Mateo 22 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)Parábola de la fiesta de bodas1. Y RESPONDIENDO Jesus, les volvió á hablar en parábolas, diciendo: 2. El reino de los cielos es semejante á un hombre rey, que hizo bodas á su hijo. 3. Y envió sus siervos para que llamasen los llamados á las bodas: mas no quisieron venir. 4. Volvió á enviar otros siervos, diciendo: Decid á los llamados: Hé aquí, mi comida he aparejado, mis toros y animales engordados son muertos, y todo está aparejado: venid á las bodas. 5. Mas ellos no hicieron caso, y se fueron, uno á su labranza, y otro á sus negocios; 6. y otros, tomando sus siervos, afrentáronlos, y matáronlos. 7. Y el rey, oyendo esto, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyo á aquellos homicidas, y puso á fuego su ciudad. 8. Entonces dice á sus siervos: las bodas á la verdad están aparejadas: mas los que eran llamados no eran dignos: 9. id pues á las salidas de los caminos, y llamad á las bodas á cuantos halláreis. 10. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. 11. Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de vestido de boda; 12. y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste acá no teniendo vestido de boda? Y á él se le cerró la boca. 13. Entonces el rey dijo á los que servian: Atado de piés y de manos, tomadle, y echadle en las tinieblas de fuera: allí será el lloro, y el crujir de dientes. 14. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. La cuestión del tributo15. ENTONCES idos los Fariséos, consultaron como le tomarian en alguna palabra. 16. Y envian á él sus discípulos, con los de Herodes, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie: porque no tienes acepcion de persona de hombres: 17. Dínos pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito dar tributo á César, ó no? 18. Mas Jesus, entendida su malicia, les dice: ¿Por qué me tentais, hipócritas? 19. mostradme la moneda del tributo. Y ellos le mostraron un dinero. 20. Entonces les dice: ¿Cuya es esta figura, y lo que está encima escrito? 21. Ellos le dicen : De César. Y les dice: Pagad, pues, á César lo que es de César, y á Dios, lo que es de Dios. 22. Y oyendo esto se maravillaron, y dejáronle, y se fueron. La pregunta sobre la resurrección23. Aquel dia llegaron á él los Saducéos, que dicen no haber resurreccion, y le preguntaron, 24. diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se case con su mujer, y despertará simiente á su hermano. 25. Fueron, pues, entre nosotros siete hermanos; y el primero tomó mujer, y murió; y no teniendo generacion, dejó su mujer á su hermano. 26. De la misma manera tambien el segundo, y el tercero, hasta los siete. 27. Y despues de todos murió tambien la mujer. 28. En la resurreccion, pues, ¿cuya de los siete será la mujer? porque todos la tuvieron. 29. Entonces respondiendo Jesus, les dijo: Errais, ignorando las Escrituras, y la potencia de Dios. 30. Porque en la resurreccion, ni maridos tomarán mujeres, ni mujeres maridos: mas son como los ángeles de Dios en el cielo. 31. Y de la resurreccion de los muertos, ¿no habeis leido lo que es dicho de Dios á vosotros, que dice: 32. Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de los muertos, mas de los que viven. 33. Y oyendo esto las compañías estaban fuera de sí de su doctrina. El gran mandamiento34. Entonces los Fariséos, oyendo que habia cerrado la boca á los Saducéos, se juntaron á una; 35. y preguntó uno de ellos, intérprete de la ley, tentándole, y diciendo: 36. Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley? 37. Y Jesus le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazon, y de toda tu alma, y de toda tu mente. 38. Este es el primero y el grande mandamiento. 39. Y el segundo es semejante á este: Amarás á tu prójimo como á tí mismo. 40. De estos dos mandamientos depende toda la ley, y los profetas. ¿De quién es hijo el Cristo?41. Y estando juntos los Fariséos, Jesus les preguntó, 42. diciendo: ¿Qué os parece del Cristo? ¿cuyo Hijo es? Ellos le dicen: De David. 43. El les dice: Pues, ¿cómo David en Espíritu le llama Señor, diciendo: 44. Dijo el Señor á mi Señor: Asiéntate á mi diestra, entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus piés? 45. Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo? 46. Y nadie le podia responder palabra: ni osó alguno desde aquel dia preguntarle mas. |