28.6 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Mateo 9 - Version Moderna (1929)

    Jesús sana a un paralítico

    1. Y ENTRANDO Jesús en una barca pasó al otro lado, y vino a su propia ciudad.

    2. Y, he aquí, le trajeron un paralítico, echado en cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.

    3. Y he aquí que ciertos de los escribas decían dentro de sí:  Éste blasfema.

    4. Mas Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo:  ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

    5. Pues ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados; o decir:  Levántate y anda?

    6. Mas para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): ¡Levántate, toma tu cama y véte a tu casa!

    7. Y él, levantándose, se fue a su casa.

    8. Y viéndolo las gentes, quedaron asombradas, y glorificaron a Dios, que había dado tal potestad a los hombres

    Llamamiento de Mateo

    9. ¶Y pasando Jesús de allí, vió a un hombre, llamado Mateo, sentado al banco de los tributos; y le dice: ¡Sígueme! Y levantándose, le siguió.

    10. Y sucedió que estando él sentado a comer en casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores vinieron y se sentaron a comer, juntamente con Jesús y sus discípulos.

    11. Y viendo esto los fariseos, dijeron a sus discípulos:  ¿Por qué come vuestro Maestro con publicanos y pecadores?

    12. Mas cuando lo oyó Jesús, dijo Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.

    13. Id, pues, y aprended qué significa esto: Deseo la misericordia, y no el sacrificio; porque no vine a llamar justos, sino pecadores.

    La pregunta sobre el ayuno

    14. ¶Entonces vienen a él los discípulos de Juan Bautista, diciendo: ¿Por qué ayunamos nosotros y los fariseos muchas veces, mas tus discípulos no ayunan?

    15. Y Jesús les dijo: ¿Cómo pueden los compañeros del novio tener luto mientras el esposo está con ellos? Pero vendrán días en que el esposo será quitado de ellos; y entonces ayunarán.

    16. Nadie echa remiendo de paño recio sobre vestido viejo; porque el mismo remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.

    17. Ni echan vino nuevo en odres viejos, de otra manera se revientan los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden;sino que echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro a una se conservan.

    La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús

    18. ¶Mientras él les hablaba estas cosas, he aquí que viniendo cierto hombre principal prosternóse delante de él, diciendo:  ¡Mi hija acaba ahora de morir; mas ven, y pon tu mano sobre ella, y vivirá!

    19. Y levantándose Jesús le siguió, juntamente con sus discípulos.

    20. Y he aquí una mujer que hacía doce años que padecía flujo de sangre, llegándose por detrás de él, tocó el borde de su vestido;

    21. porque decía dentro de sí: Si yo pudiere tocar siquiera su vestido, seré sana.

    22. Pero volviéndose Jesús, y viéndola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha sanado.  Y la mujer quedó sana desde aquella hora.

    23. Llegando entonces Jesús a casa de aquel hombre principal, y viendo los tañedores de flautas, y el gentío que hacía alboroto,

    24. dijo: Dad paso; pues no murió la doncella,  sino que duerme.  Mas ellos se reían de él.

    25. Pero cuando el gentío fué echado fuera, él entró, y tomóla de la mano:  y la doncella se levantó.

    26. Y salió la fama de ello por toda aquella tierra.

    Dos ciegos reciben la vista

    27. ¶Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten piedad de nosotros, oh Hijo de David!

    28. Y habiendo entrado en la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto?  Le dicen:  Sí, Señor.

    29. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe, os sea hecho. Y sus ojos fueron abiertos.

    30. Mas Jesús les mandó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

    31. Pero ellos saliendo, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

    Un mudo habla

    32. ¶Y al salir ellos, he aquí que le trajeron un hombre mudo, endemoniado.

    33. Y echado fuera el demonio, el mudo hablaba: y las gentes quedaron asombradas, diciendo: ¡Nunca se vió semejante cosa en Israel!

    34. Pero los fariseos decían: En unión con elpríncipe de los demonios, echa fuera los demonios.

    La mies es mucha

    35. ¶Y rodeaba Jesús por todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando la buena nueva del reino, y sanando toda suerte de enfermedad y toda dolencia.

    36. Pero viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban acosadas de necesidad,y andabandispersas, como ovejas que no tienen pastor.

    37. Entonces dice a sus discípulos: Verdaderamente la mies es mucha, mas los obreros son pocos:

    38. rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.