multitudes, entró en la casa; y sus discípulos vinieron a él, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

    37. Y él respondiendo, les dijo: El que siembra la buena simiente es el Hijo del hombre;

    38. el campo es el mundo; la buena simiente son los hijos del reino; mas la cizaña son los hijos del Maligno;

    39. el enemigo que la sembró es el diablo; la siega es la consumación del siglo y los segadores son los ángeles.

    40. Conforme, pues, se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así será en la consumación del siglo.

    41. Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y ellos recogerán de entre su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad;

    42. y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro, y el crujir de dientes.

    43. Entonces resplandecerán los justos, como el sol, en el reino de su Padre. ¡Quien tiene oídos, oiga!

    El tesoro escondido

    44. ¶El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo; el que un hombre halló, y lo encubrió, y por el gozo de su hallazgo, va, y vende todo cuanto tiene, y compra aquel campo.

    La perla de gran precio

    45. ¶Además, el reino de los cielos es semejante a un mercader que buscaba perlas finas;

    46. el cual habiendo hallado una solaperla de gran precio, fué, y vendió todo cuanto tenía, y la compró.

    La red

    47. ¶También, el reino de los cielos es semejante a una red que fué echada en la mar, y recogió toda clase de peces;

    48. la cual, cuando estaba llena, la sacaron a la playa, y sentándose, juntaron lo bueno en vasijas, mas desecharon lo malo.

    49. Así será en la consumación del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,

    50. y los echarán en el horno defuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.

    Tesoros nuevos y viejos

    51. ¶Díceles Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dicen: Sí, Señor.

    52. Él, pues, les dijo: Por tanto todo escriba admitido como discípulo en el reino de los cielos, es semejante a un padre de familias, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

    Jesús en Nazaret

    53. ¶Y aconteció que cuando Jesús hubo acabado de decir estas parábolas, partió de allí;

    54. y viniendo a su misma tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que quedaron asombrados, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos?

    55. ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María; y sus hermanos, Santiago, y José, y Simón, y Judas?

    56. Y las hermanas de él, ¿no están todas aquí con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todo esto?  Y se escandalizaban en él.

    57. Mas Jesús les dijo: El profeta no está sin honra, sino en su tierra, y en su casa.

    58. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.