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viernes, julio 19, 2024
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    Hechos 16 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Timoteo acompaña a Pablo y a Silas

    1. Y VINO hasta Derbe, y Listra: y hé aquí, estaba allí un discípulo, llamado Timotéo, hijo de una mujer Judía fiel, mas de padre Griego.

    2. De este daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.

    3. Este quiso Pablo que fuese con él; y tomándole, le circuncidó, por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares: porque todos sabian que su padre era Griego.

    4. Y como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos, qué habian sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.

    5. Así que las Iglesias eran confirmadas en fé, y eran aumentadas en número cada dia.

    La visión del varón macedonio

    6. Y pasando á Frigia, y la provincia de Galacia, les fué defendido por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia.

    7. Y como vinieron en Misia, tentaron de ir á Bitinia, mas no los dejó el Espíritu ir.

    8. Y pasando á Misia, descendieron á Troas.

    9. Y fué mostrada á Pablo de noche una vision: Un varon Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa á Macedonia, y ayúdanos.

    10. Y como vió la vision, luego procuramos partir á Macedonia, certificados que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el Evangelio.

    Encarcelados en Filipos

    11. Y partidos de Troas, venimos camino derecho á Samotracia, y el dia siguiente á Nápoles.

    12. Y de allí á Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y es colonia: y estuvimos en aquella ciudad algunos dias.

    13. Y un dia de los sábados salimos de la ciudad al rio, donde solia ser la oracion; y sentándonos hablamos á las mujeres que se hablan juntado.

    14. Entonces una mujer, llamada Lidia, que vendia púrpura en la ciudad de los Tiatiréos, temerosa de Dios, oyó: el corazon de la cual abrió el Señor, para que estuviese atenta á lo que Pablo decia.

    15. Y como fué bautizada, con su casa, nos rogó, diciendo: Si habeis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y nos constriñió.

    16. Y aconteció, que yendo nosotros á la oracion, una muchacha que tenia espíritu Pitónico, nos salió delante: la cual daba grande ganancia á sus amos adivinando.

    17. Esta, siguiendo á Pablo, y á nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud.

    18. Y esto hacia por muchos dias, mas desagradando esto á Pablo, se volvió, y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesu Cristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.

    19. Y viendo sus amos que habia salido la esperanza de su ganancia, prendieron á Pablo y á Silas; y los trajeron á la audiencia, al magistrado.

    20. Y presentándolos á los magistrados, dijeron: Estos hombres alborotan nuestra ciudad, siendo Judíos;

    21. y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.

    22. Y concurrió el pueblo contra ellos: y los magistrados rasgándoles sus ropas los mandaron azotar con varas.

    23. Y despues que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia.

    24. El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de mas adentro, y les apretó los piés en el cepo.

    25. Mas á media noche orando Pablo y Silas, cantaban himnos: y los que estaban presos los oian.

    26. Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movian: y luego todas las puertas se abrieron; y las prisiones de todos se soltaron.

    27. Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se queria matar, pensando que los presos se habian huido.

    28. Entonces Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningun mal: que todos estamos aquí.

    29. El entonces pidiendo lumbre, entró dentro, y temblando se derribó á los piés de Pablo y de Silas.

    30. Y sacándolos fuera, les dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?

    31. Y ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesu Cristo, y serás salvo tú, y tu casa.

    32. Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que estaban en su casa.

    33. Y tomándolos él en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos.

    34. Y llevándolos á su casa, les puso la mesa; y se gozó de que con toda su casa habia creido á Dios.

    35. Y como fué de dia, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Envia á aquellos hombres.

    36. Y el carcelero hizo saber estas palabras á Pablo: Que los magistrados han enviado que seais sueltos: así que ahora salid, é idos en paz.

    37. Entonces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin habernos oido, siendo hombres Romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? no cierto: sino vengan ellos, y nos saquen.

    38. Y los alguaciles volvieron á decir á los magistrados estas palabras: y tuvieron miedo, oido que eran Romanos.

    39. Y viniendo les pidieron perdon, y sacándolos, les rogaron que se saliesen de la ciudad.

    40. Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y visitados los hermanos, los consolaron, y se salieron.