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jueves, julio 18, 2024
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    Marcos 10 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Jesús enseña sobre el divorcio

    1. Y PARTIÉNDOSE de allí, vino en los términos de Judéa por tras el Jordán: y volvió la compañía á juntarse á él; y volviólos á enseñar, como acostumbraba.

    2. Y llegándose los Fariséos, le preguntaron: Si era lícito al marido repudiar a su mujer, tentándole.

    3. Mas él respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés?

    4. Y ellos dijeron: Moisés permitió escribir carta de divorcio, y repudiar.

    5. Y respondiendo Jesus, les dijo: Por la dureza de vuestro corazon os escribió este mandamiento:

    6. que al principio de la creacion macho y hembra los hizo Dios.

    7. Por esto (dice) dejará el hombre á su padre y á la madre, y se juntará á su mujer;

    8. y los que eran dos, serán hechos una carne: así que no son mas dos, sino una carne:

    9. pues lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre.

    10. Y en casa volvieron los discípulos á preguntarle de lo mismo.

    11. Y les dice: Cualquiera que repudiare á su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella:

    12. y si la mujer repudiare á su marido, y se casare con otro, adultera.

    Jesús bendice a los niños

    13. Y LE presentaban niños para que les tocase; y los discípulos reñian á los que los presentaban.

    14. Y viéndolo Jesus, se enojó, y les dijo: Dejad los niños venir, y no se los defendais: porque de los tales es el reino de Dios:

    15. de cierto os digo, que el que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

    16. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecia.

    El joven rico

    17. Y SALIENDO él para ir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?

    18. Y Jesus le dijo: ¿Por qué me dices bueno? ninguno hay bueno, sino un Dios:

    19. los mandamientos sabes: No adulteres: No mates: No hurtes: No digas false testimonio: No defraudes: Honra á tu padre, y á tu madre.

    20. El entonces respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto he guardado desde mi mocedad.

    21. Entonces Jesus mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: vé, todo lo que tienes vende, y dá á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sigueme, tomando tu cruz.

    22. Mas él, entristecido por esta palabra, se fué triste, porque tenia muchas posesiones.

    23. Entonces Jesus mirando al rededor, dice á sus discípulos: ¡Cuán dificilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!

    24. Y los discípulos se espantaron de sus palabras: mas Jesus respondiendo, les volvió á decir: ¡Hijos, cuán difícil es entrar al reino de Dios, los que confian en las riquezas!

    25. mas fácil es pasar un cable por el ojo de una aguja, que el rico entrar al reino de Dios.

    26. Y ellos se espantaban mas, diciendo dentro de sí: ¿Y quién podrá salvarse?

    27. Entonces Jesus mirándolos, dice: Acerca de los hombres, es imposible; mas acerca de Dios, no: porque todas cosas son posibles acerca de Dios.

    28. Entonces Pedro comenzó á decirle: Hé aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido.

    29. Y respondiendo Jesus, dijo: De cierto os digo, que ninguno hay que haya dejado casa, ó hermanos, hermanas, ó padre, ó madre, ó mujer, ó hijos, ó heredades, por causa de mí y del Evangelio,

    30. que no reciba cien tantos, ahora en este tiempo, casa, y hermanos y hermanas, y madres, é hijos, y heredades, con persecuciones; y en el siglo venidero, vida eterna:

    31. empero muchos primeros serán postreros, y postreros primeros.

    Nuevamente Jesús anuncia su muerte

    32. Y ESTABAN en el camino subiendo á Jerusalem; y Jesus iba delante de ellos, y se espantaban, y le seguian con miedo: entonces volviendo á tomar á los doce aparte les comenzó á decir las cosas que le habian de acontecer:

    33. Hé aquí, subimos á Jerusalem, y el Hijo del hombre será entregado á los príncipes de los sacerdotes, y á los escribas, y le condenarán á muerte, y le entregarán á los Gentiles;

    34. los cuales le escarnecerán, y le azotarán, y escupirán en él, y le mataran: mas al tercer dia resucitará.

    Petición de Santiago y de Juan

    35. ENTONCES Jacobo y Juan, hijos de Zebedéo, se llegaron á el, diciendo: Maestro, querriamos que nos hagas lo que pidiéremos.

    36. Y él les dijo: ¿Qué quereis que os haga?

    37. Y ellos le dijeron: Danos que en tu gloria nos sentemos el uno á tu diestra, y el otro á tu siniestra.

    38. Entonces Jesus les dijo: No sabeis lo que pedis: ¿podeis beber el vaso que yo bebo, y ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado?

    39. Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesus les dijo: A la verdad el vaso que yo bebo, bebereis; y del bautismo de que yo soy bautizado, sereis bautizados:

    40. mas que os senteis á mi diestra, y á mi siniestra, no es mio darlo, sino á los que está aparejado.

    41. Y como lo oyeron los diez, comenzaron á enojarse de Jacobo y de Juan.

    42. Mas Jesus llamándolos, les dice: Ya sabeis que los que se ven ser príncipes entre las gentes, se enseñorean de ellas; y los que entre ellas son grandes, tienen sobre ellas potestad:

    43. mas no será así entre vosotros, antes cualquiera que quisiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor:

    44. y cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo de todos:

    45. porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos.

    El ciego Bartimeo recibe la vista

    46. ENTONCES vienen á Jericó; y saliendo el de Jericó, y sus discípulos y una gran compañía, Bartiméo el ciego, hijo de Timéo, estaba sentado junto al camino mendigando.

    47. Y oyendo que era Jesus el Nazareno, comenzó á dar voces, y decir: Jesus, hijo de David, ten misericordia de mí.

    48. Y muchos le reñian, que callase: mas él daba mayores voces: Hijo de David, ten misericordia de mí.

    49. Entonces Jesus parándose, mandó llamarle; y llaman al ciego, diciéndole: Ten confianza: levantate, que te llama.

    50. El entonces echando su capa, se levantó, y vino á Jesus.

    51. Y respondiendo Jesus, le dice: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dice: Maestro, que cobre la vista.

    52. Y Jesus le dijo: Vé: tu fé te ha salvado. Y luego cobró la vista, y seguia á Jesus en el camino.