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sábado, agosto 17, 2024
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    Romanos 7 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Analogía tomada del matrimonio

    1. ¿Ó IGNORAIS, hermanos, (hablo con los que saben la ley), que la ley solamente se enseñorea del hombre entre tanto que vive?

    2. Porque la mujer que es sujeta á marido, mientras el marido vive, está obligada á la ley: mas muerto el marido, ella es libre de la ley del marido.

    3. Así que viviendo el marido se llamará adúltera, si fuere de otro varon: mas si su marido muriere, es libre de la ley, de tal manera que no sera adúltera, si fuere de otro marido.

    4. Así tambien vosotros, hermanos mios, estais muertos á la ley en el cuerpo de Cristo, para que seais de otro, es á saber, del que resucitó de los muertos, para que fructifiquemos á Dios.

    5. Porque mientras éramos en la carne, los afectos de los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando á muerte:

    6. mas ahora somos libres de la ley de la muerte, en la cual estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en vejez de letra.

    El pecado que mora en mí

    7. ¿Qué pues diremos? ¿la ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no conocí al pecado, sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.

    8. Entonces el pecado, tomando ocasion, obró en mí por el mandamiento toda concupiscencia: porque sin la ley el pecado estaba muerto.

    9. Así que, yo sin la ley vivia por algun tiempo: mas venido el mandamiento, el pecado revivió.

    10. Y yo morí; y hallé que el mandamiento, que de suyo era vivífico, para mi era mortal.

    11. Porque el pecado, tomando ocasion, me engañó por el mandamiento, y por él me mató.

    12. De manera que la ley á la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno.

    13. ¿Luego lo que es bueno, á mí me es hecho muerte? No, sino el pecado, que para mostrarse pecado por lo bueno, me obró la muerte, haciéndose pecado sobremanera pecante por el mandamiento.

    14. Porque ya sabemos que la ley es espiritual: mas yo soy carnal, vendido á sujecion del pecado.

    15. Porque lo que cometo, no lo entiendo, ni el bien que quiero hago: antes lo que aborrezco, aquello hago.

    16. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

    17. De manera que ya yo no obro aquello, sino el pecado que mora en mí.

    18. Y yo sé que no mora en mí, es saber, en mi carne, bien: porque tengo el querer; mas perfeccionar el bien, no lo alcanzo.

    19. Porque no el bien que quiero, esto hago: mas el mal que no quiero, esto hago.

    20. Y si hago lo que no quiero, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí.

    21. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal me es propio.

    22. Porque con el hombre interior me deleito con la ley de Dios:

    23. mas veo otra ley en mis miembros que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo la ley del pecado que está en mis miembros.

    24. ¡Miserable hombre de mi! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?

    25. Gracias doy á Dios por Jesu Cristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con el espíritu sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.