Mateo 16 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)La demanda de una señal1. Y LLEGÁNDOSE los Fariséos y los Saducéos, tentando, le pedian que les mostrase señal del cielo. 2. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando es la tarde del dia, decis: Sereno: porque el cielo tiene arreboles. 3. Y á la mañana: Hoy tempestad: porque tiene arreboles el cielo triste. Hipócritas, que sabeis hacer diferencia en la faz del cielo; ¿y en las señales de los tiempos no podeis? 4. La generacion mala y adulterina demanda señal: mas señal no le será dada, sino la señal de Jonás profeta. Y dejándolos, se fué. La levadura de los fariseos5. Y viniendo sus discípulos de la otra parte del lago, se habian olvidado de tomar pan. 6. Y Jesus les dijo: Mirad, y guardáos de la levadura de los Fariséos, y de los Saducéos. 7. Y ellos pensaban dentro de sí, diciendo: No tomamos pan. 8. Y entendiéndolo Jesus, les dijo: ¿Qué pensais dentro de vosotros, hombres de poca fé, que no tomasteis pan? 9. ¿No entendeis aun, ni os acordais de los cinco panes entre cinco mil varones, y cuántos esportones tomasteis? 10. ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas espuertas tomasteis? 11. ¿Cómo? ¿No entendeis que no por el pan os dije, que os guardáseis de la levadura de los Fariséos, y de los Saducéos? 12. Entonces entendieron que no les habia dicho que se guardasen de la levadura de pan, sino de la doctrina de los Fariséos, y de los Saducéos. La confesión de Pedro13. Y VINIENDO Jesus en las partes de Cesaréa de Filipo, preguntó á sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? 14. Y ellos dijeron: Unos: Juan el Bautista; y otros: Elías; y otros: Jeremías, ó alguno de los profetas. 15. El les dice: Y vosotros, ¿quién decis que soy? 16. Y respondiendo Simon Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17. Entonces respondiendo Jesus, le dijo: Bienaventurado eres, Simon, hijo de Jonás: porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos: 18. mas yo tambien te digo, que tú eres Pedro; y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella: 19. y á tí daré las llaves del reino de los cielos: que todo lo que ligares en la tierra, será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra, será desatado en los cielos. 20. Entonces mandó á sus discípulos que á nadie dijesen que él era Jesus el Cristo. Jesús anuncia su muerte21. Desde aquel tiempo comenzó Jesus á declarar á sus discípulos, que le convenia ir á Jerusalem, y padecer mucho de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer dia. 22. Y Pedro, tomándolo aparte, comenzó á reprenderle, diciendo: Señor, ten compasion de tí: en ninguna manera esto te acontezca. 23. Entonces él volviéndose, dijo á Pedro: Quítate de delante de mí; adversario: me eres estorbo: porque no entiendes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres. 24. Entonces Jesus dijo á sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á si mismo, y tome su cruz, y sígame. 25. Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá; y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará. 26. Porque, ¿de qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O, qué recompensa dará el hombre por su alma? 27. Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles; y entonces pagará á cada uno conforme á sus obras. 28. De cierto os digo, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto el Hijo viniendo en su reino. |