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viernes, julio 19, 2024
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    Mateo 15 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Lo que contamina al hombre

    1. ENTONCES llegaron á Jesus ciertos escribas y Fariséos de Jerusalem, diciendo:

    2. ¿Por qué tus discípulos traspasan la tradicion de los ancianos? porque no lavan sus manos cuando comen pan.

    3. Y él respondiendo, les dijo: ¿Por qué tambien vosotros traspasais el mandamiento de Dios por vuestra tradicion?

    4. Porque Dios mandó, diciendo: Honra al padre y á la madre; tambien: El que maldijere al padre ó á la madre, muera de muerte.

    5. Mas vosotros decis: Cualquiera dirá al padre ó á la madre: Toda ofrenda mia á tí aprovechará; y no honrará á su padre ó á su madre.

    6. Y habeis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradicion.

    7. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo:

    8. Este pueblo de su boca se acerca de mí, y de labios me honra: mas su corazon lejos está de mí:

    9. mas en vano me honran, enseñando doctrinas, mandamientos de hombres.

    10. Y llamando á sí las compañías, les dijo: Oid, y entended:

    11. no lo que entra en la boca contamina al hombre: mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.

    12. Entonces llegándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los Fariséos oyendo esta palabra se ofendieron?

    13. Mas respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial será desarraigada:

    14. dejadlos: guias son ciegas de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

    15. Y respondiendo Pedro, le dijo: Decláranos esta parábola.

    16. Y Jesus dijo: ¿Aun tambien vosotros sois sin entendimiento?

    17. ¿No entendeis aun, que todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la letrina?

    18. Mas lo que sale de la boca, del mismo corazon sale, y esto contamina al hombre.

    19. Porque del corazon salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, maledicencias.

    20. Estas cosas son las que contaminan al hombre: que comer con las manos por lavar no contamina al hombre.

    La fe de la mujer cananea

    21. Y SALIENDO Jesus de allí, se fué á las partes de Tyro y de Sidón.

    22. Y hé aquí, una mujer Cananéa, que habia salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí: mi hija es malamente atormentada del demonio.

    23. Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Envíala, que da voces tras nosotros.

    24. Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino á las ovejas perdidas de la casa de Israel.

    25. Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor, socórreme.

    26. Y respondiendo él, dijo: No es bien tomar el pan de los hijos, y echarle á los perrillos.

    27. Y ella dijo: Sí, Señor: porque los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.

    28. Entonces respondiendo Jesus, dijo: ¡Oh mujer! grande es tu fé: sea hecho contigo como quieres. Y fué sana su hija desde aquella hora.

    Jesús sana a muchos

    29. Y PARTIDO Jesus de allí, vino junto al mar de Galiléa; y subiendo en un monte, se sentó allí.

    30. Y llegaron á él muchas compañías, que tenian consigo cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los echaron á los piés de Jesus, y los sanó:

    31. de tal manera, que las compañías se maravillaron, viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los cojos, ver los ciegos; y glorificaron al Dios de Israél.

    Alimentación de los cuatro mil

    32. Y Jesus llamando sus discípulos, dijo: Tengo misericordia de la compañía, que ya hace tres dias que perseveran conmigo, y no tienen que comer; y enviarlos ayunos no quiero: porque no desmayen en el camino.

    33. Entonces sus discípulos le dicen: ¿Dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, que hartemos tan gran compañía?

    34. Y Jesus les dice: ¿Cuántos panes teneis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.

    35. Y mandó á las compañías que se recostasen en tierra.

    36. Y tomando los siete panes y los peces, dando gracias, partió, y dió á sus discípulos, y los discípulos á la compañía.

    37. Y comieron todos, y se hartaron; y alzaron lo que sobró de los pedazos, siete espuertas llenas.

    38. Y eran los que habian comido cuatro mil varones, sin las mujeres y los niños.

    39. Entonces despedidas las compañías, subió en un navío, y vino en los términos de Magdalá.