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jueves, julio 18, 2024
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    Marcos 11 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    La entrada triunfal en Jerusalén

    1. Y COMO fueron cerca de Jerusalem, de Bethphage, y de Bethania, al monte de las Olivas, envia dos de sus discípulos,

    2. y les dice: Id al lugar que está delante de vosotros, y luego entrados en él, hallareis un pollino atado, sobre el cual ningun hombre ha subido: desatadle, y traedle.

    3. Y si alguien os dijere: ¿Por qué haceis eso? decid que el Señor le ha menester; y luego le enviará acá.

    4. Y fueron, y hallaron el pollino atado á la puerta fuera, entre dos caminos; y le desatan.

    5. Y unos de los que estaban allí, les dijeron: ¿Que haceis desatando el pollino?

    6. Ellos entonces les dijeron como Jesus habia mandado; y los dejaron.

    7. Y trajeron el pollino á Jesus, y echaron sobre él sus vestidos, y él se sentó sobre él.

    8. Y muchos tendian sus vestidos por el camino, y otros cortaban hojas de los árboles, y tendian por el camino.

    9. Y los que iban delante, y los que iban detrás daban grita, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

    10. Bendito el reino que viene en el nombre del Señor de nuestro padre David: ¡Hosanna en las alturas!

    11. Y entró Jesus en Jerusalem, y en el templo; y habiendo mirado al rededor todas las cosas, y siendo ya tarde se salió á Bethania con los doce.

    Maldición de la higuera estéril

    12. Y el dia siguiente, como salieron de Bethania, tuvo hambre.

    13. Y viendo de lejos una higuera, que tenia hojas, vino á ver si quizá hallaria en ella alga, y como vino á ella, nada halló sino hojas: porque no era tiempo de higos.

    14. Entonces Jesus respondiendo, dijo á la higuera: Nunca mas nadie coma de tí fruto para siempre. Y esto oyeron sus discípulos.

    Purificación del templo

    15. Vienen pues á Jerusalem; y entrando Jesus en el templo, comenzó á echar fuera á los que vendian y compraban en el templo: y trastornó las mesas de los monederos, y las sillas de los que vendian palomas.

    16. Y no consentia que alguien llevase vaso por el templo.

    17. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito, que mi casa, casa de oracion será llamada de todas las gentes? y vosotros la habeis hecho cueva de ladrones.

    18. Y oyéronlo los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban como le matarian: porque le tenian miedo, por cuanto toda la compañía estaba fuera de si de su doctrina.

    19. Mas como fué tarde, Jesus salió de la ciudad.

    La higuera maldecida se seca

    20. Y PASANDO por la mañana, vieron que la higuera se habia secado desde las raices.

    21. Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, hé aquí, la higuera que maldijiste se ha secado.

    22. Y respondiendo Jesus, les dice: Tened fé de Dios.

    23. Porque de cierto os digo, que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar; y no dudare en su corazon, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.

    24. Por tanto os digo, que todo lo que orando pidiéreis, creed que lo recibireis, y os vendrá.

    25. Y cuando estuviéreis orando, perdonad, si teneis alga contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos, os perdone á vosotros vuestras ofensas.

    26. Porque si vosotros no perdonáreis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos, os perdonará vuestras ofensas.

    La autoridad de Jesús

    27. Y VOLVIERON á Jerusalem; y andando él por el templo, vienen á él los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos,

    28. y le dicen: ¿Con qué facultad haces estas cosas, y quién te ha dado esta facultad para hacer estas cosas?

    29. Y Jesus entonces respondiendo, les dice: Os preguntaré tambien yo una palabra, y respondedme, y os diré con qué facultad hago estas cosas:

    30. ¿El bautismo de Juan, era del cielo, ó de los hombres? respondedme.

    31. Entonces ellos pensaron dentro de sí, diciendo: Si dijéremos: Del cielo, dirá: ¿Por que pues no le creisteis?

    32. Y si dijéremos: De los hombres, tememos al pueblo: porque todos tenian de Juan, que verdaderamente era profeta.

    33. Y respondiendo, dicen á Jesus: No sabemos. Entonces respondiendo Jesus, les dice: Tampoco yo os diré con qué facultad hago estas cosas.