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viernes, julio 19, 2024
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    Mateo 20 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Los obreros de la viña

    1. Porque el reino de los cielos es semejante á un hombre, padre de familia, que salió por la mañana á coger peones para su viña.

    2. Y concertado con los peones por un denario al dia, los envió á su viña.

    3. Y saliendo cerca de la hora de las tres, vió otros que estaban en la plaza ociosos,

    4. y les dijo: Id tambien vosotros á mi viña, y os daré lo que fuere justo. Y ellos fueron.

    5. Salió otra vez cerca de las seis y de las nueve horas, é hizo lo mismo.

    6. Y saliendo cerca de las once horas, halló otros que estaban ociosos, y les dijo: ¿Por qué estais aquí todo el día ociosos?

    7. Dícenle: Porque nadie nos ha cogido. Díceles: Id tambien vosotros á la viña, y recibireis lo que fuere justo.

    8. Y cuando fué la tarde del dia, el señor de la viña dijo á su administrador: Llama los peones, y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.

    9. Y viniendo los que habian venido cerca de las once horas, recibieron cada uno un denario.

    10. Y viniendo tambien los primeros, pensaron que habian de recibir mas: pero tambien ellos recibieron cada uno un denario.

    11. Y tomándolo murmuraban contra el padre de la familia,

    12. diciendo: Estos postreros han hecho una hora, y los has hecho iguales á nosotros, que hemos llevado la carga, y el calor del dia.

    13. Y él respondiendo dijo á uno de ellos: Amigo, no te hago agravio: ¿no te concertaste conmigo por un denario?

    14. toma lo que es tuyo, y véte: y quiero dar á este postrero como á tí:

    15. ¿no me es lícito á mí hacer lo que quiero en mis cosas? ¿ó es malo tu ojo, porque yo soy bueno?

    16. Así los primeros serán postreros; y los postreros primeros: porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.

    Nuevamente Jesús anuncia su muerte

    17. Y SUBIENDO Jesus á Jerusalem, tomo sus doce discípulos aparte en el camino, y les dijo:

    18. Hé aquí, subimos á Jerusalem, y el Hijo del hombre será entregado á los príncipes de los sacerdotes, y á los escribas, y le condenarán á muerte,

    19. y le entregarán á los Gentiles, para que le escarnezcan, y azoten, y crucifiquen: mas al tercer dia resucitará.

    Petición de Santiago y de Juan

    20. ENTONCES se llegó á él la madre de los hijos de Zebedéo con sus hijos, adorando, y pidiéndole algo.

    21. Y él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Dí que se asienten estos dos hijos mios, el uno á tu mano derecha, y el otro á tu izquierda, en tu reino.

    22. Entonces Jesus respondiendo, dijo: No sabeis lo que pedis: ¿podeis beber el vaso que yo tengo que beber, y ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado? Dicen ellos: Podemos.

    23. El les dice: A la verdad mi vaso bebereis; y del bautismo de que yo soy bautizado, sereis bautizados: mas sentaros á mi mano derecha, y á mi izquierda, no es mio darlo, sino á los que está aparejado de mi Padre.

    24. Y como los diez oyeron esto, se enojaron de los dos hermanos.

    25. Entonces Jesus llamándolos, dijo: Ya sabeis que los príncipes de los Gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejecutan sobre ellos potestad:

    26. mas entre vosotros no será así: sino el que entre vosotros quisiere hacerse grande, será vuestro servidor;

    27. y el que entre vosotros quisiere ser el primero, será vuestro siervo:

    28. como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

    Dos ciegos reciben la vista

    29. ENTONCES saliendo ellos de Jericó, le seguia gran compañía.

    30. Y hé aquí, dos ciegos sentados junto al camino, como oyeron que Jesus pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.

    31. Y la compañía les reñia que callasen: mas ellos clamaban mas, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.

    32. Y parándose Jesus, los llamó, y dijo: ¿Qué quereis que haga por vosotros?

    33. Ellos le dicen: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.

    34. Entonces Jesus teniéndoles misericordia, tocó los ojos de ellos; y luego sus ojos recibieron la vista, y le siguieron.