27.9 C
Miami
viernes, julio 19, 2024
Más


    Lucas 18 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Parábola de la viuda y el juez injusto

    1. Y LES dijo tambien una parábola, que es menester orar siempre, y no cansarse,

    2. diciendo: Habia un juez en una ciudad, el cual ni temia á Dios, ni respetaba hombre.

    3. Habia tambien en aquella ciudad una viuda, la cual venia á él, diciendo: Defiéndeme de mi adversario.

    4. Mas él no quiso por tiempo: mas despues de esto, dijo dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre;

    5. todavia, porque esta viuda me es molesta, la defenderé, porque al fin no venga y me muela.

    6. Y dijo el Señor: Oid lo que dice el mal juez:

    7. ¿y Dios no defenderá á sus escogidos que claman á él dia y noche, aunque sea longánimo acerca de ellos?

    8. os digo que los defenderá presto: empero el Hijo del hombre, cuando viniere, ¿hallará fé en la tierra?

    Parábola del fariseo y el publicano

    9. Y dijo tambien á unos, que confiaban de sí como justos, y menospreciaban á los otros, esta parábola:

    10. Dos hombres subieron al templo á orar, el uno Fariséo, y el otro publicano.

    11. El Fariséo en pié oraba consigo de esta manera: Dios, te hago gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros; ni aun como este publicano.

    12. Ayuno dos veces en la semana: doy diezmos de todo lo que poseo.

    13. Mas el publicano estando lejos, no queria, ni aun alzar los ojos al cielo: mas heria su pecho, diciendo: Dios, sé propicio á mí, pecador.

    14. Os digo que este descendió á su casa mas justificado que el otro: porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.

    Jesús bendice a los niños

    15. Y TRAIAN á él los niños para que los tocase, lo cual viéndolo los discípulos, les reñian.

    16. Mas Jesus llamándolos, dijo: Dejad los niños venir á mí, y no los impidais: porque de tales es el reino de Dios:

    17. de cierto os digo, que cualquiera que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

    El joven rico

    18. Y LE preguntó un príncipe, diciendo: ¿Maestro bueno, qué haré para poseer la vida eterna?

    19. Y Jesus le dijo: ¿Por qué me dices, bueno? ninguno hay bueno sino solo Dios:

    20. los mandamientos sabes: No matarás: No adulterarás: No hurtarás: No dirás falso testimonio: Honra á tu padre, y á tu madre.

    21. Y él dijo: Todas estas cosas he guardado desde mi juventud.

    22. Y Jesus oido esto, le dijo: Aun una cosa te falta: todo lo que tienes, véndelo, y dálo á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y vén, sígueme.

    23. Entonces él, oidas estas cosas, fué muy triste, porque era rico mucho.

    24. Y viendo Jesus que se habia entristecido mucho, dijo: ¡Cuán dificultosamente entrarán en el reino de Dios, los que tienen dineros!

    25. Porque mas fácil cosa es entrar un cable por un ojo de una aguja, que un rico entrar al reino de Dios.

    26. Y los que lo oian, dijeron: ¿Y quién podrá ser salvo?

    27. Y él les dijo: Lo que es imposible acerca de los hombres, posible es acerca de Dios.

    28. Entonces Pedro dijo: Hé aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido.

    29. Y él les dijo: De cierto os digo, que nadie hay que haya dejado casa, ó padres, ó hermanos, ó mujer, ó hijos, por el reino de Dios,

    30. que no haya de recibir mucho mas en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.

    Nuevamente Jesús anuncia su muerte

    31. Y JESUS tomando aparte los doce, les dijo: Hé aquí, subimos á Jerusalem, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas del Hijo del hombre.

    32. Porque será entregado á las gentes, y será escarnecido, é injuriado, y escupido;

    33. y despues que le hubieren azotado, le matarán: mas al tercer dia resucitará.

    34. Mas ellos nada de estas cosas entendian, y esta palabra les era encubierta; y no entendian lo que se decia.

    Un ciego de Jericó recibe la vista

    35. Y ACONTECIÓ, que acercándose él de Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando,

    36. el cual como oyó la compañía que pasaba, preguntaba qué era aquello.

    37. Y le dijeron, que Jesus Nazareno pasaba.

    38. Entonces dió voces, diciendo: Jesus, Hijo de David, ten misericordia de mí.

    39. Y los que iban delante, le reñian que callase: mas él clamaba mucho mas: Hijo de David, ten misericordia de mí.

    40. Jesus entonces parándose, mandó traerle á sí. Y como él llegó, le preguntó^.

    41. diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que vea.

    42. Y Jesus le dijo: Ve: tu fé te ha hecho salvo.

    43. Y luego vió, y le seguia, glorificando á Dios: y todo el pueblo como vió esto, dió alabanza á Dios.